Un equipo de investigadores de cinco centros catalanes ha identificado el potencial mecanismo molecular para reducir el riesgo cardiovascular. Así lo han publicado en Genome Medicina, una publicación especializada, científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Girona, el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge, el IRB Barcelona, el Institut Català d'Oncologia y el Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol de Badalona.
Los científicos analizaron los niveles de 187 de estos compuestos en muestras de plasma de 4.974 participantes de la cohorte catalana GCAT e integraron la información obtenida con otras bases de datos genéticas de individuos europeos, hasta un total de 40.000 y las volvieron a analizar, identificando 44 regiones genéticas asociadas a estos metabolitos, ha informado este martes el ITGP en un comunicado.
La relación de las regiones genéticas con los metabolitos
Para identificar cómo estas regiones genéticas operan sobre los metabolitos, los resultados se combinaron con paneles de expresión génica de 58 tipos diferentes de tejidos y células, y los investigadores pudieron identificar los genes que, a través de la modulación de su expresión, son causantes de los niveles de estas moléculas en el organismo.
Esta metodología también la aplicaron a los resultados de tres estudios europeos que incluían unos 700.000 participantes, con el objetivo de investigar la relación entre la expresión génica y eventos cardiovasculares como, por ejemplo, los infartos.
Los investigadores exploraron la relación de causa entre la expresión génica, los niveles de metabolitos y el riesgo cardiovascular con un análisis genético de mediación. Más de 1,7 millones de personas fallecieron en el año 2021 en Europa por enfermedades cardiovasculares, según datos disponibles en Eurostat.
En España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), se produjeron en 2022 más de 120.000 fallecimientos por esta causa, siendo responsables estas patologías del 26,1% del total de defunciones. Sin embargo, el 80% de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares pueden prevenirse, según la Organización Mundial de la Salud.