Así es uno de los barrios más olvidados de Tarragona

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Así es uno de los barrios más olvidados de Tarragona: iba a ser el futuro de la ciudad y hoy lucha por salir del abandono

Esta zona empezó a crecer durante la dictadura con llegadas de trabajadores del Estado

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Así es uno de los barrios más olvidados de Tarragona: iba a ser el futuro de la ciudad y hoy lucha por salir del abandono

La historia de Tarragona es una historia de riqueza cultural y económica. Fue uno de los puertos principales de la Hispania gobernada por el Imperio Romano y en pleno siglo XXI sigue siendo clave. 

Han pasado milenios desde entonces y la ciudad ha crecido extramuros. Las murallas recuerdan dónde empezó todo, lo que queda a sus afueras dan fe de cuán acertados estuvieron los romanos. Tarraco es una ciudad tan importante como la actual capital de Cataluña, Barcelona.

Más allá de su puerto, las conexiones ferroviarias con levante y el sur de España son estratégica. Su cercano aeropuerto y la estación del AVE la reivindican además como ciudad turística, tanto por su historia como por sus playas.

La imagen de los barrios

Todo esto ha atraído a empresas y ciudadanos a querer vivir en esta ciudad, que no ha parado de crecer. Pero como pasa en toda gran ciudad, este crecimiento ha sido irregular. Más allá del patrimonio romano, el casco antiguo o la Rambla Nova, existen espacios con historias complejas. 

Uno de ellos es Campclar, un barrio de la periferia que fue proyectado como un motor de expansión y habitat digno. La realidad, en cambio, es muy distinta. Hoy es uno de los barrios más pobres de la ciudad, marcado por décadas de abandono institucional, estigmatización social y precariedad. 

Camplar, un barrio para alojar a los trabajadores

Situado al oeste de la ciudad, Campclar nació en los años 60 y 70 como respuesta al fuerte crecimiento poblacional derivado de la industrialización del Camp de Tarragona. Las empresas químicas y petroquímicas atrajeron a miles de trabajadores, muchos procedentes de otras regiones del Estado, que llegaron a la ciudad buscando oportunidades laborales

En este contexto, se levantó un nuevo barrio con bloques de viviendas y un urbanismo funcional que debía acoger a esta nueva población obrera. Y funcionó. 

Cómo es la zona

El crecimiento fue rápido y, en un principio, esperanzador. Sin embargo, con el paso de los años, Campclar no recibió los equipamientos y servicios necesarios para garantizar una vida comunitaria plena.

La falta de planificación integral y el retraso en inversiones públicas convirtieron al barrio en un espacio vulnerable. La distancia del centro, las conexiones de transporte limitadas y la falta de dinamización social consolidaron esa imagen periférica.

Dispositivo de Mossos por el tiroteo en el barrio de Campclar de Tarragona el 10 de octubre de 2023

Dispositivo de Mossos por el tiroteo en el barrio de Campclar de Tarragona el 10 de octubre de 2023 Mossos d'Esquadra

En la década de los 80 y 90, con la crisis de algunos sectores industriales y los cambios en el mercado laboral, el desempleo afectó con fuerza a los habitantes de Campclar. La escasez de oportunidades económicas y el progresivo deterioro del barrio dieron paso a una etapa compleja. 

A ello se sumaron factores como la alta densidad de población, la baja calidad de algunas construcciones y una percepción creciente de inseguridad. A eso, se le suma la dejadez por parte de las instituciones. Los vecinos hablan de ratas, cucarachas y hasta una reciente plaga de mosca negra que acribilla de picadas a pequeños y adultos-

Problemas de vivienda

La situación de la vivienda no es mucho mejor. Si bien tratan de hacer nuevas construcciones, las ya existentes sufren las consecuencias del paso del tiempo y la desatención. Sus residentes hablan de humedades, deficiencias estructurales y falta de mantenimiento en zonas comunes de esos edificios que en su día prometieron una vivienda digna. 

Estas condiciones han provocado que parte de la población joven y con recursos haya abandonado el barrio, favoreciendo una progresiva pérdida de diversidad social. A lo que hay que sumar problemas de convivencia, derivados de la precariedad económica y la falta de recursos comunitarios suficientes. 

Servicios del barrio

La presencia de colectivos vulnerables y la ausencia de una intervención integral han generado tensiones en algunos momentos. Al mismo tiempo, desde las entidades sociales y vecinales se impulsa una visión de resistencia y de construcción de comunidad.

En el plano educativo, el barrio cuenta con varios centros escolares que en los últimos años ha destacado por iniciativas de integración y apoyo al alumnado. Sin embargo, sigue existiendo un índice elevado de abandono escolar temprano y dificultades para garantizar una plena igualdad de oportunidades.

Un área con posibilidades

La Administración y los vecinos tratan de desestigmatizar la zona. Cabe recordar que Camplar está cercano a un complejo comercial como Las Gavarres y que está situado a la T-11, vía de salida y entrada de la ciudad.

Uno de los elementos más emblemáticos del barrio es el Palau d’Esports Catalunya, una gran infraestructura construida con motivo de los Juegos Mediterráneos de 2018. El problema es que a pesar de su magnitud y visibilidad, su impacto sobre el barrio ha sido limitado. 

Visión a futuro

Las expectativas de transformación urbana ligadas a este proyecto no se han materializado con fuerza en el día a día del vecindario. Es por eso que Campclar se encuentra en un momento de inflexión. 

La presión vecinal ha crecido y se han articulado distintas plataformas para reclamar mejoras estructurales, inversiones públicas y un modelo de barrio digno, tal y como lo fue. Camplar es el recuerdo de esa población que ayudó a enriquecer a Tarragona, la empujó a crecer social y económicamente. Razones suficientes para atender a los vecinos que reclaman atención y mejoras.