Hace unos meses, Jesús Jiménez decidió dar un giro de volante. Cambió las siglas de CCOO por las de CSIF para convertirse en el responsable de Acción Sindical Sanidad en Cataluña, y ahora, en esta nueva etapa, trae un proyecto ambicioso: aprobar un suplemento de crédito destinado íntegramente al Institut Català de la Salut (ICS).
A lo largo del primer semestre de 2025, el Govern acordó con sus socios de gobierno, ERC y Comuns, tres suplementos de crédito de 2.100 millones de euros, 1.800 millones y 460 millones, es decir, un montante de 4.000 millones extra que asegura las cuentas ante la prórroga de los presupuestos del 2023.
Suplemento para el ICS
Las partidas están dedicadas al funcionamiento de los servicios públicos, dar ayudas directas a las empresas afectadas por la política arancelaria del presidente Donald Trump, a los agricultores de Lleida, y la rehabilitación de edificios, así como para crear nuevas plazas para la etapa escolar de 0 a 3 años y el fomento del catalán.
Ante este panorama, el TCAI arguye, en declaraciones a Crónica Global, que hay que revertir la contención de contratación derivada de la aprobación del III Acuerdo, motivo por el que faltan, cifra, más de 4.000 profesionales en el sistema. "Como políticos, no se pueden permitir decir defender la Sanidad y luego no aprobar este suplemento", asevera. "Queremos que se cubra el 100% de las bajas y de las reducciones", confía.
El Hospital Joan XXIII
Una falta de plantilla que se ha visto reflejada en el Hospital Joan XXIII, de Tarragona. Allí fue a parar junto a sus compañeros para denunciar el trance que pasaban los trabajadores, a los que se les denegaba las compensaciones de horas. Es más, Jiménez asegura que se pagaron 12.685 horas extras en abril y otras 7.682 en mayo, un total de 20.567 horas, con lo que se ahorraron a 150 profesionales.
Ante la desidia de la gerencia, hay interpuesta una denuncia en Inspección de Trabajo para que se solucione el lío administrativo que afecta a los empleados del centro hospitalario. Pero, con la acción, se ha conseguido enmendar un poco el panorama debido a que se ha procedido a la contratación de 80 trabajadores, de los que 68 ya se han incorporado para cubrir los períodos de vacaciones.
Contexto "similar"
Este último dato fue dado por la consellera de Salud, Olga Pané, el pasado 12 de julio en sede parlamentaria a una pregunta de la diputada de Comuns Susanna Segovia. La política aseguró que lo vivido en Joan XXIII era "similar" a la de otros hospitales del ICS. Una sentencia que Jiménez censura con gravedad: "Si la consellera piensa así, debería replantearse qué está haciendo y no normalizar la situación ni extenderla".
Es más, defiende que la gestión del Hospital de Bellvitge y del Vall d'Hebron destacan en Cataluña, a diferencia de otras instalaciones sanitarias donde hay mayor necesidad. "Nos falta personal, pero no nos podemos comparar con otros donde faltan profesionales o no hay compensaciones horarias", mantiene. Por ello, hace un llamamiento a los centros para que les trasladen sus quejas y así personarse en el lugar, como hicieron en Tarragona.
Baja inversión
Otra cuestión que aborda es el gasto. Con datos del Ministerio de Sanidad, advierte que se dedica un 38,3% del presupuesto a la remuneración del personal, mientras que en comunidades como Madrid o País Vasco se alcanza el 42,3% y 52,8%, respectivamente. Además, el gasto en Sanidad se ha reducido entre 2009 y 2023 en un 4,8%, es decir, se invierten 580,21 millones de euros menos que hace una década.
Según los datos de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales de España, Cataluña es la única comunidad que continuaba reduciendo en la inversión, con un 24,4% en el período de 2023. No obstante, en 2024, ha habido un ligero repunte que la sitúa en el 24,7%, aunque sigue muy lejos de Madrid, que dedica el 33,16%. Ocho puntos de diferencia.
Por ejemplo, se ve en crisis como la del cierre del Hospital de Vilafranca ante la DANA. "Todos los hospitales tienen infraestructuras deficitarias, como el de Bellvitge o el Trueta, de Girona", critica. "Hay otros, como el Universitario 12 de Octubre, de Madrid, o el Río Ortega, de Valladolid, que son de la misma época que algunos de aquí y están completamente nuevos", afirma.
Estatuto Marco y lengua catalana
Es indispensable valorar el sistema público, también con actos. Por ello, censura la visita en febrero de la ministra de Sanidad, Mónica García, al Hospital Sant Joan de Déu, en vez de preponderar la unidad pediátrica de Vall d'Hebron, "en vez de sacar pecho de su institución pública, la llevaron a uno privado".
A colación de este asunto, el Estatuto Marco aparece sobre la mesa. "Queremos que haya condiciones homogéneas, no puede haber profesionales de primera y de segunda, porque la maquinaria de un hospital es de todos", aduce, sobre todo en referencia a las demandas que se plantean desde el colectivo médico para conformar un acuerdo propio.
En paralelo, alude que la lengua catalana "no es un obstáculo" para la contratación de personal ni en el quehacer diario de los centros sanitarios. En todo caso, si hay alguna reclamación, las sitúa en un porcentaje muy bajo. En este sentido, el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) notificaba a finales de julio que en 2024 se registraron 358 quejas por discriminación lingüística.
La gestión de Logaritme
El 9 de julio un ciberataque dejó inoperativo la plataforma logística que gestiona la empresa Logaritme. Un hecho que activó todos los mecanismos de contención del ICS. La ofensiva puso a prueba los recursos de los distintos centros hospitalarios, que no dudaron en coger papel y bolígrafo para asegurar que las reservas de material no quedaran a cero y proteger la cobertura de los pacientes.
Jiménez es uno de tantos profesionales que ha vivido estas circunstancias. "Probablemente, no se arreglará hasta septiembre", avisa, pero reconoce que se está llevando a cabo "una buena gestión" a nivel general y, en especial, en el Hospital Vall d'Hebron, donde la gerencia felicitó tanto al equipo de administración como a los informáticos de Logaritme por su desempeño.