Golpe de mano de los Mossos en El Prat: bajan los hurtos e inyectan efectivos antes de negociar la 'toma’ del segundo aeropuerto más importante de España
- La reducción del índice de criminalidad en las terminales aeroportuarias de Barcelona refuerza la 'candidatura' de la policía catalana para asumir el traspaso de las competencias en seguridad
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El aeropuerto de Barcelona-El Prat cierra el año con un descenso notable de los hurtos. En tan sólo un mes, se ha logrado una reducción cercana al 25%, pasando de 1.000 denuncias en octubre a 720 en noviembre. Tendencia que, según fuentes policiales, se ha prolongado a lo largo del último mes del año.
Esta mejora en los índices de criminalidad llega en un momento clave: a las puertas de la próxima Junta de Seguridad anunciada para enero, y en la que se negociará el futuro (y más que probable) traspaso de competencias en seguridad en puertos y aeropuertos a los Mossos d'Esquadra. Tarea que, hasta la fecha, ha asumido la Guardia Civil.
Inyección de nuevos agentes
Fuentes del cuerpo autonómico atribuyen la reducción de los hurtos a la reciente inyección de nuevos agentes, aprovechando la apertura de la nueva comisaría.
Estos efectivos -muchos de ellos, recién finalizado su periodo de prácticas- patrullan por la terminal de pasajeros, prestando especial atención en aquellas zonas donde los viajeros hacen cola antes de facturar su equipaje.
En todo este espacio, previo a pasar el control, la policía catalana ya tiene desplegados a 200 efectivos, incluidos agentes de orden público de las unidades BRIMO y ARRO, además de la especialidad canina y el TEDAX. Un despliegue que se ha reforzado con agentes de seguridad ciudadana y que prevé ampliarse, de nuevo, de cara al verano.
De este modo, con el futuro traspaso de competencias lo que se pretende es que los Mossos d'Esquadra asuman la seguridad de toda la infraestructura aeroportuaria, y no sólo de la zona previa al control de pasajeros.
La dotación actual "no es suficiente"
No obstante, cabrá conocer qué acuerdos se establecen en la próxima Junta de Seguridad. Y es que la propia consellera de Interior y Seguridad Pública, la socialista Núria Parlon, ya reconoció que con la dotación actual de agentes no es suficiente para afrontar la seguridad del aeropuerto.
"Nosotros no renunciamos a ninguna competencia, lo único que las asumimos de acuerdo con las capacidades que tenemos", manifestó en una entrevista en el programa Els Matins de TV3. A lo cual añadió que no podía prescindir de Mossos en los municipios para asumir unas competencias que, en estos momentos, "nos generan un problema".
A la espera de la próxima Junta
La declaración de Parlon se conoció poco después de la última Junta de Seguridad, celebrada el pasado 5 de diciembre. En dicha ocasión, tanto el president Salvador Illa como el ministro Fernando Grande-Marlaska rechazaron debatir sobre el traspaso de las competencias en puertos y aeropuertos porque no estaba en el orden del día.
Ahora bien, en la próxima reunión, este debate puede adquirir todo el protagonismo. Así se intuyó del reciente anuncio de Illa en el Parlament, donde compareció a petición de ERC, Junts, Comuns y la CUP para dar explicaciones sobre la reunión del día 5.
En la próxima Junta, pues, no sólo se deberá debatir sobre el futuro traspaso, sino también en qué términos y en qué plazos se hará. Un acuerdo que deberá dejar "muy claro y por escrito" qué papel tendrán los Mossos y la Guardia Civil a partir de ahora.
Se sabe que la Guardia Civil no lo está digiriendo bien. De hecho, sin haberse celebrado todavía dicha reunión, nueve asociaciones de la Guardia Civil ya han anunciado su absoluto rechazo a esta proposición.
"Nos sentimos rehenes de los independentistas", manifestaron en un comunicado el pasado viernes. Advirtiendo, incluso, de que se reservan "el derecho al ejercicio de las acciones legales pertinentes en todo aquello que conculque la legislación vigente y las condiciones de vida de los guardias civiles".
El gran problema
Por su lado, con una caída de los hurtos bajo el brazo, los Mossos quieren presentar un balance sólido y demostrar su valía ante el ministro.
No obstante, las fuentes consultadas advierten de los desafíos persistentes: en especial, la multirreincidencia de delitos. "Son las mismas caras, los echamos hasta cinco o seis veces al día, y vuelven a las terminales a robar carteras, bolsos y maletas", aseguran las fuentes consultadas.
Un fenómeno delincuencial que viene agravado por la falta de juzgados y la lentitud de los conocidos como juicios rápidos. Los juzgados van desbordados ante el auge de dicha multirreicidencia, provocando una extrema dilatación en este tipo de procedimientos.
¿La consecuencia? Los ladrones campan a sus anchas hasta que se celebra el juicio. A veces, hasta 12 meses después de haber sido detenidos.
La situación "se ha ido de madre"
En paralelo, y pesar de los avances recientes, el contexto criminal en la localidad de El Prat sigue siendo preocupante. Según el último balance de criminalidad, este municipio, donde se ubica el aeropuerto, lidera el incremento de hechos delictivos conocidos en Cataluña, con una subida del 51,5% en los primeros nueve meses del año respecto al mismo periodo de 2023.
En el aeropuerto, donde se han registrado repuntes de hasta 26 denuncias diarias, este problema se agrava por la presencia de personas sin hogar que encuentran refugio en las terminales, generando un entorno aún más complicado para las fuerzas de seguridad.
De hecho, la consellera Parlon llegó a reconocer que la situación en el aeropuerto de El Prat "se ha ido bastante de madre". Y fue precisamente ante estas cifras desorbitadas que la responsable de la Seguridad Pública en Cataluña decidió inyectar más agentes en las terminales y aledaños.
Garantes de la seguridad
Si bien el contexto sigue lejos de ser ideal, los últimos resultados ofrecen a los Mossos d'Esquadra un argumento sólido para encarar la próxima Junta de Seguridad. Con la reducción de hurtos como carta de presentación, el cuerpo autonómico aspira a consolidar su posición como garante de la seguridad en El Prat.
De concretarse el traspaso, no solo se abriría un nuevo capítulo en la gestión de uno de los principales aeropuertos de España, sino también en el reparto de competencias entre administraciones, marcando un precedente clave en la seguridad aeroportuaria catalana.