Un arrozal del Delta de l'Ebre inundado este lunes

Un arrozal del Delta de l'Ebre inundado este lunes cedida

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Las lluvias torrenciales ponen en jaque la cosecha de 30 millones de kilos de arroz en el Delta de l'Ebre

Los agricultores dependen del sistema de drenaje para salvar el 25% de la cosecha que ha quedado completamente inundada

Más información: Peligro tras la tormenta: el Govern alerta del riesgo de inundaciones y riadas tras las lluvias

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Decenas de payeses de las Terres de l'Ebre (Tarragona) han pasado la noche en vilo. Mientras la tormenta extratropical Gabrielle descargaba centenares de litros de agua sobre el sur de Cataluña, los arrozales que dibujan el paisaje del Delta no dejaban de inundarse y nadie podía hacer nada para evitarlo.

Con la siega iniciada a principios de este mismo mes de septiembre, todavía quedan en los campos más de 30 millones de kilos de arroz por recolectar. Esto supone casi un 25% de la cosecha prevista de 130 millones de kilos al final de la temporada, que termina en unas pocas semanas, según ha detallado el agricultor Albert Pons a Crónica Global.

Miles de espigas de arroz han quedado bajo el agua tras las fuertes lluvias

Miles de espigas de arroz han quedado bajo el agua tras las fuertes lluvias cedida

La afectación real de las lluvias sobre la producción definitiva dependerá de la capacidad del sistema hidráulico del terreno de desaguar todo el excedente de precipitación antes de que la inundación estropee el arroz, que podría empezar a pudrirse en cuestión de horas. Así, el ambiente entre los agricultores del sector es tenso, a la espera de conocer la realidad que les depara.

Arroz sumergido

"Aquellos que tengan el arroz bajo el agua sufrirán pérdidas grandes", lamenta Josep Antoni Vidal, portavoz del sector del arroz en el sindicato Unió de Pagesos, en declaraciones a este medio. Los payeses auguran que la zona más gravemente afectada será el alto Montsià; para los arroceros de esta zona que tuvieran más porcentaje de la cosecha por segar "se avecinan problemas graves", insiste el representante sindical, en referencia también a los primeros estragos causados por el granizo de la semana pasada.

Pons explica que todas las espigas que sigan sumergidas a partir del martes "se perderán". Sin embargo, asegura que queda espacio para la esperanza: "Si las bombas de drenaje funcionan correctamente, estamos en condiciones de decir que salvaremos la cosecha". Confía en el apoyo que pueda brindar el sistema de bombeo del que dispone el Delta de l'Ebre, y que ha sido activado para expulsar al mar el exceso de agua acumulada y reducir el impacto ecológico y agrícola que las inundaciones puedan suponer.

Llegará más agua

Vidal es menos optimista. Con los datos pluviométricos de Meteocat, considera que un volumen relativamente importante de agua todavía está por llegar: "Todo lo que ha llovido en Amposta y el interior nos bajará". En un cómputo total, asegura que "hay más agua de la que se puede vaciar" antes de que el producto se eche a perder.

El centro de coordinación operativa de Protecció Civil, este lunes

El centro de coordinación operativa de Protecció Civil, este lunes Crónica Global

Así lo ha advertido también Imma Solé, subdirectora general de Coordinació i Gestió d'Emergències de la Generalitat, en rueda de prensa este lunes. Como responsable de Protecció Civil, ha avisado a la población de que las precauciones y medidas de autoprotección deben perdurar hasta que las autoridades competentes notifiquen el fin del peligro. Aunque deje de llover, los riesgos derivados de la acumulación de precipitación siguen vigentes durante horas por las riadas y crecidas que se puedan generar, así como los posibles daños en infraestructuras.

"A causa del cambio climático, estos episodios son cada vez más habituales", lamenta Pons. Dice que "antes" este tipo de accidentes meteorológicos eran excepcionales, pero que ahora ya prevén que les ocurrirá prácticamente cada temporada: "Te juegas tus ingresos, estamos todo el año cuidando del campo y en cuestión de horas se te puede ir todo al garete".

Récord de precipitación

Municipios como Amposta y Els Alfacs han batido en las últimas 24 horas el récord de lluvia diaria desde que se guardan registros, hace más de 30 años, ha informado Santi Segalà, jefe del área de predicción de Meteocat, este lunes ante los medios de comunicación.

Inundaciones en Amposta

Inundaciones en Amposta cedida

En la capital del Montsià, donde se ha registrado la mayor precipitación de todo el episodio, se han acumulado, hasta las 16:30 horas del lunes, 303,4 mm. Para contextualizar la importancia del dato, la cifra prácticamente iguala toda la lluvia caída en este municipio durante los 366 días de 2024. En Els Alfacs también se han acumulado cantidades nunca antes vistas: hasta 208,8 mm en la misma franja de tiempo.

Otros dos puntos de medición han superado los 200 mm, acercándose a los máximos históricos. Se trata de Mas de Barberans, donde los 216,6 mm registrados han causado un corte del suministro eléctrico que ha dejado al municipio a oscuras durante horas, hasta que Endesa ha podido restituir el servicio; y el Parc Natural dels Ports, donde se han alcanzado los 202,1 mm. "Son datos impresionantes", ha insistido Segalà.

Previsión de más lluvia

Los representantes de Unió de Pagesos insisten en que no podrán empezar a evaluar las pérdidas reales hasta que no se dé por definitivamente terminado el episodio de lluvias y que, de hecho, algunos todavía no han podido salir al campo a hacer las primeras observaciones por los peligros personales que les podía suponer exponerse al temporal.

En todo caso, Meteocat espera que se recupere la normalidad atmosférica a primera hora de la mañana del martes aunque, como ha informado la consellera de Interior, Núria Parlon, "lo peor ha pasado" durante la madrugada del lunes.

Segalà no descarta la posibilidad de un repunte en la intensidad de las lluvias durante la noche del lunes al martes. Aunque la tormenta haya empezado a desplazarse a partir de la primera hora de la tarde, para focalizarse sobre la Comunidad Valenciana, que se ha llevado la peor parte, y el Mediterráneo, algunos modelos predictivos indican una pequeña recesión que daría unos últimos coletazos sobre los arrozales del Delta de l'Ebre.