Das

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El pueblo de Cataluña donde no existe el calor: un paraíso en el Pirineo que en verano y en plena ola de calor baja de los 10 grados

Los termómetros no alcanzan los dos dígitos en este bucólico rincón de Cataluña

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En plena ola de calor, la mayor parte de Cataluña (y del resto de España) busca refugio a la sombra, se multiplica el aire acondicionado y la gente sueña con el frescor imposible. Pero no lo es tanto,

Aunque parezca imposible, siempre hay pueblos que se salen de la norma, que, aunque registren datos superiores a su media, ésta sigue siendo baja. Y sí, estos lugares suelen estar en la montaña y, una de las más frescas en Cataluña es la sierra de los Pirineos.

Allí está uno de los pueblos más fríos de la comunidad, un lugar donde el verano e incluso la ola de calor parece rendirse. Tanto es así que el día en que las estaciones meteorológicas marcaron récords, aquí el termómetro marcaba un sólo dígito. 

Este 1 de julio de 2025, mientras Barcelona ardía a 35 °C y media Cataluña se cocía, Das se desmarcaba como un reducto casi invernal: apenas 9 °C de mínima, según los registros del Servei Meteorològic de Catalunya (Meteocat). La temperatura más fría de la jornada.

Qué pueblo es

Pero no es un fenómeno puntual. Das es, de hecho, el pueblo más frío de Cataluña este 2025 acreditado por el récord de temperatura mínima anual: nada menos que –12,8 °C el pasado 14 de enero. 

Su altitud, el aire pirenaico y la topografía de la Cerdanya convierten a este pequeño municipio en un auténtico paraíso climático para quienes huyen del calor. Mientras otros se asfixian bajo olas de calor cada vez más persistentes, aquí las noches de julio y agosto invitan a la manta ligera y a la chimenea encendida.

Más allá del frío

Pero Das no es solo frío. Este pueblo de apenas 270 habitantes de la Cerdanya se alza a 1 217 metros de altitud, lo que le da la posibilidad de estar fresco en verano, pero también de gozar de unas vistas y un paisaje extraordinario. 

Está rodeado por un paisaje pirenaico de bosques espesos, prados alpinos y cimas imponentes. De hecho,desde el casco antiguo pueden verse las cumbres del Cadí-Moixeró y la Tossa d’Alp (2 537 m), frontera natural con la provincia de Barcelona.

Vista panorámica de Das

Vista panorámica de Das WIKIPEDIA

Qué ver

Más allá de eso, el municipio tiene muchos lugares con encanto. Su plaza principal está presidida por la Casa del Comú y pocos metros se encuentra la Iglesia de Sant Llorenç, reconstruida entre los siglos XVII y XVIII tras un incendio que arrasó la antigua capilla románica

Su portada gótica, sus muros de piedra y el campanario cuadrado coronado por un tejado piramidal le dan un aire solemne y austero, y recuerdan su pasado románico.

Cómo es Das

El lugar está documentado al menos desde el siglo IX y mantiene algo de esa época, ese trazado desordenado de sus calles y esa estructura de sus casas. Los hogares de la zona suelen ser de piedra y con tejados a dos aguas, para que no se acumule la nieve en invierno. 

Las antiguas masías y ermitas rurales del término municipal --como Santa Maria de Mosoll-- también recuerdan que su vida no depende sólo de las pistas de esquí de la zona. La vida agrícola y ganadera sigue viva en la zona.

Qué comer

El Museo Etnológico de Das es otro atractivo que ayuda a comprender la vida en esta comarca. Allí se exponen herramientas, utensilios domésticos, trajes y recuerdos de una sociedad de montaña que vivió durante siglos en autosuficiencia. 

En gastronomía, Das y sus alrededores ofrecen algunos de los sabores más auténticos de la Cerdanya. Quesos artesanos, embutidos curados con aire frío y seco, pan tradicional y setas de temporada son algunos de los productos que se pueden degustar en sus restaurantes o en los de pueblos cercanos como Alp o Puigcerdà. 

Iglesia de Das

Iglesia de Das WIKIPEDIA

Qué hacer

Pero sin duda, Das es un excelente punto de partida para los amantes de las actividades al aire libre. El pueblo se encuentra junto al Parque Natural del Cadí-Moixeró, ofreciendo acceso a rutas de senderismo de todos los niveles. 

Una de las excursiones clásicas es la subida a la Tossa d’Alp, con vistas espectaculares de toda la Cerdanya. También existen itinerarios circulares más suaves, ideales para familias, que serpentean entre bosques de pino negro, prados y pequeños riachuelos.

Cómo llegar

Para llegar en coche desde Barcelona, se toma la C‑16 o la AP‑7 hacia Manresa, se continúa por la C‑25 hasta Ripoll y se enlaza con la N‑260 en dirección a Puigcerdà. Una vez en Alp, se sigue la carretera local hasta Das. El trayecto es largo entre las dos horas y media y las tres horas.

Desde Girona, la ruta más habitual es por la C‑17 hasta Vic y luego por la N‑260 a Ripoll y la Cerdanya. El viaje en este caso es algo más corto, dos horas y cuarto.