Imagen de la agresión de fondo con la silueta de Eric L., el principal agresor

Imagen de la agresión de fondo con la silueta de Eric L., el principal agresor Montaje de Crónica Global

Vida

Habla uno de los vigilantes de seguridad agredidos en el metro de Barcelona

Todavía en estado de 'shock', el relato de esta víctima pone en evidencia la brutalidad del ataque y el desamparo que sienten por parte de TMB 

En relación: El juez deja en libertad provisional al acusado de agredir a un vigilante del metro de Barcelona

Publicada
Actualizada

Noticias relacionadas

"Lo último que recuerdo antes de perder el conocimiento fue el golpe seco de un puño contra la parte baja de mi cabeza. Cuando me reincorporé, mi compañero estaba en el suelo, sangrando sin parar, mientras ellos huían."

Así describe uno de los vigilantes de seguridad agredidos en el metro de Barcelona los momentos de violencia que marcaron la noche del sábado 18 de enero en la estación de Poblenou, de la línea L4.

Su testimonio, recogido por Crónica Global, pone en evidencia no solo la brutalidad del ataque, sino también lo que él considera una preocupante falta de apoyo por parte de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB).

"Son peligrosos"

Esa noche, sobre las 23:30 horas, un grupo de entre cinco y ocho jóvenes, liderados por Eric L., de 19 años y vecino de Badalona, sembró el caos en el metro. Habían accedido a un convoy en Maresme-Forum, increpando a pasajeros que viajaban en dirección a Trinitat Nova

Un vigilante de seguridad, en el Metro de Barcelona

Un vigilante de seguridad, en el Metro de Barcelona Cedida

Según fuentes sindicales, la sala de control de TMB fue alertada por el maquinista cuando el grupo llegó a la parada de Selva de Mar, pero inicialmente solo se movilizó a un binomio de vigilantes, a pesar de que ya se había advertido de que los agresores eran "peligrosos". 

En el interior del vagón, de camino a la parada de Poblenou, donde los jóvenes se habían bajado del metro anterior, el binomio movilizado se encontró a otros dos compañeros, que accedieron a acompañarles. 

Cuando los vigilantes interceptaron al grupo en el andén, la situación escaló de inmediato.

Los cinco minutos de terror

"Nos miraron desafiantes desde el andén. Llevaban minutos increpando a un grupo de pasajeros de origen pakistaní y golpeando objetos. Nada más bajar del convoy, comenzaron a provocarnos y en cuestión de segundos, Eric empezó a golpear", recuerda el testigo.

La agresión fue rápida y brutal: Eric, aficionado al boxeo, atacó a tres de los cuatro vigilantes presentes, dejando a uno de ellos con graves lesiones en el ojo izquierdo que le han costado la visión.

El vigilante que ha accedido a dar su testimonio solo tuvo tiempo de retener a uno de los jóvenes, mientras escuchaba golpes y gritos a sus espaldas. De repente... "Caí al suelo tras el primer golpe. Luego, según he visto en las grabaciones, me patearon sin parar". 

"Código 33"

A pesar de los golpes y de los segundos que no recuerda, el vigilante se reincorporó, quiso ayudar a su compañero, que tenía toda la cara ensangrentada, y fue entonces que alertó de la magnitud de los hechos por la radio. "¡Código 33, necesitamos apoyo!".

Acto seguido, y como un acto reflejo, salió tras los chicos que estaban huyendo. En el hall de la estación se encontró con otros dos vigilantes que habían logrado interceptar y reducir al principal agresor, Eric L. El joven vestía de negro e iba con la cara descubierta. 

"Logramos detener a Eric a la salida de la estación con ayuda de otro binomio que había llegado. Los Mossos d'Esquadra se lo llevaron poco después". 

Vehículo de los Mossos d'Esquadra / MOSSOS d'ESQUADRA

Vehículo de los Mossos d'Esquadra / MOSSOS d'ESQUADRA

"El TMB nos dejó solos"

En paralelo, una ambulancia del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) llegó para atender al vigilante que estaba más grave. Sin embargo, él y el otro compañero que resultó herido no recibieron asistencia médica. 

"Con la adrenalina no sentía el dolor en ese momento, pero luego llegó el mareo, el dolor de cabeza y las molestias en todo el cuerpo. Aun así, desde el TMB nos obligaron a volver a la base. No hubo ni una palabra de apoyo. Solo cuando llegamos, nos dijeron que podíamos ir a la mutua... pero por nuestros propios medios". 

Magullados y desorientados, los vigilantes tuvieron que acudir a la clínica laboral por su cuenta. "Me dieron el alta al momento, diciendo que era joven y que podía aguantarlo. Fue humillante", denuncia. 

Manifestantes a las puertas de la sede de TMB Centro de Control de Metro (CCM) en Barcelona

Manifestantes a las puertas de la sede de TMB Centro de Control de Metro (CCM) en Barcelona Cedida

Indignación sindical y preocupación

Desde Alternativa Sindical (AS) critican duramente la gestión de TMB: "¿Por qué se enviaron tan pocos efectivos? ¿Por qué no se avisó antes a los Mossos? ¿Por qué dejaron desamparados a los heridos?", censuran. 

Según el sindicato, esta agresión no es un caso aislado. "Siempre sucede lo mismo.
Nos agreden y nadie responde por nosotros. Nos sentimos solos ante un aumento alarmante de la hostilidad en el metro", denuncian Carlos Rodríguez, Mayte Bravo y David Bulloza, de AS. 

El trío avanza que Alternativa estudia emprender otras acciones contra TMB y la contrata. 

"No hay respeto a la autoridad"

A su vez, el vigilante que ha decidido hablar sigue en shock. Aunque ha conseguido la baja médica hasta el 30 de enero, está más preocupado por su compañero, quien ha perdido el ojo.

"Esto no es solo una agresión, es un reflejo de cómo hemos perdido el respeto a la autoridad, a las normas y a la convivencia. Y lo peor es que quienes deberíamos estar protegidos somos los primeros en ser abandonados", zanja.