
Josep Lluís Trapero en la junta de seguridad de Barcelona, en febrero de 2025 Barcelona
Josep Lluís Trapero: "El sistema está montado para poder robar hasta diez veces al día y que no pase nada"
Trapero vuelve a escena como director general de la policía tras años de discreción, con una visión crítica sobre la delincuencia en Cataluña y una defensa firme del modelo policial aplicado durante el 1-O
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"No somos un país con problemas de delincuencia grave, pero hay ámbitos como el cultivo de marihuana, la posesión de armas de fuego, las okupaciones o la multirreincidencia que no están bien resueltos".
Así iniciaba Josep Lluís Trapero su primera entrevista pública desde que asumió el cargo de director general de la policía catalana, tras más de cuatro años sin pronunciarse en los medios.
Quien fue el máximo responsable operativo de los Mossos d'Esquadra se sentó este jueves por la noche ante los micrófonos del programa Hora 25 de la Cadena Ser para hacer un balance no solo de la situación delincuencial de Cataluña, sino también de su propia trayectoria: desde los atentados del 17A hasta la actualidad, pasando por el procés y su imputación por sedición.
Los déficits del sistema
Sin blanquear los problemas de delincuencia que arrastra Cataluña desde hace años, Trapero arrancó su intervención reivindicando un modelo policial "para el conjunto de la sociedad", sin injerencias políticas e independiente.
No obstante, también quiso poner sobre la mesa algunos ámbitos en los que todavía existe un amplio margen de mejora: "El sistema actual permite que algunas personas delincan entre ocho y diez veces al día y que algunos delincuentes vivan mejor que tú y que yo", criticó el Major.
A su parecer, estos déficits del sistema promueven que cometer ciertos delitos "salga gratis". Y por ello, sugirió la necesidad de poder optar a herramientas legales más eficaces y un Código Penal "modulable", adaptado a la evolución de la delincuencia.

El 'major' de Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero
De héroe a traidor
Sin embargo, buena parte de la entrevista se centró en su pasado. En como, de la noche a la mañana, pasó de ser "el héroe de los atentados" al "gran traidor del procés". La Audiencia Nacional lo acusó de alinearse con el Govern de Carles Puigdemont para permitir el referéndum. Llegaron a pedirle 11 años de prisión por rebelión.
Recordando este oscuro capítulo de su vida, Trapero aprovechó para sincerarse y reconoció el inmenso dolor que sintió los casi tres años que estuvo investigado: "Sentí que estaba en la cárcel. Olía la cárcel desde la terraza de mi casa", manifestó.
Admitió que, durante meses, creyó que su vida se convertiría en "una larga procesión por los juzgados". No obstante, con el tiempo y la ayuda de 190 sesiones de terapia psicológica, pudo salir fortalecido: "Me hizo mejor profesional y mejor persona".
En paralelo, el nacimiento de su hija y la grave enfermedad que contrajo de bien pequeña le ayudó a priorizar y su imputación dejó de ser su prioridad: "Eso puso las cosas en su sitio", aseguró.
La absolución
Antes, durante y después de su imputación, Trapero defendió a ultranza el modelo policial de los Mossos durante el procés y el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.
De hecho, durante la entrevista sostuvo que la sentencia absolutoria avaló el modelo policial que priorizó la "proporcionalidad" para evitar daños mayores en la jornada del referéndum.
"Al final, se trataba de evitar que unas personas pusieran un papel en una urna. ¿Y para ello hay que poner en riesgo a la ciudadanía?", se preguntaba.

El exmayor de Mossos, Josep Lluís Trapero, en su juicio en la Audiencia Nacional
Finalmente, el 20 de octubre de 2020, la Audiencia Nacional lo absolvió. Recordó ese momento con lágrimas y gritos de alivio. Y aunque no guarda rencor a ninguna de las personas que propiciaron su imputación, recuerda con dolor "la mentira y la sobreactuación" de muchos compañeros policías.
Tras su absolución volvió a asumir el cargo de Major de los Mossos d'Esquadra. Sin embargo, un año después, fue cesado por Joan Ignasi Elena (ERC). En este sentido, considera que el proceso fue "francamente mejorable" y achaca a la conselleria algunas informaciones falsas que circularon sobre él.
La fuga de Puigdemont
Desde entonces, Trapero permaneció vinculado al cuerpo, desempeñando tareas administrativas. Desde esa posición vivió y observó la segunda fuga de Puigdemont, el pasado 8 de agosto de 2024, antes de asumir el cargo de director general.
A preguntas sobre lo sucedido aquella mañana, cuando el expresident se esfumó ante los ojos de todos, Trapero reconoció que "fue un mazazo para la imagen del cuerpo" y para muchos agentes que "trabajan con toda su dignidad cada día".
De hecho, su primer gran reto como director general ha sido recuperar la confianza en los Mossos tras el fracasado operativo de detención: "Por suerte, para el cuerpo de Mossos, estamos en otro momento", celebraba.