Vista de la línea de fuego en Paüls, Tarragona, producido en julio en el sur de Cataluña, en una imagen de archivo

Vista de la línea de fuego en Paüls, Tarragona, producido en julio en el sur de Cataluña, en una imagen de archivo Luis Miguel Añón Tarragona

Vida

Un bombero del GRAF, sobre los incendios en Cataluña: "La llave para cambiar está en la política"

Un sargento de Bombers de la Generalitat envía una carta abierta en la que lamenta la falta de previsión para salvar vidas

Más contenido: El coste de cuidar los montes en Cataluña: más de 3.000 euros por hectárea para atajar los incendios

Publicada
Actualizada

Cada vez que hay un conato de incendio en Cataluña, el mandato es ir con todo. Una maniobra muy invasiva que, ante el más mínimo indicio de columna de humo o de llamas por los alrededores, pretende sofocar cualquier contratiempo y evitar el colapso de los recursos en emergencias de los Bombers de la Generalitat si se multiplica la demanda.

Unos minutos preciosos que serán clave para la posterior evolución de un fuego que, si alcanza sus cotas máximas, podría arrasar miles y miles de hectáreas, con todo lo que hay en ellas, ya sean casas, cultivos, animales o las propias personas. También, los trabajadores que arriesgan en su día a día su vida, como Jordi Tomàs, bombero del GRAF (grupo de actuaciones forestales) de la unidad de Girona. 

Cambio de paradigma

"Hace falta un cambio de paradigma en la sociedad: hay que cambiar la gestión del paisaje", sentencia. No se trata de realizar acciones puntuales o quirúrgicas, indica, sino invertir en prevención y en un cambio de mentalidad que abarque todas las áreas, ya sea para favorecer el crecimiento del sector primario como la gestión de todos aquellos terrenos que han quedado abandonados y propician un aumento de la masa vegetal, que prende como la gasolina. 

Este es el primer año sin sequía en Cataluña, ocasión que aprovechó la conselleria d'Interior para adelantar la campaña de verano y reforzar el servicio con 399 bomberos más que en 2024, con un total de 2.930 bomberos profesionales y 1.577 voluntarios. Sin embargo, este año ha superado el número de hectáreas quemadas desde 2010, según los datos de Agents Rurals, con dos gigantescas crisis: la de Paüls (Tarragona) y La Segarra (Lleida). 

Condiciones

"Las condiciones climatológicas y meteorológicas son cada vez más adversas y favorecen los incendios de sexta generación, que tienen un comportamiento extremo y rápido", indica. Por ello, el equipo material y humano debe estar preparado ante cualquier escenario. En otras comunidades, como Madrid, los bomberos forestales están en huelga de forma indefinida desde el pasado 25 de agosto a la espera de mejorar las condiciones y renegociar el convenio. 

Efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en el incendio de Jarilla, en Extremadura.

Efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en el incendio de Jarilla, en Extremadura. Europa Press / Delegación del Gobierno en Extremadura Extremadura

Control de situación

¿Y Cataluña? En el último lustro, Tomàs admite que ha habido "un gran crecimiento" en las dotaciones de Bombers de la Generalitat, tanto para la flota de vehículos como en personal, y conviene con que están satisfechos, pero no significa que no haya margen de mejora. Concretamente, en el GRAF: "Ha habido una inversión en el parque móvil, pero tenemos una gran ausencia de personal. Falta capital humano".  

Con la entrada de lluvias en julio y agosto, la previsión mejoró, dado que los terrenos tuvieron un respiro y la maleza quedó húmeda, a pesar de la ola de calor que borró en el resto de España la posibilidad de una extinción rápida. "Un incendio es una emergencia que puede durar varias horas y días y, para evitar que el sistema colapse, se apuesta por dirigir muchos recursos y activar en seguida medios aéreos para que no se hagan grandes los fuegos", explica.

La llave de la gestión, en la política

Pero, ¿cuál es el principal hándicap? La política. "Desde Bombers se habla de este paradigma, pero al final la llave la tiene el político, y es una cuestión que requiere tiempo", sostiene. Se necesita una visión estratégica, un horizonte amplio y un esfuerzo por acordar los mínimos para que no surjan contratiempos que aniquilen tanta vida.

