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¿Quién miente? Asuntos Internos contradice a los investigadores del caso que implica a dos mossos

Un investigador de la DAI asegura que fueron los compañeros de los agentes de Mossos acusados quienes pidieron reunirse con Asuntos Internos, en contra de lo declarado por el instructor del caso

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La tercera sesión del juicio por el presunto montaje para incriminar a un estibador en un caso de drogas ha estado marcada este miércoles por una contradicción clave que no ha pasado desapercibida en la sala.

Un agente de la División de Asuntos Internos (DAI) ha asegurado ante el tribunal que fueron los propios compañeros de los dos miembros de Mossos acusados —un agente y un caporal de la Unidad de Investigación de Sant Martí (Barcelona)— quienes pidieron reunirse con la DAI para comentar sus sospechas; y no al revés, como había afirmado el instructor de la causa en la sesión anterior.

El matiz, aparentemente menor, ha sido interpretado por las defensas como una fisura importante en el origen de la investigación. Según los letrados José Ramón Sorní y Sandra Melgar, esta discrepancia “demuestra la fragilidad con la que se inició el procedimiento” contra sus representados.

¿Quién llamó a quién?

Según la versión del testigo de Asuntos Internos, fueron los agentes de la comisaría de Sant Martí quienes se pusieron en contacto con la DAI para exponer sus sospechas contra el agente y el caporal ahora acusados, y solicitar las intervenciones telefónicas.

Imagen de la sección 5ª de la Audiencia de Barcelona minutos antes del arranque del juicio

Imagen de la sección 5ª de la Audiencia de Barcelona minutos antes del arranque del juicio MSG

Tan solo 24 horas antes, el instructor de la causa había sostenido lo contrario: que la DAI fue quien alertó a los compañeros de que ambos funcionarios estaban bajo su radar por un asunto anterior, lo que habría encendido las alarmas internas.

Este punto también se ha matizado durante la sesión de hoy. El agente de Asuntos Internos ha aclarado que ninguno de los dos Mossos acusados había sido nunca investigado previamente.

Si bien es cierto que se había recibido, en 2015, una información de un confidente sobre su presunta participación en una trama de narcoasaltos, las comprobaciones realizadas descartaron cualquier vínculo.

En esa causa solo fue investigado un miembro del Área Regional de Recursos Operativos (ARRO), y la información sobre los ahora acusados llegó de forma ambigua y cuando el procedimiento ya estaba cerrado. 

Las defensas celebran el testimonio

Los abogados Sorní y Melgar han valorado positivamente la declaración del agente de la DAI, subrayando que sirve para esclarecer que sus clientes nunca fueron investigados con anterioridad y desmontar las sospechas vertidas en días anteriores.

El propio testigo ha confirmado también que fueron los agentes de Sant Martí quienes alertaron a Asuntos Internos del contenido de la llamada que consideraron extraña el día de la "colocada". 

Según su relato, lo que levantó las sospechas fue la llamada de un hombre identificado como “Alberto”, quien contactó con la comisaría para hablar con Trini, un agente conocido por su red de informadores en el entorno del narcotráfico.

Durante la conversación, el tal “Alberto” alertó de que un Volkswagen Golf contenía droga y armas en su interior, aparcado en la zona de Francesc Macià. Aquel chivatazo activó el operativo policial que culminó con la detención de Carlos L., el estibador que más tarde resultaría incriminado falsamente.

El testigo de la DAI ha añadido que, según los compañeros de Sant Martí, el agente Trini sospechó desde el primer momento de esa llamada, ya que sus informadores nunca se dirigían a él por ese apodo.

La investigación posterior concluyó que ese “Alberto” era, en realidad, uno de los dos civiles ahora procesados.

Fachada del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) en Barcelona

Fachada del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) en Barcelona David Zorrakino Europa Press

Las escuchas, bajo lupa

Desde el inicio del juicio, las defensas de los dos Mossos han insistido en la nulidad de las intervenciones telefónicas y de la sonorización de la oficina y el vehículo policial.

Tanto Sorní como Melgar sostienen que las escuchas fueron “prospectivas”, carentes de base y, por tanto, una vulneración de derechos fundamentales.

Por su parte, la Fiscalía mantiene su acusación contra los cuatro procesados por detención ilegal, revelación de secretos, delito contra la salud pública agravado, tenencia ilícita de armas y aprovechamiento de información privilegiada.

Solicita penas de entre 6 y 18 años de prisión, multas superiores a 100.000 euros e inhabilitaciones profesionales, además de la responsabilidad civil subsidiaria de la Generalitat de Cataluña.

La sombra de 'Bubito'

La acusación particular, ejercida por la abogada Eulàlia Puig Fusté (de FILS Abogados), representa al estibador Carlos L., quien en su declaración como testigo volvió a señalar a David Caballero, alias Bubito, como autor intelectual del montaje.

Una hipótesis que, sin embargo, nunca se acreditó durante la instrucción policial y que no figura en la causa.

Caballero, antiguo trabajador del puerto, fue asesinado en noviembre de 2024, cuando un sicario le disparó a la cabeza a las puertas del colegio Hamelin-Laie de Montgat (Barcelona). 

David Caballero, el estibador asesinado en Montgat, con la Audiencia de Barcelona de fondo

David Caballero, el estibador asesinado en Montgat, con la Audiencia de Barcelona de fondo Crónica Global

Según el relato de Carlos L., la enemistad entre ambos era pública y llegó a ser violenta, con un altercado en la Ciudad de la Justicia en enero de 2016.

El estibador sostiene que todo fue un montaje para apartarlo del Puerto, donde llevaba años señalado tras la aparición del blog Los sapos del puerto, un espacio anónimo que acusaba a varios trabajadores de ser delatores y narcotraficantes, entre ellos a Caballero, a quien se señalaba como confidente policial.

El entorno de Bubito apuntó entonces al propio Carlos L. como autor de aquel blog, origen de una enemistad que, casi una década después, sigue sobrevolando la Audiencia de Barcelona.