El día amanece grisáceo, frío, pero en el interior cálido de un jardín de infancia una niña extiende sus manos para recoger la lluvia de papeles de colores que cae sobre ella. Grita de emoción, igual que sus compañeros, bajo la atenta mirada de la técnica de infantil. Este día se le olvidará, como tantos otros, pero no a quienes acompañan y enseñan en esta etapa crucial para su desarrollo, como a Yolanda Mesa, directora de Llar d'Infants Cavall Blau.
Las escuelas infantiles privadas saldrán por primera vez a la calle este jueves 23, a las 16:00 horas, y se concentrarán frente a la sede del Departamento de Educación. Llaman a la movilización de los trabajadores y las familias que componen esta red que supone el 40% de la escolarización de la etapa de 0 a 2 años, ya que, consideran, hay una infrafinanciación en Cataluña con respecto a otras comunidades autónomas y, sobre todo, en detrimento de la enseñanza pública.
Uno de los escolares del grupo I1 en la escuela infantil Cavall Blau, en Terrassa
"Incertidumbre"
Formada como técnica especialista en jardín de infancia, Yolanda Mesa no dudó ni un segundo en que este sería su gran proyecto profesional. Acumuló experiencia, tejió relaciones y en el año 2021 decidió montar su propia escuela infantil en Terrassa. El caballo azul cabalga entre las cuatro grandes aulas donde se distribuyen los 41 menores pertenecientes a dos grupos I2 y uno de I1. La instalación, en forma de L, cuenta con un patio y cocina propia, donde los más pequeños interactúan y aprenden entre las nueve de la mañana y las cinco de la tarde.
"La ilusión de una vida entera por tener tu escuela se convierte en una incertidumbre por esta gratuidad que el Departamento está anunciando para I2 porque, por mucho que te reinventes, no puedes luchar contra eso", manifiesta. Sus cuotas no son competitivas en comparación con la pública: el horario extensivo hasta la tarde tiene una mensualidad de 400 euros, mientras que la franja matutina es de 200 euros. Una cantidad para la que muchas familias hacen un esfuerzo extra y que, reconoce, prefieren ahorrarse al tener otra opción económicamente más viable.
Una de las consignas de la protesta de las escuelas infantiles privadas, pegada en el llar d'infant Cavall Blau
Abono en dos partes
Educación ofrece una ayuda anual de 800 euros para los grupos I2 en la modalidad privada. Pero la bonificación se hace a posteriori. Es decir, la Generalitat abona 600 euros por alumno a las escuelas infantiles, encargadas de realizar las transferencias a las familias y, una vez justificado el pago, se realiza el último abono de 200 euros. Con este mecanismo, Mesa critica que haya quien aún no haya recibido el total del cómputo.
"Nuestro proyecto educativo tiene mucho valor y la conselleria lo ha tirado por los suelos, porque las familias buscan una estabilidad económica y no pueden centrarse en lo que querrían para sus hijos", mantiene. Se basan en la técnica sensorial a través de juegos, manipulación de objetos o experiencia compartida.
El servicio ofrece una atención individualizada, también una aplicación móvil mediante la cual los padres conocen las rutinas de su progenie y, además, cuenta con una dieta adaptada que se prepara cada mañana en la cocina.
Para el curso 2025/2026, Mesa tiene un total de 41 menores, pero en años anteriores habían llegado a matricular a 65 pequeños. Ante el descenso acusado, despidió a una de las trabajadoras, a la que recomendó en otro centro, y ahora cuenta con un total de cuatro personas en plantilla.
"No es un negocio"
¿Cuándo dejaría de ser rentable la escuela? Con 35 menores o menos, calcula. "Normalmente, somos la primera opción de muchas familias, pero no me puedo quedar con la matrícula de mayo porque sé que habrá muchos que desaparecerán por el tema de la gratuidad", comenta.
En todo caso, Mesa estaría de acuerdo con llegar al estatus de concertada. Una modalidad con la que cumple en la práctica, asevera, dado que tiene que cumplir con la programación curricular, aparte de las ratios, y tener supervisión de inspección educativa y sanitaria —al contar con un comedor. "No es un negocio, ni lo considero como tal, pagamos impuestos, nóminas, y ahorramos para mantener el cierre de agosto", asegura.
