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Nandou Diedhiou, estalla contra los servicios de Rodalies: “Tengo que bloquear el tren porque no funciona la puerta de salida”

El problema de la accesibilidad no se limita a las instalaciones de la estación, sino que se extiende a la operación de los mismos trenes

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A veces lo rutinario parece ser tan sencillo, que para muchos es casi misión imposible, como el llegar puntual a tu destino. Esto se agrava más cuando se trata de subirse a tren por la mañana para desplazarte a otro destino y se convierte en una pesadilla, como le ocurre a Nandou Diedhjou que necesita una silla de ruedas para desplazarse.

Diedhjou necesita desplazarse desde Molins de Rei, su trayecto se convierte en un camino lleno de piedras que a veces es casi imposible superar. Barcelona, lleva años ofreciendo un servicio descuidado en el que los usuarios sufren diferentes inconvenientes a causa de las averías en ascensores necesarios para acceder al tren, ocupación indebida de espacio reservados, vigilancia en los pasos y deficiencias en el servicio de asistencia para personas con movilidad reducida.

El vecino de Molins comienza cada mañana con ir a probar el ascensor, este ya exhibía "un papel que dice que no funciona". Ante la imposibilidad de usar la infraestructura destinada, el hombre describe la extrema precaución que debe mantener para sortear las vías.

Si bien en hoy en día ha conseguido poder cruzar con el aviso del vigilante: "¡Pasa!". En cambio, relata que "los primeros días no había vigilancia" y que por ello cruzar "me daba un poco de respeto". Asegura que, con esfuerzo, consiguió que las autoridades "vigilaran a la hora de cruzar", aunque siempre procede con cautela, afirmando: "Pasaré con cuidado" y que "con precaución miré...".

La acumulación de dificultades en el acceso y cruce de vías impulsa al viajero a denunciar y pedir una súplica directa a la compañía ferroviaria: "Yo le pido que miren un poco a las personas".

Para él, el mal funcionamiento de la infraestructura no es un inconveniente menor, sino un problema estructural que requiere atención. Enfatiza que, si los ascensores no cumplen su función, esto automáticamente se convierte en "un problema", haciendo referencia a una de las principales barreras que limitan su movilidad y la capacidad de utilizar el servicio de forma independiente.

El problema de la accesibilidad no se limita a las instalaciones de la estación, sino que se extiende a la operación de los trenes mismos. El usuario detalla un fallo recurrente en la operatividad de las puertas de salida que lo afecta directamente, lo que lo obliga a tomar medidas drásticas.

En ocasiones, ha llegado a verse en la obligación de "bloquear el tren porque" porque "cuando llego a Molins, no funciona la puerta de salida". Aclara que este tipo de incidente es más común "en trenes cortos", mientras que en "trenes largos funciona bastante bien", sugiriendo una disparidad en el estado de mantenimiento del material rodante.

La consecuencia directa de estas fallas operativas, desde ascensores inactivos hasta puertas inoperantes, se traduce en demoras extraordinarias que afectan su vida diaria. El viajero recordó un incidente particularmente grave que superó con creces las expectativas de retraso: "Ah, tardé un día porque no funcionaba el ascensor, cuatro horas".

Ante esta compleja realidad y la suma de inconvenientes que enfrentan los usuarios con movilidad reducida, el hombre concluye con una petición concisa y urgente dirigida a la mejora del servicio: "Pido, por favor, una mejora para los viajeros en silla de ruedas".