
Ramón de la Camara Guisado
Sin rastro de Ramón, el hombre que mató a su hijo de un tiro en la nuca en Sabadell
En 2023 se convirtió en uno de los fugitivos más buscados de Europol; 18 años después de su fuga de 2007, el policía que lo detuvo recuerda la frialdad y las mentiras de este filicida
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Ramón de la Cámara Guisado desapareció hace ya 18 años. Lo hizo tras salir en libertad provisional en 2007, dejando tras de sí el recuerdo del brutal asesinato de su propio hijo y una serie de mentiras que aún hoy siguen desconcertando a los investigadores de la Policía Nacional.
Se le acusa de matar a su hijo David, de 29 años, de un disparo en la nuca la madrugada del 28 de mayo de 2003. Un crimen que, según los expertos, estuvo motivado por las deudas millonarias que Ramón había contraído con un grupo de narcotraficantes.
"Si mataba a su hijo, podría cederle el local de ocio nocturno que tenían en la Zona Hermética de Sabadell al hombre a quien le debía tanto dinero", recuerda el comisario principal jubilado, Juan Manuel Quintela, el policía -entonces inspector- que investigó y detuvo a Ramón.
Un caso que sigue marcando a los investigadores de la comisaría de Policía Nacional en Sabadell por la frialdad y las mentiras de un hombre -estafador profesional- que estuvo dispuesto a cualquier cosa para eludir sus responsabilidades.
La noche de autos
El caso arrancó la madrugada del 28 de mayo de 2003, cuando el propio Ramón llamó a la policía para alertar de la muerte de su hijo en el interior del local Gotik. Un pub ubicado en la Zona Hermética de Sabadell, propiedad de David.
Según su versión, alguien le había indicado que fuera al lugar, donde encontró a su hijo con un disparo en la nuca. A pesar de su aparente dolor, los agentes notaron pronto que la actitud de Ramón no encajaba con la situación: "Disimuló con poco éxito su frialdad", recuerda Quintela.
"Tan pronto se hacía el dramático como intentaba desprestigiar a su propio hijo", añade a preguntas de Crónica Global.
Aún así, quisieron darle un voto de confianza. "Cuando estás en shock te comportas de manera imprevisible", asegura el comisario jubilado. Sin embargo, su percepción, tanto la de Quintela como la de su compañero Alberto Larrapa, pronto empezó a cambiar.

Entrada de la Jefatura Superior de Policía en Cataluña
Las mentiras de Ramón
Los agentes lo citaron a declarar a primera hora del día siguiente, pero él dijo que estaba en shock y necesitaba descansar. Así que pospusieron la declaración hasta el mediodía.
A primera hora, cuando en teoría descansaba, fue hasta un centro comercial del centro de Sabadell, donde compró una tarjeta SIM. Al llegar a dependencias de la Policía Nacional, los investigadores, que ya sabían dónde había estado, le preguntaron –sin hacer referencia a la compra– qué había hecho. Él aseguró no haber salido de casa.
Por algún motivo les estaba mintiendo.
Mintió hasta en tres ocasiones, dando diferentes y contradictorias versiones sobre los hechos. Primero comentó que los asesinos podrían ser unos amigos a quien David debía dinero por la compraventa de un coche.
Luego, que detrás había un grupo de gente muy peligrosa con quien David había salido de fiesta pocas noches antes. Y, finalmente, que podría haber sido un narcotraficante de Sabadell, conocido como El Kiki.
La última versión tenía algo de cierto: y es que realmente existía una relación de enemistad con El Kiki. Sin embargo, no era David quien tenía problemas con este narco, sino el mismo Ramón.
Dos testigos clave
La investigación fue avanzando y tanto Quintela como Larrapa cada vez tenían más claro que Ramón tenía algo que ver en la muerte de su hijo. Entonces aparecieron dos testigos clave en la escena del crimen.
Primero, un hombre que había visto a Ramón salir del local tras bajar la persiana, y un taxista que lo había recogido esa misma madrugada.
Además, la investigación reveló que Ramón, para saldar su deuda con El Kiki, le había cedido el pub pocos días antes del asesinato, sin el consentimiento de su hijo, quien se enteró cuando sorprendió al narcotraficante celebrando una fiesta en el Gotik.
La razón de la tragedia, según los agentes, fue una discusión entre padre e hijo sobre la venta del local.
La revelación definitiva
La bomba final explotó cuando el sobrino de Ramón confesó que había sido él quien realizó la llamada a su tío, siguiendo las instrucciones de éste. Con esta confesión, las pruebas contra Ramón fueron concluyentes, y el hombre fue detenido como presunto autor del asesinato de su hijo.
Sin embargo, y a pesar de las pruebas, Ramón quedó en libertad provisional en 2007, tras una maniobra legal que permitió que el abogado defensor, Javier Rodrigálvarez, lograra su liberación debido a una imprecisión en el auto judicial.
Así fue como, tras varias semanas acudiendo ante la autoridad judicial para demostrar su presencia en España, Ramón desapareció sin dejar rastro. De eso, ya hace 18 años.
Entre los más buscados de Europol

Ficha de Ramón en la página web de los fugitivos más buscado de Europol
Fue en 2023, 16 años después de su fuga, cuando Europol lo incluyó en la lista de los fugitivos más buscados. En la web de los most wanted tan sólo constan dos españoles, uno de ellos, este vecino de Sabadell.
Ahora, 18 años después de la fuga, 22 del crimen, Quintela reconoce que la huida de Ramón no le sorprendió "en absoluto". "Era un profesional. Un hombre frío, misterioso, mentiroso compulsivo, y con una capacidad para eludir la justicia que ya había demostrado en el pasado". Y es que no era la primera vez que desaparecía.
A lo largo de estos 22 años, el crimen perpetrado por Ramón de la Cámara se ha convertido en uno de los casos más mediáticos de Cataluña. La sombra de este filicida sigue asombrando a aquellos que lo investigaron, mientras su paradero continúa siendo un misterio.