Yolanda Mesa, directora de la escuela infantil Cavall Blau, en Terrassa
La etapa de 0 a 2 años era una asignatura pendiente en la Administración hasta hace no tanto, "había quedado relegado en la agenda", y la competencia era externalizada a través de los ayuntamientos. Un funcionamiento que se intenta revertir, sobre todo ante un modelo familiar que exige más conciliación y compatibilidad con los empleos.
El esfuerzo económico
"No somos guarderías que guarden, sino escuelas infantiles donde aprenden y crean hábitos y rutinas", defiende. "Estamos dentro de su día a día durante tres años, nos aman, nos quieren, aunque luego sea su etapa olvidada". Al principio, lloraba cada junio cuando se despedía de los que habían correteado por los pasillos durante tanto tiempo, pero se queda con que "siempre quedará un poquito de mí en ellos".
Ante la pregunta del nivel adquisitivo de las familias, Mesa aclara que hay de todas las clases. Tanto de nivel medio-alto, como medio y medio-bajo: "Hay familias que hacen grandes esfuerzos". Por ejemplo, hay familias con las que cuenta una serie de meses al año, cuando pueden costearse este gasto, y otros meses desaparecen. Este vaivén se mantiene porque apuestan por la impronta del caballo azul.
Protesta por la ayuda "ínfima"
La subvención de 800 euros anuales supone una cuantía "ínfima" para la Associació Catalana de Llars d'Infants, integrada por 150 centros con una media de 70 alumnos. Su representante, Marta Camí, apunta que es momento de decir "basta", ya que el territorio es "una de las peores comunidades autónomas financiadas, la cuarta en la cola".
Este jueves entregarán en Educación un manifiesto centrado en "reivindicar la ayuda directa a las familias, con una financiación a la altura para que coexista un modelo público-privado". Consideran que los proyectos educativos de estas escuelas dan "riqueza cultural" al país y, por tanto, prefieren una "coexistencia" con el sistema público antes que verse abocadas a la desaparición.
"Cada 15 días cierra un centro de educación infantil privado y, si seguimos así, en el 2040 no quedará ninguno", vaticina Camí. "¿Por qué en Cataluña pasa esto?", se pregunta ante un panorama que les "indigna muchísimo".
Grupo de I2 en la escuela infantil Cavall Blau, en Terrassa
Respuesta de Educación
Consultado por este medio, el Departamento liderado por Esther Niubó expresa que las llars d'infants privadas de iniciativa social "son imprescindibles para el país y hacen una gran labor". Es más, admiten que son "conscientes de la situación de infrafinanciación", pero, ante la falta de unos presupuestos autonómicos, "no se ha permitido mejorar la situación".
Al respecto, la institución sostiene que "está a su lado, les da apoyo" y quiere" mejorar el modelo económico que reciben". Así, con el proyecto de ley de 0-3 años se busca "garantizar la viabilidad" de los modelos que coexisten en Cataluña con el propósito de crear "un mapa nuevo" en el que la oferta incluya tanto a los llars públicos, cooperativos y privados.
La gran olvidada
La etapa de 0 a 3 años es uno de los grandes retos de Educación. Ya no solo se encuentra con el descontento de la actividad privada, sino que la red pública también ha salido en numerosas ocasiones para denunciar su situación. El caso más reciente fue a principios de curso con la formación de la Plataforma Catalunya 0-3.
El colectivo pedía dejar "de ser el gran olvidado" y señalaba varias deficiencias en su funcionamiento, como la infrafinanciación, la falta de profesionales, la titularidad que varía entre lo público y lo privado, las plantillas rotatorias o unos ratios muy altos que van en contra las recomendaciones europeas. A la espera de lo que ocurra durante los próximos meses, ya son varios frentes en la etapa 0-3 que avanzan para conseguir arrancar un compromiso.
Uno de los matriculados en el grupo I2 en la escuela infantil Cavall Blau, en Terrassa
