La sesión de ‘MySafeSpace’ en Barcelona, una una iniciativa para prevenir las violencias digitales
El machismo se actualiza en la red, pero repite patrón: Barcelona acoge un debate sobre violencia digital
Las agresiones online reproducen los mismos patrones de control, culpa y violencia que las físicas, advierten desde AADAS y Fundación Aspacia en un encuentro en Barcelona impulsado por Tinder en el marco del 25N
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En la era del match y el scroll infinito, los límites del consentimiento parecen desdibujarse entre píxeles y notificaciones. Pero la violencia no se evapora en la nube: cambia de forma.
Así lo han recordado este martes en Barcelona la Asociación de Mujeres Agredidas Sexualment (AADAS), la Fundación Aspacia y Tinder, que se han en la segunda edición de la campaña #MySafeSpace, una iniciativa que busca frenar las violencias digitales y repensar cómo nos relacionamos en las apps de citas.
"El sexting se ha convertido en la nueva minifalda", ha advertido Ana Nahxeli Beas, abogada de AADAS, durante su intervecnión en la conferencia. "Que alguien te envíe una foto subida de tono, no justifica su difusión. No es una excusa para justificar una violencia sexual digital".
La app de Tinder en un móvil EP
Las ciberviolencias son las mismas violencias de siempre, pero adaptadas al ecosistema tecnológico. Control, chantaje, humillación, culpa. Lo que antes ocurría en la calle, hoy se reproduce en los móviles, los chats y las redes sociales, con la perdurabilidad y capacidad de difusión como agravante.
Del control de contraseñas al chantaje emocional online
AADAS ha compartido ejemplos de su 'Guía sobre Consentimiento Sexual', un documento que traduce al lenguaje digital los dilemas clásicos del consentimiento. Presiones para enviar fotos íntimas, insistencias para contestar mensajes o revisiones de contraseñas disfrazadas de "confianza".
"Las violencias digitales no son solo virtuales, tienen un impacto emocional real", ha explicado Beas. "Queremos que los jóvenes entiendan que poner límites claros es un acto de autocuidado y libertad".
Las redes no son un territorio neutral. El "te quiero" puede transformarse en un "dime con quién hablas" y la curiosidad en vigilancia constante.
Tinder, el "espacio seguro"
Vicente Balbastre, director de Comunicación de Tinder para el sur de Europa, ha defendido la responsabilidad de las plataformas en la creación de entornos más seguros.
La app, con 50 millones de usuarios activos mensuales, ha implementado en los últimos tres años más de 30 funciones de seguridad, entre ellas la verificación por vídeo selfie, la opción 'Share My Date' (para compartir los datos de una cita con un contacto de confianza) y mensajes de advertencia con IA: "¿Te incomoda este mensaje?" o "¿Estás segurx de enviarlo?".
Jóvenes con un móvil en la mano PEXELS
Según datos de la compañía, estas herramientas han reducido en más de un 10% el uso de lenguaje dañino y han aumentado los reportes de contenido ofensivo. "En Tinder trabajamos para que la seguridad no sea solo protección, sino la base de relaciones auténticas y libres", aseguró Balbastre.
Sin embargo, la pregunta subyacente persiste: ¿puede una app desactivar los patrones de dominación que la sociedad aún no ha resuelto?
Continuidad, no ruptura
Desde Fundación Aspacia, la coordinadora Priscila Cabrera Ventura ha remarcado que las violencias digitales no son un fenómeno nuevo, sino una continuidad de las violencias machistas tradicionales. La tecnología no crea el machismo, pero lo amplifica y lo hace más persistente.
"Se criminalizan algunos contextos, como las discotecas o las redes sociales, cuando la violencia de género atraviesa todos los espacios", ha defendido Beas. "El objetivo debe ser erradicar las violencias, no los lugares donde se expresan".
Aprender a decir "no" también en digital
La jornada cerró con un mensaje claro: el consentimiento también se escribe con emojis, audios y mensajes. Decir "no" en digital —bloquear, silenciar, eliminar, denunciar— es una forma contemporánea de resistencia. En palabras de Beas, "poner límites no debería ser un acto de valentía, sino de normalidad".