Spanish Girl’s Club, el primer equipo de mujeres futbolistas de España

Spanish Girl’s Club, el primer equipo de mujeres futbolistas de España

Vida

Spanish Girl’s Club, el primer equipo de mujeres futbolistas de España, nació en Barcelona: “Poco aspecto deportivo y posiciones inestéticas”

Las pioneras, lideradas por Paco Bru, apenas tuvieron tiempo de convencer a la sociedad; la primera guerra mundial detuvo su sueño

Contenido relacionado: ¿Conviene el fútbol a la mujer?

Publicada

Mucho ha cambiado el fútbol en los últimos años. Tanto, que la sociedad ya ha normalizado que lo jueguen las mujeres, de manera profesional, y que se ganen la vida con ello. Ahora, llenan estadios y son referentes de las nuevas generaciones. Pero no siempre fue así. Ni mucho menos. Hace 100 años, quienes osaban patear un balón eran poco menos que repudiadas.

Todo tiene sus procesos. El deporte, el fútbol en concreto, desembarcó en España a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Y no eran pocos los médicos que cuestionaban entonces las bondades del ejercicio físico. En el caso de las mujeres, sin embargo, el muro que debían saltar era mucho más alto. Algunas se atrevieron.

Paco Bru, clave

Fue en 1914, estando ya asentados en Cataluña clubes como el Barça, el Espanyol y el Sabadell, entre otros, cuando surgió a propuesta de formar un equipo de fútbol integrado solo por mujeres. La idea era un encargo puntual de un funcionario del Ayuntamiento de Barcelona al madrileño Paco Bru –exjugador azulgrana y periquito–. Pero fue a más.

La primera intención era reunir a un grupo de mujeres con el objetivo de disputar un partido benéfico cuya recaudación se destinaría a la Federación Femenina contra la Tuberculosis. Y así ocurrió. Pero Bru vio en el Spanish Girl’s Club –de nombre inglés, pues de allí se importó este deporte a España– una oportunidad para la igualdad, pese a las quejas de padres, hermanos y maridos, y se llevó a las chicas de gira por Cataluña.

Fotografía del primer partido del Spanish Girl's Club y crónica de 'El Mundo Deportivo'

Fotografía del primer partido del Spanish Girl's Club y crónica de 'El Mundo Deportivo' Gerard Mateo

Montserrat contra Giralda

El debut de esas pioneras fue el 9 de junio de 1914 en el campo del Espanyol. Se enfrentaron entre ellas, en dos equipos llamados Montserrat (de blanco) y Giralda (de rojo). Ese primer partido “no satisfizo” al cronista de El Mundo Deportivo, que se regodeaba en remarcar que el “sexo débil” se parangonó por una tarde “con el fuerte”.

Añadió, además, que esta primera actuación de la mujer en el “viril fútbol” defraudó tanto por el “poco aspecto sportivo” de las muchachas –Bru las hacía a vestir cómodas, con bombachos por encima de las rodillas y calcetines largos– como porque obligaba a las “descendientes de la madre Eva” a adoptar posiciones “poco adecuadas” e “inestéticas”, de modo que se diluía así “la gracia feminil”. Parte de la sociedad las llamaba “marimachos”.

Folclóricas contra Finolis

Nada de eso detuvo al Spanish en las siguientes semanas, o días, pues, tras la disputa de varios partidos por Cataluña, cada vez con mejor acogida, y con algunos encuentros apalabrados por Europa, el estallido de la primera guerra mundial fue la excusa para hacerlas parar. No obstante, habían sembrado la semilla para lo que vendría muchos años después.

Con el tiempo, llegaron nuevas propuestas, necesarias para llegar hasta hoy, pese a que alguna de ellas –como el partido Folclóricas contra Finolis– trataba de ridiculizar el fútbol practicado por mujeres. Eran los años del segundo franquismo, en plena dictadura, y en ese tiempo se formó el primer equipo femenino del Barça, en el que jugó Maria Teresa Andreu.

Andreu, pionera

Andreu, barcelonesa, fue, además de pionera, pieza capital para el desarrollo del llamado fútbol femenino, pues ya como directiva de la Federació Catalana de Futbol (FCF) encabezó la iniciativa de este órgano, en 1980, para pedir a Madrid la legalización del balompié practicado por mujeres. Lo consiguió.

De modo que hoy, cuando España brilla con sus selecciones y clubes femeninos, hay que mirar atrás y encontrarlas allí: aquellas que jugaron cuando hacerlo significaba desafiar al mundo.