El verano de 2025 ha estado marcado por largas olas de calor extremo y duradero. De hecho, el inicio de la temporada estival fue considerado el peor del siglo en términos de superficie quemada, con cerca de 10.000 hectáreas calcinadas.
En este contexto, el trabajo de los bomberos, agents rurals y los ADF —voluntarios en la extinción y prevención de incendios— es esencial para evitar la pérdida de vidas, propiedades y negocios. Su coordinación resulta básica para reducir los daños. No obstante, los ADF denuncian un “grave problema de coordinación” con la cúpula de Bomberos.
Conflictos con la cúpula
Joan Trenchs, secretario del secretariado de la Federación de ADF de Catalunya, subraya que desde hace varios años existen “graves problemas de comunicación y coordinación” con la dirección del cuerpo. “Definen de forma unilateral las tareas que deben hacer los ADF y nos apartan del soporte a la extinción”, afirma.
A juicio de Trenchs, los problemas comenzaron con la renovación de la cúpula en 2018, que pretendía “revertir la situación crítica” del cuerpo por la falta de material, vestuario, vehículos y otros recursos.
Recursos desaprovechados
En ese contexto de precariedad, los voluntarios lamentan que se les empezara a apartar de algunas actuaciones con una nueva normativa. “Nosotros hacemos la primera intervención en el 40% de los incendios que se producen en Cataluña, contamos con 6.000 voluntarios repartidos por todo el territorio. Pese a ello, se está desaprovechando un recurso imprescindible para la seguridad”, critican.
Jordi Gil, jefe operativo de los ADF de Sabadell en al extinción de un incendio
El dirigente recuerda que hasta entonces existía coordinación buena entre ambos cuerpos, pudiendo actuar durante toda la emergencia. Por contra, ahora denuncian que se les restringe al “punto de inicio” sin posibilidad de intervenir más allá.
Reconocimiento municipal
“Nos sentimos reconocidos por Ayuntamientos, Consejos Comarcales y Diputaciones. Incluso con el propio personal de bomberos hay buena sintonía. El problema surge con los coordinadores”, añade Trenchs.
Aun así, el voluntariado insiste en que seguirá luchando por aportar recursos a la extinción de incendios pese a las limitaciones normativas. “Son normas que no se sostienen y que ellos mismos incumplen porque necesitan nuestro apoyo”, recalcan.
Modelo extendido
En Cataluña, un día de alto riesgo puede movilizar hasta 500 efectivos de ADF, lo que convierte a este cuerpo en un recurso inmediato por su distribución territorial. Trenchs recuerda que el modelo de voluntariado “funciona en muchos países, en paralelo con bomberos profesionales apagando fuegos más allá del punto inicial”.
Además de la extinción, los ADF colaboran en prevención mediante desbroces, revisión de caminos y puntos de agua, así como en tareas de protección civil y vigilancia. “Cuando hay incendios en otros territorios, como Castilla y León, actuamos en más espacio del que se nos permite en Cataluña”, apunta Gil.
Voluntariado insustituible
El movimiento forestal insiste en que su labor es insustituible. “Si falta formación, que se nos dote de ella y de recursos”, resume Trenchs.
En la misma línea, Jordi Gil, jefe operativo de la ADF Sabadell y voluntario desde hace diez años, recalca: “Si no estuviéramos, la situación en Cataluña sería mucho más grave”. El voluntario destaca el valor de quienes “dedican su tiempo libre de manera altruista para proteger la naturaleza”.
Carencias institucionales
Gil asegura que lo que le impulsa a seguir “es la calidad humana de las personas que participan. Sabemos cómo resolver situaciones críticas y coordinarnos en momentos de riesgo. Estamos preparados”, añade.
También recuerda que las lluvias de primavera suavizaron la campaña, aunque los episodios de calor de julio reactivaron el riesgo. “El 90% de los incendios los provoca el hombre, ya sea por negligencia, descuidos o pirómanos”, advierte.
Factores de riesgo
Con el cambio climático, la situación se agravará. Las fuentes consultadas alertan de los robos de cobre en instalaciones eléctricas: “Los delincuentes dejan residuos en el bosque y generan focos de ignición”.
El escenario es muy preocupante, según la consellera de Interior, que en declaraciones a Crónica Global describió: “Hay muchos bosques jóvenes, frágiles y desordenados tras el abandono de la agricultura tradicional y el retroceso del sector primario”.
Incendios más agresivos
La abundante masa forestal abandonada y el combustible acumulado provocan incendios más agresivos. Además, los ADF advierten de que Cataluña corre el riesgo de sufrir fuegos tan feroces como los vistos en Galicia o Zaragoza.
“El riesgo aumenta porque cada vez hay más poblaciones integradas en el bosque. Muchas parcelas interiores no cumplen con la normativa, lo que facilita que el fuego se propague a zonas habitadas”, concluyen.