"Tal vez no haya muchos incendios pequeños, pero uno solo, muy grande, escapa a nuestra capacidad de extinción y este es al escenario al que nos enfrentamos", admite. 

Conciencia de situación

Tomàs lleva en el cuerpo desde el año 2009 y consiguió una plaza en el GRAF en el 2018. La vocación marca la senda por la que ha caminado durante la última década, una baza para que no se le nuble el juicio en mitad del humo que desprende las llamas:

"Cuando surge una emergencia, pones la palabra riesgo en standby, si te la pusieras delante, sería un freno". Al contrario, se focaliza en la "conciencia de la situación", es decir, en todos aquellos elementos que pueden influir en el operativo. 

A veces, no todo depende de la concienciación de situación, sino de los múltiples factores que atraviesan un suceso cambiante y caprichoso. Uno de estos factores sigue siendo la previsión y gestión de los incendios a nivel administrativo porque, finalmente, repercuten en las condiciones que envuelve a los bomberos mientras intentan extinguir las llamas.  

La carta de un bombero

El fallecimiento de un bombero del Equipo de Prevención Activa (Epaf) en las labores de extinción del incendio forestal de Paüls (Tarragona), el pasado 10 de julio, sacudió al cuerpo. Antonio Serrano se precipitó por un barranco de 20 metros de altura y, a pesar de que un helicóptero medicalizado lo trasladó al Hospital Verge de la Cinta de Tortosa, no se pudo hacer más y se notificó su defunción.

A raíz de esta pérdida, Toño del Río González decidió publicar una carta abierta, para que la leyera el mundo. El sargento subjefe territorial de Bombers de la Generalitat de Cataluña y secretario general del sindicato de Bombers de UGT de Cataluña lamentaba en la misiva la inacción ante una realidad que está presente, pero ante la que solo hay inacción.

A pesar de que los esfuerzos, "ningún bosque vale una vida, sea bombero, EPAF, pagès o temporero, pero parece que no aprendemos o aprendemos tarde". Ya sean gobiernos locales o autonómicos, propietarios, eléctricas, población, empresarios, partidos políticos, ecologistas... "Todos forman parte del problema".  

"Vamos tarde"

"Vamos tarde para gestionar los dos millones de hectáreas forestales que hay en Cataluña, vamos tarde para potenciar y dignificar la pagesia del sector primario y repoblar la Cataluña vaciada", expresa. En paralelo, subraya que se va a contrarreloj con tantas gestiones, como la limpieza selectiva, las quemas controladas, los arreglos de los caminos o la accesibilidad a puntos de agua y el aumento de los márgenes perimetrales de seguridad.

En esta puesta a punto, critica la adecuación de los planes del Infocat o del PAGI, "es tarde para hacer gestión y prevención, pero sobre todo para recuperar las vidas y las familias rotas". Tal y como cita en el texto, los datos de la conselleria d'Acció Climàtica reveló que el 65% del territorio catalán es terreno forestal, el 75% de propiedad privada y el 24% pública, con 14 parques naturales.

Un hidroavión actúa en el incendio de Paüls, en Tarragona, en imagen de archivo

Un hidroavión actúa en el incendio de Paüls, en Tarragona, en imagen de archivo Luis Miguel Añón Tarragona

"No estamos dispuestos a perder más vidas" 

Los expertos, como la cooperativa Agresta, estiman que se necesitaría entre 3.000 y 5.000 euros para rehabilitar cada hectárea, lo que supondría alargar su vida útil durante cerca de una década. Sin embargo, solo el 10% de la masa forestal catalana está gestionada. "El presupuesto que se destina en toda Cataluña a la gestión forestal no llega a los cinco millones de euros", advierte. 

Al respecto, también señala la falta de un liderazgo político como el gran escollo para la prevención. "Los grandes incendios forestales se paran en invierno", remarca, con la rehabilitación de franjas de protección, reforzar edificaciones o acompañar las siegas de los cultivos con vehículos de las ADF (agrupaciones de defensa forestal) a su lado. Además, critica la atomización de las subvenciones e indemnizaciones que ofrece la administración, "y que estas se hagan de forma poco transparente". 

"Los bomberos continuaremos luchando con nobleza, entrega y abnegación y, si hace falta, con riesgo para nuestra integridad con el fin de proteger a la población, pero no estamos dispuestos a perder más vidas de forma innecesaria por la negligencia de todos juntos", concluye.