La espectacular casa de Xavi Hernández

La espectacular casa de Xavi Hernández CRÓNICA GLOBAL

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La espectacular casa de Xavi Hernández: un chalet de 1.300 metros cuadrados en uno de los pueblos más exclusivos de la Costa Brava

El inmueble cuenta con seis habitaciones, cada una con su propio baño, además de piscina, jardín y un amplio garaje

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Los ricos, cuando tienen dinero, lo invierten, y el sector inmobiliario siempre es uno de sus objetivos. Por eso, no es de extrañar que futbolistas de primer nivel acumulen un enorme patrimonio en viviendas.

El exjugador del FC Barcelona Xavi Hernández es uno de ellos. Se calcula que posee alrededor de 69 propiedades, no directamente, sino a través de la sociedad Galileu 136 S.L.

La compañía, fundada en 1999, acumula casas, pisos, locales comerciales, parkings y oficinas en Barcelona, Terrassa, Mataró, Matadepera, Palamós, S’Agaró y Sant Antoni de Calonge. Esta última es una de las localidades más apreciadas por el exentrenador culé. Allí pasó muchos veranos de su vida.

La vivienda, ubicada en la codiciada urbanización Mas Vilà, combina privacidad, amplitud y comodidad. Se trata de un chalé de 393 metros cuadrados, levantado en 1992 sobre una parcela de 1.311 metros cuadrados y rodeado de tranquilidad y vegetación mediterránea.

Cómo es la casa de Xavi

El inmueble cuenta con seis habitaciones, cada una con su propio baño, además de piscina, jardín y un amplio garaje. Un conjunto pensado para el descanso familiar, alejado del ritmo frenético de Barcelona y a pocos minutos en coche de Platja d’Aro, Torre Valentina y Palamós, tres de los destinos más atractivos de la zona.

Fuentes del sector inmobiliario sitúan el valor del chalé en torno a 1,3 millones de euros, una cifra coherente con las características de la vivienda y la revalorización continua de Mas Vilà, donde apenas salen propiedades al mercado.

Calonge es uno de los municipios más queridos de la Costa Brava por los habitantes de la zona. Es, sin embargo, uno de los que menos aparece en las guías turísticas, eclipsado como está por dos famosas localidades limítrofes: por el norte, Palamós, y por el sur, Platja d’Aro.

También son dos los núcleos urbanos que conforman el municipio: Calonge, en el interior, más histórico y monumental; y Sant Antoni de Calonge, frente al mar, orientado al turismo, el ocio y la vida estival.

Calonge

El núcleo medieval de Calonge es uno de los más cuidados de la comarca. Su joya arquitectónica es el Castell de Calonge, una fortaleza documentada ya en el siglo XI que ha sido restaurada para convertirse en un espacio cultural y comunitario de primer nivel.

Sus murallas, torres y antiguas dependencias evocan el pasado feudal de la zona, cuando las familias nobles del Empordà competían por el control del territorio. Caminar por sus calles de piedra, con casas señoriales y una quietud característica, es un viaje directo a otra época.

Sant Antoni

A pocos minutos, la franja marítima de Sant Antoni de Calonge, donde se encuentra la vivienda de Xavi, ofrece una cara completamente distinta, más moderna y vibrante. Su paseo marítimo, largo y amplio, está flanqueado por hoteles, restaurantes y comercios abiertos durante buena parte del año.

La extensa playa de Sant Antoni, de arena fina y aguas transparentes, es uno de los grandes reclamos del municipio. Su arena y su paseo marítimo lo unen, sin barrera alguna, con la literaria Palamós.

Hacia el sur, camino de Platja d’Aro, se encuentran algunos de los tramos más bellos del Camí de Ronda. En este sendero que une ambas localidades se hallan Cala Cristus, Cala Cap Roig o Ses Torretes.

Aquí, el rojo de los acantilados y los verdes pinos inclinados sobre el mar se combinan con las vistas de estas pequeñas playas, que conservan un encanto salvaje, especialmente fuera de los meses de verano.

Cómo llegar

Sant Antoni de Calonge está a solo 40 minutos de Girona. Desde la capital de provincia se toma la C-65 en dirección a la Costa Brava, que enlaza con la C-31, carretera que tiene una salida hacia esta localidad.

Desde Barcelona, el camino es parecido: se va por la AP-7 hacia el norte hasta la salida 9, que enlaza con la C-35 en dirección a Sant Feliu de Guíxols, y posteriormente con la C-31. El viaje dura aproximadamente una hora y 45 minutos.