Yago Zarroca, estafador de ONG

Yago Zarroca, estafador de ONG

Vida

Comienza el juicio a la falsa ONG de Yago Zarroca por estafa y abandono de menores en Ghana

Siete años después de que decenas de jóvenes (incluida Cayetana Rivera) fueran abandonados a su suerte en África, el empresario se enfrenta a dos años y medio de cárcel

Más información: Yago Zarroca, el presunto estafador de la ONG Yes We Help, se casará con una de las abandonadas en Ghana

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Siete años después de la presunta estafa y abandono de cientos de menores en Ghana, el empresario Yago Zarroca se sentará en el banquillo de los acusados. Se enfrenta a dos años y medio de cárcel por timar y desatender a adolescentes en medio de África a través de su falsa oenegé Yes We Help.

Según el fiscal, el acusado captó a numerosos jóvenes para que hicieran un supuesto voluntariado que en realidad no existía. Para captar clientes se sirvió de varios influencers de las redes como la modelo Aida Artiles y el actor Octavi Pujades, entre otros.

Una vez en Ghana, los niños se dieron cuenta de que no había monitores, ni organizadores con experiencia, ni proyectos de ayuda humanitaria. Era todo un burdo engaño para embolsillarse los cuantiosos pagos de los afectados.

Una vez los niños perdidos aterrizaron en el golfo de Guinea, en plena África subsahariana, se encontraron sin alojamiento adecuado, sin comida suficiente y sin ningún proyecto que hacer. Les esperaba un mes en el que su plan era comer arroz y plátanos y vagar por un poblado destartalado. Se sintieron estafados y alzaron la voz contra los organizadores.

Niños 'ricos'

Los embaucados eran niños de buenas familias. De hecho, el caso alcanzó un alboroto mediático insólito porque entre las jóvenes se encontraba Tana Rivera, nieta de la duquesa de Alba e hija de Eugenia Martínez de Irujo y Francisco Rivera Ordóñez.

Alentados por el despecho, los adolescentes acorralaron a Zarroca y le pidieron explicaciones. Éste decidió huir y contratar a falsos policías armados para amedrentarlos. Un comando de falsos guardias de seguridad ghaneses armados con fusiles acorraló a los jóvenes y les pidió que dejaran de quejarse "porque si molestaban, ni la embajada podría hacer nada por ellos".

Un testaferro

Junto a Zarroca declarará M. Montmany, un joven músico que entonces tenía 18 años y a quien el empresario usó como testaferro: figuraba como administrador único en la empresa y era, según el papel, el responsable de ésta.

Sin embargo, se sobreentiende que la cabeza pensante fue Zarroca, quien usó la inexperiencia de Montmany para lavarse las manos. También piden dos años y medio para él.

Sin dinero

En diciembre de 2018, a raíz de las pesquisas judiciales por las que se le pedía una fianza de 200.000 euros, la sociedad Yeswehelp SL se acogió al concurso de acreedores. Ahora, cada uno de los demandantes pide a Zarroca entre 1.500 y 2.000 euros, pero todo apunta a que nuevamente se declarará insolvente, pese a haber vivido los últimos años a todo tren.

Con el dinero de los niños estafados, Zarroca no sólo se ha pagado viajes y toda clase de lujos, sino a los propios abogados para defenderse inicialmente en el caso. El empresario contrató en 2018 a uno de los mejores despachos de Barcelona: el de Pau Molins, a quien supuestamente también acabó debiendo dinero.

Prometido

Además de eso, mientras esperaba a ser juzgado, el polémico empresario se ha comprometido con una de las mujeres a las que abandonó en África.

Al parecer, los novios (de entonces 32 y 18 años, respectivamente) comenzaron una relación especial en Ghana. Ambos se conocían de Barcelona (su lugar de nacimiento y residencia) y a lo largo del viaje iniciaron un vínculo íntimo.

Durante estos seis años, son numerosas las pruebas gráficas e imágenes de ambos prometidos viajando por medio mundo: Dubai o Bali han sido algunos de los destinos de lujo escogidos por los dos enamorados. Mientras, las familias de los afectados esperan ser indemnizadas por el calvario sufrido el verano de 2018.

Nueva demanda por estafa

Zarroca intentó pasar página de la polémica en Ghana invirtiendo en el sector inmobiliario. Pero regresó al foco de la justicia debido a otra presunta estafa en el sector del tocho.

Un grupo de familias y una constructora catalana lo demandaron por la vía civil y la penal por una polémica promoción de 12 chalets de alto standing en El Catllar (Tarragona) que nunca se llegaron a construir.