Imagen aérea del parque natural de Collserola / PNC

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Vida

Barcelona tiene la oportunidad de convertirse en la primera ciudad del mundo en regeneración de “capital natural”

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Barcelona cuenta con los suficientes activos para liderar el ranking mundial de regiones metropolitanas enfocadas en la regeneración del capital natural. Es la conclusión que se desprende del informe “El Capital Natural en Barcelona”, desarrollado por Nactiva en colaboración con la UPF Barcelona School of Management (UPF-BSM).

Según el estudio, la región cuenta con “unos ecosistemas mediterráneos de gran valor, experiencia en la colaboración público-privada, capacidad de innovación y atractivo como sede de iniciativas globales” para afrontar el reto. 

La importancia de la producción local

El informe identifica la agricultura como una pieza clave para la sostenibilidad de la región metropolitana. En un contexto donde el transporte de mercancías, especialmente de alimentos, genera un alto impacto ambiental, promover la producción local representa una oportunidad estratégica.

Los datos recopilados por Nactiva arrojan que, en las últimas décadas, el área ha perdido un 78% de su superficie agraria. Se estima que, con la superficie de terreno destinado al cultivo, se abastece de frutas y hortalizas al 19.1% de la población del AMB durante un año.

Sin embargo, si se aumentase un 30% de la superficie agrícola útil en 10 años, junto con un incremento de la tasa de producción agrícola, se podría abastecer con frutas y verduras alrededor del 35% de la población del área metropolitana. 

Imagen de archivo del Parque Agrario del Baix Llobregat

Imagen de archivo del Parque Agrario del Baix Llobregat DIPUTACIÓ DE BARCELONA

Según el informe, espacios clave como el Parque Agrario del Llobregat y la comarca del Maresme “son vitales no solo para la sostenibilidad ambiental sino también para la seguridad alimentaria y la calidad de la alimentación”, reduciendo la dependencia de importaciones y fortaleciendo la economía local. 

El papel de los bosques y la biodiversidad marina

En otro de los ámbitos naturales clave, el análisis destaca que los espacios forestales como Collserola, Montseny, Montserrat y Sant Llorenç del Munt “desempeñan un papel esencial en la mejora de la calidad del aire”, actuando como filtros naturales y amortiguadores climáticos. Según el estudio “estos espacios deben conservarse adecuadamente y de forma paralela a que se incremente la cobertura verde dentro de la ciudad”.

Vista panorámica de Barcelona des del Parc Natural de la Serra de Collserola

Vista panorámica de Barcelona des del Parc Natural de la Serra de Collserola ROBERT RAMOS - EUROPA PRESS

Otra de las zonas castigadas por el cambio climático es el litoral. Los temporales producidos entre 2023 y 2024 han provocado una pérdida del 20% de su superficie arenosa, reduciendo en algunos casos hasta 50 metros la anchura de las playas.

En este ámbito, el estudio realizado por la UPF-BSM, propone acelerar la regeneración de ecosistemas marinos. Según recoge Nactiva, hasta la fecha se han instalado 117 unidades de regeneración de biodiversidad marina, principalmente en el Puerto Olímpico y el Port de Barcelona, y se han protegido y mejorado los sistemas dunares en 17 kilómetros del litoral.

Estas acciones han permitido la recuperación parcial de hábitats y la estabilización de las playas como barreras naturales frente a tormentas, al tiempo que han fomentado la biodiversidad.

Un compromiso colectivo

Según Joan Cabezas, CEO de Nactiva, “la restauración y conservación de activos naturales puede convertirse en el motor de un cambio positivo si se integra la naturaleza en la planificación urbana. En Barcelona y la región metropolitana tenemos la oportunidad de liderar este nuevo sector, con el objetivo de reforzar la calidad de vida de los ciudadanos y mantener la prosperidad económica de la zona”.

Por su parte, Marcos Eguiguren, Associate Provost de la UPF-BSM comenta que, “Barcelona podría posicionarse como una ciudad más consciente de los retos medioambientales y ser un polo de atracción de personas, empresas, instituciones y proyectos que compartan esa misma filosofía. La competitividad de las grandes áreas metropolitanas se medirá cada vez más por su capacidad de generar un entorno agradable, saludable y seguro para vivir, trabajar o invertir”.