Decenas de personas en el puente que une València con La Torre, donde centenares de personas llegan de Valencia de abastecerse de agua y alimentos mientras otras salen de ayudar

Decenas de personas en el puente que une València con La Torre, donde centenares de personas llegan de Valencia de abastecerse de agua y alimentos mientras otras salen de ayudar Rober Solsona / Europa Press

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De Cataluña a Valencia: solidaridad policial en la zona cero de la DANA

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La madrugada de este sábado, un convoy de agentes de distintas policías locales catalanas y otros voluntarios dejarán atrás sus comisarías y se embarcarán en un viaje hacia el sur de Valencia. Son 50 policías de Montcada i Reixac, Cardedeu, Santa Coloma y Santa Susana, junto a vigilantes de seguridad privada y voluntarios de las Agrupaciones de Defensa Forestal (ADF).

Todos ellos, cargados con agua y alimentos, recorrerán hasta 315 kilómetros de carretera para llegar a Sedaví, la zona cero de la DANA que ha devastado el sur de la capital valenciana.

Este fin de semana, estos cincuenta agentes y voluntarios dejarán a un lado sus rutinas y familias, para adentrarse en un escenario en el que la vida cotidiana ha sido arrasada por la furia de las riadas y el lodo.

La situación es crítica

La situación en Sedaví es crítica: calles cubiertas de barro, coches apilados entre escombros, decenas de personas desaparecidas y una población que aún lucha por acceder a agua potable, sin luz en muchas de sus calles.

En general, en toda la Comunidad Valenciana y en el resto del país, el dolor es palpable: el desastre se ha cobrado la vida de más de 200 personas, el grueso en dicha región, y ha dejado sin hogar ni sustento a cientos de familias.

Decenas de coches amontonados en Sedaví (Valencia) a 31 de octubre de 2024

Decenas de coches amontonados en Sedaví (Valencia) a 31 de octubre de 2024 Rober Solsona / Europa Press

Lo peor, sin embargo, está por llegar, aseguran fuentes policiales que trabajan en la zona. No saben cuándo podrán empezar a retirar los coches que se amontonan en las calles del pueblo y de otras zonas afectadas. Incluso los que siguen bloqueando la autovía. Tampoco cuándo se abrirán todos los aparcamientos que siguen inundados y donde se teme que los cadáveres se sumarán por decenas. 

Queda mucho trabajo por hacer

Por todo ello, este convoy de agentes catalanes viajará para colaborar en las labores humanitarias y relevar a sus compañeros policías de los municipios valencianos, quienes llevan días sin apenas dormir en medio de la emergencia.

Se trata, por lo tanto, de una misión con varios frentes: por un lado, dar apoyo para permitir que los policías locales de las zonas afectadas puedan, aunque sea por unas horas, descansar y estar con sus familias en medio de la tragedia. Y, por otro, ayudar en tareas de limpieza, provisión de agua potable, comida y otros productos de primera necesidad para que las familias más afectadas puedan sobrevivir estos días.

En especial, los más mayores. Muchos jóvenes se están desplazando a pie hasta Valencia capital para proveerse de alimentos y productos de primera necesidad. Los coches se tienen que quedar en las afueras de los municipios afectados, lo que complica el abastecimiento. 

Solidaridad mayúscula 

En paralelo, otra comitiva de los Mossos d’Esquadra, la conocida bajo el nombre de Blueforce by Copland -un grupo de voluntarios que ya viajó hasta Ucrania al inicio de la guerra-, también se ha desplazado hasta el sur de Valencia. 

Este grupo de agentes, voluntarios y abogados partieron hacia Torrent, otra de las localidades de la zona cero. Llevan más de 24 horas repartiendo agua potable y comida y lo que han visto en este periodo de tiempo les marcará de por vida: lo describen como una zona en guerra. 

Conmocionados por la magnitud de la destrucción y la desesperanza que reina en el ambiente, este grupo de mossos voluntarios alerta de "la falta de manos". "No hay suficientes efectivos", aseguran desde la zona cero del desastre. 

Ante el llamamiento de ayuda, estos 50 policías locales de Cataluña se han movilizado para contribuir en tareas humanitarias fundamentales, como la distribución de agua potable en un pueblo que, bajo el lodo y como muchos otros de la zona sur de Valencia, lucha por recuperar su normalidad.