
Agentes de los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana de L'Hospitalet durante el primer dispositivo del nuevo 'plan Kanpai' Barcelona
El 'plan Kanpai' despierta a L'Hospitalet: los viejos conocidos de la policía ya no tienen donde esconderse
El primer gran despliegue contra los ladrones multirreincidentes se salda con un total de 105 detenidos y la tramitación de 330 denuncias administrativas
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Viernes 4 de abril. Faltaban pocos minutos para las ocho de la mañana cuando la comisaría de los Mossos d'Esquadra en L'Hospitalet de Llobregat se transformó en un hervidero. La calma de primera hora del día contrastaba con el bullicio que se vivía en el interior de la instalación policial.
Agentes uniformados, algunos de paisano, y otros de la Guardia Urbana y la Policía Nacional, que se agolpaban en sala del briefing a la espera de recibir las primeras instrucciones del gran dispositivo que estaba a punto de comenzar.
Una pantalla de videoconferencia conectaba a todos los presentes con los responsables del plan Kanpai, la nueva fórmula para combatir la multirreincidencia. Desde el Centro de Coordinación (CECOR), los responsables del dispositivo iban a monitorizar y dirigir en tiempo real el gran despliegue simultáneo que se llevaría a cabo en Barcelona, Badalona y L'Hospitalet.

Agentes de Mossos y CNP durante la primera mañana del 'plan Kanpai' Barcelona
Área metropolitana sin fronteras
Durante las próximas 24 horas, el área metropolitana no iba a tener fronteras, y cada rincón donde se sabía que operaban estos delincuentes reincidentes sería blindado.
El objetivo estaba claro: dificultar las actividades ilícitas de los multirreincidentes. Se buscaba ocupar el espacio, hacer más visible la presencia policial y, al mismo tiempo, mejorar la percepción de seguridad de los ciudadanos. "La idea es ponerles las cosas más difíciles", aseguró el intendente Toni Rodríguez desde el otro lado de la pantalla.
A por carteristas, ladrones y traficantes
En L’Hospitalet, los policías se desplegaron estratégicamente, identificando a los rostros habituales de cada zona: carteristas, traficantes y ladrones con múltiples antecedentes. Los barrios de la Torrassa, Pubilla Casas y La Florida eran algunos de los puntos clave del dispositivo de la mañana.
Bajo las órdenes del sargento José Manuel L., subjefe de la Unidad de Seguridad Ciudadana en L’Hospitalet, los agentes tenían la misión de identificar a aquellos que frecuentaban estos lugares: desde los carteristas que operaban en el metro hasta los traficantes de drogas o los ladrones de motocicletas.
En esta ocasión, además, también se dio la orden de parar a todos aquellos que se desplazaran en patinete eléctrico, "un medio de escape frecuente entre los delincuentes de la zona".

Agentes requisando uno de los patinetes trucados Barcelona
A pocos minutos de las nueve de la mañana, el operativo ya se había desplegado por toda la ciudad. Agentes de Seguridad Ciudadana, fures de paisano, antidisturbios de la BRIMO y la ARRO, además de miembros de la Guardia Urbana y del Cuerpo Nacional de Policía se entremezclaron con los transeúntes y las calles de la urbe, con el propósito de hacer de la ciudad un lugar más seguro.
La actuación de los 'fures'
Las primeras acciones del plan Kanpai en L’Hospitalet se dieron en las inmediaciones de la estación de metro de la Torrassa, en la línea L5, una de las arterias más transitadas del suburbano.
En las calles aledañas, los fures de paisano comenzaron a patrullar, atentos a cualquier movimiento sospechoso. La vigilancia era constante, cada rostro era escrutado con cautela. Los agentes sabían que, más allá de las multitudes, había patrones a identificar.
Su misión era detectar a los habituales. Así, sospechoso que identificaban, sospechoso cuya presencia era advertida. Sin perder el tiempo, los agentes uniformados que patrullaban la zona recibían la señal y, en cuestión de minutos, se aproximaban a la persona señalada.

