Giro de 180 grados, un pájaro bloquea la construcción de una autovía en Cataluña: los vecinos, en pie de guerra

Hay proyectos que parece que nazcan gafados. La autovía A-14, en Cataluña, parece uno de ellos. Nació para conectar Lleida con la frontera de Huesca, sin tener que pagar ni atravesar todos los pueblos que las separan.

El último obstáculo que se han encontrado no es burocrático, ni tan solo humano, sino animal: una pareja de collalbas negras (Oenanthe leucura), que se encuentran en el término municipal de Alfarràs por donde debe continuar la calzada.

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El problema está en que esta especie de pájaros está catalogada en peligro de extinción en Cataluña y ha iniciado la nidificación en la zona de las antiguas canteras de yeso, un espacio de alto valor natural y geológico conocido como las guixeres. 

Esta circunstancia ha sido confirmada tanto por expertos ornitólogos como por el propio alcalde, Joan Carles Garcia, y se ha convertido en el principal argumento del consistorio para rechazar el actual trazado previsto por el Ministerio de Transportes.

Quejas del alcalde

El hallazgo se ha utilizado como base para las alegaciones municipales contra el proyecto estatal, valorado en 86 millones de euros, que contempla atravesar el área natural mediante dos grandes viaductos de más de dos kilómetros de longitud. 

Según el alcalde, se trata de un enclave con un gran interés ambiental y paisajístico que quedaría gravemente afectado si la infraestructura se ejecuta tal y como está diseñada. Y el pleno está de su lado.

Qué importancia tiene el pájaro

Desde el Ayuntamiento se ha pedido que el gobierno catalán otorgue a este enclave el mismo nivel de protección que ya tiene la llamada timoneda de Alfés, donde se detectó la presencia de la alosa becuda. 

"En Alfarràs tenemos constancia fotográfica de la presencia de la collalba negra”, alega Garcia a InfoLleida, algo excepcional, por lo que el político considera que existen suficientes pruebas para reforzar las medidas de conservación.

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Otro punto conflictivo

El consistorio también reclama que las guixeres de Alfarràs reciban una figura de protección oficial. Actualmente, el espacio carece de reconocimiento legal, pese a que su continuidad territorial hacia la comarca de la Noguera sí está catalogada como Espacio de Interés Natural (PEIN). Esta falta de coherencia en la política de conservación es otro de los argumentos que se suman al recurso contra el proyecto de la A-14.

El diseño actual de la prolongación de la autovía incluye un tramo de más de seis kilómetros que discurre sobre el barranco y las canteras mediante dos viaductos. El problema es que, más allá del impacto ecológico, la falta de un acceso directo con la carretera C-26 supondría un grave perjuicio económico para el pueblo.

Por ahora, sigue

El proyecto estatal no contempla este enlace debido a la complejidad técnica y al coste adicional que supondría. Sin embargo, el consistorio advierte que sin esa conexión los vehículos simplemente pasarán de largo, sin acceder a los comercios y servicios locales. 

Ante esta situación, el Ayuntamiento ha solicitado el apoyo de los partidos con representación en el Parlament de Cataluña para presionar al Ministerio de Transportes y forzar la incorporación del enlace con la C-26.

Problemas iniciales

Los problemas en torno a la A-14 no son nuevos. La construcción de esta autovía ya estuvo paralizada durante años. Durante ese tiempo, el trazado se limitaba a un corto tramo entre Rosselló y Almenar. Allí las calzadas terminaban abruptamente en vallas, rodeadas únicamente de terrenos agrícolas, algo que le valió el sobrenombre de la “autovía a ninguna parte”.

No fue hasta 2017 cuando se estrenó la prolongación hasta Lleida. Sin embargo, los planes iniciales de extender la autovía hasta la Vall d’Aran, propuesta que estuvo sobre la mesa, fueron descartados por su elevado coste económico y su impacto ambiental en zonas de alta montaña.

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Cuál es el plan

Actualmente, el objetivo del Ministerio de Transportes es prolongarla únicamente hasta el límite provincial con Huesca. A partir de allí, se contempla la transformación de la carretera N-230 en una vía 2+1, con un carril central para adelantar de manera más segura hasta el municipio de Sopeira.

La coexistencia de los dos proyectos —la prolongación de la A-14 y la reforma de la N-230— ha generado dudas entre los vecinos y cargos locales sobre las prioridades de inversión del Estado en la zona. Mientras algunos ven en la autovía una oportunidad de desarrollo, otros insisten en la necesidad de proteger el espacio natural de las guixeres.

Movilización vecinal

Ya desde 2024 una campaña vecinal denuncia que este paraje natural sigue sin ninguna figura de protección oficial pese a su biodiversidad y a su valor geológico. Según destacan, se trata de un espacio de transición entre zonas agrícolas y forestales que alberga varias especies propias de los secanos de Lleida.

Ahora, a esta polémica se le suma la presencia de la collalba negra, que se ha convertido en el símbolo de la defensa de este espacio. La presencia de la pareja reproductora ha añadido un nuevo elemento de presión en la tramitación del proyect.