El nombre catalán de cinco letras que sólo llevan 26 personas en Cataluña

El nombre catalán de cinco letras que sólo llevan 26 personas en Cataluña CANVA

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El nombre catalán de cinco letras que sólo llevan 26 personas en Cataluña: significa "protegida por la virgen" y es popular en Barcelona

Hace referencia a un municipio y a un árbol muy común en la Comunidad Valenciana

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Hay nombres muy populares y nombres que nadie o muy poca gente conoce. En Cataluña son muy comunes los nombres cortos del estilo Pol, Jan, Martí, Noa, Emma, Leo. 

Son nombres tradicionales  anclados en la historia y la identidad local, pero hay otros que lo están tanto o más que los citados y, en cambio, tienen mucha menos presencia. Es el caso de Lledó.

Este nombre catalán de niña de apenas cinco letras y fuerte significado religioso, hoy apenas llevan 26 mujeres en toda Cataluña, según los datos más recientes del Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat). 

Hay catalanes que ni siquiera saben que existen. Otros lo conocen como sustantivo común, pero no lo relacionan con nombre de niña. Menos en algunas regiones de Barcelona. En la provincia parece que es más popular, donde hay 20 personas registradas como Lledó. 

Extensión en el resto de España

Mucho más extendido está en el resto de España. Hay 445 mujeres que se llaman así, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) y de una edad media de 26 años. Y donde hay más es en otras provincias catalanohablantes, Castellón, Valencia y Alicante. 

Esta distribución tiene una explicación muy lógica. La patrona de Castelló de la Plana es, ni más ni menos, que la Mare de Déu del Lledó, cuya leyenda se remonta al siglo XIV.

Origen del nombre

La tradición popular cuenta que hacia el año 1366, un labrador llamado Perot de Granyana encontró una pequeña imagen de la Virgen enterrada junto a un árbol en las afueras de Castelló. Ese árbol era un almez, en catalán un lledó.

El hallazgo fue interpretado como una señal divina y dio origen a una intensa devoción. En aquel lugar se levantó primero una ermita, más tarde un santuario, y finalmente la Basílica del Lledó, consagrada en 1766 y declarada monumento histórico-artístico. 

La imagen, conocida como la Mare de Déu del Lledó, fue proclamada patrona de Castelló de la Plana en 1924 y su festividad se celebra cada primer domingo de mayo.

De ese origen nació también el nombre Lledó, utilizado desde hace siglos como homenaje a la Virgen

Qué significa Lledó

Con esta historia, el concepto lledó, en catalán y valenciano, tiene como significado literal “lugar donde crecen almeces”. La historia de la virgen, en cambio, le ha dado un sentido simbólico remite a “la que procede del Lledó” o “la que está bajo la protección de la Virgen”. 

Lo curioso es que, a diferencia de otros nombres religiosos que tuvieron un uso generalizado en distintas regiones de España, Lledó se mantuvo como un nombre profundamente local y devocional. 

Además de su carga religiosa, el nombre posee un valor lingüístico y natural. El lledó —el árbol que le da origen— pertenece a la especie Celtis australis, de hoja caduca, corteza gris y madera resistente, usada tradicionalmente para fabricar herramientas y bastones. En la simbología popular mediterránea, el almez se asocia con la fortaleza, la protección y la fertilidad, atributos que encajan con la dimensión espiritual del nombre.

Aunque su uso ha disminuido notablemente y no figura entre los nombres de nueva inscripción en Cataluña, Lledó conserva un espacio simbólico importante en la identidad de Castelló. Allí, no solo está la virgen, sino una increíble basílica barroca y clasicista dedicada a esta imagen.

Lledó resiste

Esto ha hecho que su empleo se concentró en las comarcas del norte valenciano —especialmente en la Plana Alta y la Plana Baixa—y, en menor medida, en Tarragona y Barcelona, zonas donde la devoción a la Mare de Déu del Lledó también dejó huella.

Su escasez en los registros civiles no ha borrado su peso cultural. Aun así, Lledó es un nombre que se ha ido perdiendo, especialmente en Cataluña, donde parece estar en peligro de extinción. La Comunidad Valenciana es el bastión de la resistencia de este nombre.