Agentes identificando a varios de los ladrones habituales de L'Hospitalet Barcelona
Las ladronas del metro
Este movimiento pasó con las dos mujeres rumanas conocidas por su historial delictivo como carteristas en el metro de Barcelona. Con un café para llevar y un dulce como desayuno, ambas se dirigían hacia la estación de Torrassa.
Los agentes de paisano advirtieron de su presencia a un binomio uniformado, que tras localizarlas, procedió a darles el alto. Al ser identificadas, entregaron sus documentos con una calma desconcertante.
"Marrón 10", dijo en voz alta la agente que estaba haciendo las comprobaciones. Un argot con el que se refieren a que se trata de una persona con diez detenciones a sus espaldas. Todas ellas, por delitos contra el patrimonio, es decir, hurtos y robos con violencia. En su caso, concretamente, en el entorno del metro.

Los 'marrones' desayunaron juntos
La presencia de estas dos mujeres no fue la única que hizo saltar las alarmas de los agentes. En un bar de la avenida de Ponent, a escasos metros de la estación de la Torrassa, los fures también detectaron la presencia de decena de marrones en el local. Parece que los habituales de la zona se pusieron de acuerdo para desayunar en la misma cafetería.
Aprovechando que los tenían a todos "reunidos", los agentes se desplazaron hasta esta ubicación y empezaron a comprobar si alguno de los allí presentes tenía deudas pendientes con la justicia.
"Marrón 23, marrón 7, marrón 11...", iban mencionando los agentes al detectar a otros individuos con historial criminal. Sin embargo, todo estaban limpios y no pudieron retenerlos por mucho tiempo.

Dos de los 'marrones' identificados en una cafetería cerca de la Torrassa Barcelona
En ese momento, un aviso por radio cambió el curso de la operación: "Robo con violencia". Una mujer había sido víctima de un tirón en plena vía pública, y dos agentes motorizados se desplazaron rápidamente al lugar con la esperanza de localizar al sospechoso.
El control de los antidisturbios
Mientras tanto, en otro punto de la ciudad, los agentes de la Brigada Móvil habían montado un control estático en una de las vías principales que conecta Barcelona con L’Hospitalet e iban parando a los vehículos que su olfato policial detectaba como sospechosos.
En uno de ellos, un Renault Clio con matrícula marsellesa, los agentes encontraron drogas y armas blancas, lo que llevó a denunciar al conductor por ambas tenencias ilícitas.

Control estático de la Brigada Móvil Barcelona
En este sentido, Kanpai también prevé una mayor presencia de unidades especializadas, como la Brigada Móvil (BRIMO) y el Área Regional de Recursos Operativos (ARRO), que participarán no sólo en la parte operativa, sino también en el análisis de los patrones criminales y la prevención.
105 detenidos, 20 en L'Hospitalet
Pasadas las primeras 24 horas, el balance total de todo el despliegue sumó 105 delincuentes detenidos y 330 denuncias administrativas tramitadas. En concreto, en L’Hospitalet, se detuvieron a 20 personas y se identificaron a otras 536. Lo que supone el 20% del total.
Al cierre del turno de mañana, el sargento José Manuel L. reportó la recuperación de dos teléfonos móviles que constaban como robados y la incautación de dos patinetes trucados. Además, agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron a tres personas que no pudieron acreditar su identidad ni su situación legal en España.

Un agente cacheando a un sospechoso durante el dispositivo del 'Pla Kanpai' Barcelona
Tras el arranque del operativo, los mandos policiales esperan haber trasladado el mensaje a los multirreincidentes del área metropolitana: se han quedado sin sitio donde esconderse. Aunque los responsables del plan saben que los resultados hay que cocinarlos a fuego lento, Kanpai ha llegado para complicarles la vida a todos estos viejos conocidos de la policía.