Antoni Boliches / Wikipedia

Antoni Boliches / Wikipedia

Vida

Antoni Bolinches, psicólogo y experto en terapias de parejas: “En las relaciones siempre manda más quien menos ama"

El experto insiste sobre la importancia de amar y compartir sin perder la propia identidad, porque la pareja no debe ser una renuncia, sino un espacio de construcción mutua

Juan Madridejos, notario: “La donación de los padres para primera vivienda puede ahorrar en impuestos”

Publicada
Actualizada

Como venimos comentando hace días, los divorcios y las separaciones matrimoniales no deja de aumentar. Debido a ello, las terapias de parejas están cada vez más solicitadas por matrimonios y/o parejas que quieren dar una oportunidad a su relación antes de tomar la decisión de poner punto y final.

La terapia se convierte, así, en un espacio de reflexión y acompañamiento donde los miembros de la pareja pueden trabajar sobre sí mismos y sobre el vínculo que comparten.

El objetivo o el foco que ponen en las terapias es en la necesidad de mejorar la comunicación, resolver conflictos y fortalecer el vínculo emocional en un entorno seguro, con la intención de fomentar el crecimiento mutuo y manejar los desafíos con mayor empatía y respeto, incluso cuando la separación es la opción más saludable.

En este contexto, Antoni Bolinches, psicólogo clínico y terapeuta de parejas, asegura en el podcast 'VERDADES (in)CÓMODAS' que el cambio radical en los roles de género ha generado conflictos, manifestándose en que "las mujeres estáis decepcionadas por él, no del hombre y el hombre está desorientado por el cambio de la mujer".

En esta misma línea, argumenta que, en lugar de una revolución sociológica, lo que se necesita ahora es una "Revolución psicológica", y pide a las mujeres tener paciencia porque "los hombres somos más lentos, no sabemos hacer dos cosas a la vez".

Este desajuste afecta especialmente a las mujeres con excelencia, a quienes "le faltan hombres para poder elegir", pues "ellas se siguen enamorando admirativo". Esto crea una paradoja para la mujer que alcanza la excelencia: "cuanto mayor es su excelencia, menos hombres admirables se encuentran". Además, existe una clara diferencia en las expectativas relacionales: "los hombres prefieren relaciones cómodas, las mujeres prefieren relaciones vivas".

Por ello, propone una filosofía diferente: en lugar de "buscar parejas adecuadas, convirtámonos en personas adecuadas para las parejas". La clave para una relación sana reside en el individuo y su autoconcepto, pues "la buena compañía que no te puede fallar es la de ti mismo", y "el arte de enamorar es el arte de mejorar".

Otro aspecto crucial es aprender a manejar las expectativas. Las parejas reales no son ideales, y gran parte de la frustración proviene de esperar demasiado del otro o de la relación. De ahí que recomiende priorizar el autocuidado y la autoestima: “quiérete y te querrán”. Asimismo, advierte sobre la dinámica de poder en la relación, recordando que “siempre manda más quien menos ama”, una frase que refleja la importancia de buscar un equilibrio afectivo.

Finalmente, Bolinches concluye con una idea fundamental: para que una convivencia sea exitosa, es imprescindible “casarse con el otro sin divorciarse de uno mismo”. En otras palabras, amar y compartir sin perder la propia identidad, porque la pareja no debe ser una renuncia, sino un espacio de construcción mutua en el que cada uno aporte lo mejor de sí.