Portada del informe que ha elaborado la Societat Catalana de Salut amb Perspectiva de Sexe i Gènere con recomendaciones para una atención transversal.

Portada del informe que ha elaborado la Societat Catalana de Salut amb Perspectiva de Sexe i Gènere con recomendaciones para una atención transversal. CG

Vida

Un año de lucha contra una sanidad machista en Cataluña: "Queremos una salud sin sesgo de sexo y género"

La Societat Catalana de Salut amb Perspectiva de Sexe i Gènere prepara un documento con las 'consellerias' de Salud y de Igualdad y Feminismo para divulgar buenas prácticas entre los profesionales

Más información:Una ginecóloga de Cataluña sobre el orgasmo femenino: "Hay que derribar los tabúes para avanzar"

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Maria tardó 15 años en ser diagnosticada de endometriosis. Sufría dolores insoportables cada vez que menstruaba y la única solución que le ofrecían era la inyección de calmantes. El dictamen: reglas dolorosas. Nadie profundizó en conocer cuál era la causa de su padecer, simplemente, "era normal". Tiempo después, cuando estaba en la mesa de operación por otros motivos, por fin, los médicos vieron que su endometrio se había salido del útero y envolvía por completo su colon.

El caso de Maria, nombre ficticio, es semejante al de millones de mujeres que sufren la brecha de género. La endometriosis afecta al 10% de la población femenina en España y tarda unos ocho años de media en ser diagnosticada, según estudios recientes. El dolor que genera es motivo para pedir una baja laboral, algo a lo que ella nunca accedió. Este infradiagnóstico es una muestra de la discriminación que hay en el sistema sanitario y que afecta a toda la población.

También a los hombres. Como explica Maria Antònia Mangues, coordinadora de la Societat Catalana de Salut amb Perspectiva de Sexe i Gènere, a Crónica Global, la falta de una perspectiva transversal a la hora de atender a los pacientes tiene, a su vez, consecuencias para los varones, como ocurre con el tratamiento del cáncer de mama que, si bien tiene prevalencia entre las mujeres, puede afectarles. 

Discriminación histórica

"Los estudios científicos se han realizado mayoritariamente en el sexo masculino, tanto en lo referente a los hombres como a los modelos de investigación con ratones machos o de cultivos celulares masculinos", comenta. Un hecho que acarrea una serie de consecuencias nefastas para la salud, como diagnósticos tardíos, efectos secundarios de medicamentos o la baja participación de las mujeres en pruebas epidemiológicas.

Proceder de esta forma "obvia la diferencia biológica y sociocultural entre hombres y mujeres en muchos aspectos y, así, acaba afectando a la salud de las personas", reflexiona Mangues. Las evidencias de las repercusiones negativas se acumulan en distintos estudios y, resalta, que de no incorporar esta visión transversal "se seguirán generando inequidades".

Las Naciones Unidas estiman que haría falta unos 360.000 millones de dólares al año para cerrar la brecha de género en materia de salud en el horizonte de 2030. Los análisis internacionales coinciden en un momento en el que, al albor de la iniciativa catalana, se elaboró el Libro Blanco de Salud y Género del Observatorio de Salud y Estudio de Comunicación (OdS) en España. Pero, ¿cómo se puede evitar este sesgo?

"Afecta a la salud de las personas" 

La Societat, miembro de la Academia de Ciencias Médicas y de la Salud de Cataluña y de Baleares, presentó en julio un informe con el apoyo de 16 sociedades científicas en las que se establece un decálogo a efectuar en las políticas de salud pública. Bajo el título Salut sense biaixos: 10 claus per una sanitat catalana amb perspectiva de sexe i gènere, Mangues resalta que es aplicable en cualquier otra comunidad autónoma o país.

Entre sus recomendaciones, destaca constituir comisiones clínicas multidisciplinares para impulsar una atención más equitativa y basada en la evidencia junto a guías y protocolos que den la suficiente información a los sanitarios para operar de manera adecuada; igualmente, realizar una desagregación por sexo para mejorar la toma de decisiones, al igual que establecer una formación obligatoria básica o incorporar la violencia machista como un problema de salud.

En la consulta

Pero, ¿esto cómo se traslada a la consulta? Mangues pone varios ejemplos. Volviendo al caso de la endometriosis, en muchas ocasiones se confunde con problemas abdominales relacionados con la menstruación, debido a que "no está en los programas formativos estándar". También, habría que descartar problemas cardiovasculares: "Pensábamos que los infartos de miocardio eran más frecuentes en hombres, pero es al revés, y hay más víctimas mortales entre las mujeres". 

Otro escenario, una joven con hipertensión, y una posible causa del estrés podría deberse a que esté al cargo del cuidado de sus padres e hijo mientras tiene que cumplir, en paralelo, con su trabajo. "Hay que tener en cuenta a la persona en toda su dimensión", asevera, ya que "se ha perpetrado en enfoque formativo y práctico sesgado". 

"Nuestra Societat nace con la intención de formar a los profesionales de la salud en todo este ámbito, ya que la formación universitaria no incorpora de manera sistemática la visión de sexo y género", advierte la coordinadora. "Hace falta un esfuerzo muy grande, pero hará falta hasta que se incorpore en los planes de estudio y en el enfoque de las investigaciones en salud", si no, advierte, "la evidencia será sesgada y no nos permitirá avanzar rápido". 

Próximos retos

Con un año cumplido, Mangues marca los próximos retos de la Societat. Uno de ellos es la publicación, de la mano de las consellerias de Salud e Igualdad y Feminismo de la Generalitat, del informe Gerder Care, en el que se describe cómo abordar sistemáticamente los tratamientos sanitarios con este enfoque transversal de sexo y género.

A su vez, centrarán su actividad en trabajar codo a codo con todos los profesionales de salud e insistir en la difusión de políticas sanitarias para que "todos vayamos en la misma dirección". La próxima cita será una jornada que organizarán en 2026 en la que darán a conocer todos los avances hechos en la materia.

Hace cinco años, Mangues, que trabajaba como farmacéutica en el Hospital Sant Pau, hablaba con la directora del área de Ginecología y Obstetricia y tomó conciencia de este reto que aún impide alcanzar la igualdad. Su sorpresa era cada vez mayor cuando leía al respecto, así que, desea dar un futuro mejor tanto a las mujeres, a los hombres y a las personas con género diverso. "Tengo una nieta de tres años, y esto hay que cambiarlo", concluye.