Imagen de archivo del exterior de la Audiencia de Girona

Imagen de archivo del exterior de la Audiencia de Girona Europa Press

Vida

Arranca el juicio por el crimen de Anna, la joven violada, torturada y asesinada por su pareja en Campdevànol

El fiscal Enrique Barata solicita la pena máxima: prisión permanente revisable

La autopsia contabilizó más de 60 heridas por todo el cuerpo, muchas de ellas infligidas mientras seguía viva

Más noticias: Giro en el caso Isak Andic: los Mossos lo investigan como un posible homicidio

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A los vecinos de Campdevànol (Ripollès, Girona) se les cortó la respiración la mañana del 21 de septiembre de 2022. Una patrulla de los Mossos d’Esquadra confirmaba la muerte de Anna, una joven de 21 años cuyo cuerpo apareció destrozado tras haber sido violada, torturada y asesinada.

Pocas horas después, los agentes detenían a Alberto P., de 36 años, su pareja sentimental. Desde entonces permanece en prisión preventiva, acusado de un crimen atroz que desde hoy se sienta en el banquillo de la Audiencia de Girona, ante un jurado popular.

Prisión permanente revisable

El fiscal Enrique Barata solicita la pena máxima: prisión permanente revisable. En su escrito de acusación sostiene que el acusado agredió brutalmente a su pareja, dejándola sin posibilidad de defenderse, la violó y después le asestó dos puñaladas con un cuchillo.

Tras causarle la muerte, y con el objetivo de engañar a los investigadores, secó las heridas con un secador de pelo para que dejaran de sangrar y aparentaran ser antiguas. Luego lavó el cuerpo, la vistió con ropa limpia y eliminó pruebas del delito, antes de llamar a los servicios de emergencia fingiendo sorpresa por su estado.

24 horas de torturas

Según el ministerio público, Anna fue sometida a casi 24 horas de tortura, un calvario imposible de imaginar que culminó en su asesinato. La autopsia contabilizó más de 60 heridas por todo el cuerpo, muchas de ellas infligidas mientras seguía viva: puñetazos, arañazos, cuchilladas, quemaduras, moratones, dientes rotos y desgarros en zonas íntimas.

Durante el año que duró la relación, Alberto habría ejercido un control constante sobre la joven, tratándola con menosprecio y agresividad. El fiscal describe un patrón de violencia machista continuada:

“Con el fin de ejercer dominio, superioridad y control habitual sobre ella, celoso ante el temor de que pudiera relacionarse con otros chicos, en ocasiones la dejaba encerrada en la habitación del dormitorio, quitándole el móvil y las llaves para que no pudiera salir hasta que él regresara”, reza el escrito del fiscal. 

Incluso —añade el escrito— le confiscaba los teléfonos o las tarjetas SIM que le compraban sus padres para aislarla por completo.

Antecedentes por violencia de género

La fiscalía considera que el crimen se desencadenó por un nuevo episodio de celos, cuando el acusado la retuvo en el domicilio y comenzó la tortura que se prolongó durante toda la noche del 20 de septiembre.

Alberto contaba ya con antecedentes por violencia machista: había sido condenado dos veces por quebrantar órdenes de alejamiento y acercarse a parejas anteriores que lo habían denunciado por malos tratos.

Un jurado popular decidirá su destino

El juicio por el asesinato de Anna arranca este viernes en la Audiencia de Girona y se prevé que se prolongue hasta el 24 de octubre, cuando el jurado popular se retire a deliberar.

La fiscalía, las acusaciones y la defensa expondrán en las próximas semanas un caso que ha estremecido al Ripollès y que vuelve a poner en el centro del debate la violencia extrema contra las mujeres.