Un joven argentino, en Barcelona: “No se vengan sin papeles, eso del trabajo en negro acá no existe”

A veces por diferentes cuestiones es necesario emigrar a otro país, aunque sea temporal. Dejar toda tu vida para irte a un país nuevo que desconoces y sin tu familia es dar un paso importante a tu vida. Estas experiencias en su mayoría suelen ser enriquecedora porque aprendes idiomas y te desarrollas como persona, incluso en ocasiones puedes ganar bastante dinero, dependiendo del país.

Por tanto, cada experiencia es un mundo. Sin embargo, hay muchos extranjeros que recalan en diferentes comunidades autónomas de España y, un argentino (@todoporlacorona), ha aprovechado su nueva vida en Barcelona para contar sus vivencias con los pros y contras de habitar en la ciudad condal.

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Este joven cuenta varios factores importantes a la hora de llegar desde el extranjero a la ciudad condal, el primero que resalta es la dificultad de conocer a personas: “Hacer amigos acá es un tema bastante complejo, como que cada uno está en su mundo. Por más que tenga a personas de tu mismo país no es tan fácil como parece”, resalta.

Sin embargo, en la cuestión que enfatiza y es una de la más importante a la hora de venirte a Cataluña a trabajar siendo extranjeros es la legalidad laboral y de los papeles. “No se vengan sin papeles, eso del trabajo en negro acá no existe o es súper complicado de conseguir porque las multas por tener a alguien sin papeles o sin un contrato son tremendas, entonces nadie se arriesga”, aclara.

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Además, insiste en que en la ciudad condal hay mucho trabajo, por lo que puede ser una oportunidad venir a Barcelona. Sin embargo, recalca que donde hay más oferta laboral son en trabajos no cualificados como “camareros, baristas”, en cambio, si quieres trabajar en un sector concreto donde te has especializado requieres de idioma.

“Cuando tratas de ir un poco más allá, no sé estudiaste una carrera y quieres llevarlo por ese lado, tenés que saber inglés sí o sí, pero de una forma tipo C1 mínimo porque si no te patean, aquí el inglés fundamental”, asegura el joven.

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La cultura de la discreción catalana

En Barcelona, el “estilo de vida te cambia absolutamente y lo que echa de menos el compañerismo que hay en tu país a lo que es acá”, insiste. Esta diferencia, que tanto remarca el tiktoker puede deberse, como bien defiende el argentino, a la frenética vida que se lleva en el día a día en la ciudad condal, que dificulta en cierto modo conocer gente fuera de tu ámbito familiar y profesional.

Al fin y al cabo, es una ciudad muy grande, con mucho movimiento, lo que provoca que la gente tenga horarios y agendas apretadas por trabajo, estudios o actividades personales.

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Otro de los matices, es que, en Cataluña, al igual que en Euskadi y a diferencia de Andalucía, las personas suelen ser más reservadas a la hora de tener un primer contacto. No es habitual, que las cuadrillas o collas te abran sus puertas a la primera de cambio, a pesar de que seas simpático o muestres cierto interés.

Esta forma de relacionarse responde a una cultura que valora la prudencia, la intimidad y la confianza construida con el tiempo, en contraste con otras zonas de España donde la espontaneidad y la efusividad son la norma desde el primer encuentro.

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En este contexto, es más difícil encontrar tiempo para socializar fuera de círculos ya establecidos. Es decir, el proceso de acercamiento con los catalanes es más lento y gradual. Pero, una vez pasado este bache, las amistades que se forman tienden a ser sólidas, fieles y duraderas.