Las escaleras mecánicas que se han convertido en la peor pesadilla de estos vecinos de Tarragona: "Hacen un ruido infernal"

Muchas ciudades con colinas disponen de escaleras mecánicas e incluso ascensores para ayudar a los vecinos a acceder a sus casas, especialmente, a los más mayores. Pero lo que puede ser un apoyo también puede convertirse en pesadilla.

Esto es lo que ha sucedido en la calle Vapor de Tarragona. Las deseadas escaleras mecánicas que puso el Ayuntamiento se han convertido en el infierno para sus vecinos.

Al mal funcionamiento de esta infraestructura, se le suma el inmenso ruido que hacen y un accidente que podría haber sido peor. Este último ha sido lo que ha desatado las protestas.

Los habitantes ya llevaban meses poniendo quejas al Ayuntamiento y reclamando mejoras en el mecanismo, pero ver como una ambulancia se tenía que llevar en camilla a una mujer mayor colmó su paciencia.

El accidente

La mujer, que camina con andador, trataba de bajar por uno de los tramos. Una vez más estaban averiadas. Al perder el equilibrio, la vecina cayó golpeándose la cabeza. Testigos y vecinos de la zona quedaron en shock.

No es la primera vez que pasa. Las caídas son frecuentes y recuerdan que las personas mayores son quienes más riesgo asumen cuando las escaleras no funcionan.

Dónde están

La asociación de vecinos del Barri del Port sostiene que la situación se ha vuelto “insostenible” y reclama una intervención urgente.  Pero no llega.

"Esto es inhumano. Ya no nos valen excusas", reclama la presidenta de la Associació de Veïns del Barri del Port, Carmen Puig, en el Diari de Tarragona.

El accidente, afirman, no es un hecho puntual, sino la consecuencia lógica del deterioro de la infraestructura. Y nadie atiende. Las quejas se repiten desde hace años.

"Hasta que no se mate alguien, no lo van a solucionar", advierte Puig. No está sola. La apoyan todos los vecinos que sienten que las soluciones a sus problemas del barrio llegan tarde y de manera insuficiente. 

"Un ruido infernal"

Nadie podía creer en 2010, cuando se inauguraron las escaleras, que este reclamo iba a convertirse en un dolor de cabeza constante. Ya no son sólo los fallos contantes. Cuando funcionan, lo hacen mal.

"Hacen un ruido infernal", recuerda Puig a La Sexta. "No podemos estar tranquilamente en nuestras casas porque hay que cerrar las ventanas y es insufrible", añade.

Respuestas del Ayuntamiento

El Ayuntamiento reconoce esta situación y asegura que el recambio de la pieza defectuosa está en fase de contratación. El problema es que se trata de maquinaria antigua y muchas de las piezas necesarias están descatalogadas. 

De ahí que el ruido no cese y las averías sean constantes y duraderas. Pueden prolongarse durante semanas, y en algunos casos incluso meses, dejando tramos completos fuera de servicio.

Las escaleras de la calle Vapor están compuestas por seis tramos: tres de subida y tres de bajada. En teoría, deben permitir conectar la cota baja del barrio con la zona superior. En la práctica, los usuarios aseguran que pocas veces todos los tramos están operativos a la vez. 

En el momento del accidente solo uno de los tramos funcionaba correctamente. El primer tramo en dirección descendente, el más próximo a la calle Doctor Zamenhof, es el que ha protagonizado más incidentes. Su inclinación, unida al desgaste de la maquinaria, ha llevado a esto. 

Mal uso de las escaleras

El Ayuntamiento, por su parte, recuerda que las escaleras están diseñadas para uso exclusivo de peatones. No se permiten el acceso de cochecitos de bebé, sillas de ruedas, bicicletas o andadores. 

El consistorio va más lejos. Detalla que estos elementos activan de inmediato los sensores de seguridad y paralizan el sistema. Sin embargo, para los vecinos esta explicación no es suficiente. Afirman que incluso sin estos objetos las escaleras suelen detenerse o presentar fallos técnicos que obligan a hacer el recorrido a pie.

Un problema a resolver

El Ayuntamiento, de todos modos, dice haber impulsado un plan específico para recuperar la funcionalidad de las escaleras mecánicas de la ciudad. 

Los vecinos, por su parte, consideran que las mejoras deben ser visibles cuanto antes. El barrio tiene una población envejecida y las escaleras son, para muchos, la única alternativa para acceder a sus casas.