La Guardia Civil ha aprehendido hasta 121 unidades de oro descubiertas entre los glúteos de un pasajero que se disponía a tomar un vuelo a Argel (Argelia) desde el aeropuerto de Barcelona-El Prat. Agentes de la Unidad Fiscal y de Fronteras de la Benemérita pararon al individuo cuando éste llegó a los filtros de reconocimiento de pasajeros de la Terminal 1. Fue entonces cuando los guardias civiles observaron que este viajero, un ciudadano argelino de 41 años, mostraba un comportamiento sospechoso.
El hombre, visiblemente nervioso, fue apartado de la zona de filtro para realizarle un registro más minucioso en un lugar reservado. La sorpresa de los agentes llegó cuando descubrieron que este viajero escondía hasta 121 objetos de oro entre sus glúteos. En total, se recuperaron 8 pulseras, 23 cadenas, 17 medallas, 7 crucifijos, 19 anillos, 15 pendientes y 32 fragmentos indeterminados.
Infracción por contrabando
Tras este hallazgo, que se produjo el pasado 28 de septiembre, los agentes de la Guardia Civil procedieron a levantar un acta de infracción por contrabando y la
investigación se centra ahora en determinar el origen del oro, que ha quedado a disposición del Administrador de la Aduana del aeropuerto de Barcelona.
Un problema delincuencial en El Prat
Justamente este miércoles, la consellera de Interior y Seguridad Pública, Núria Parlon, reconocía la existencia de un problema de delincuencia en el aeropuerto de Barcelona-El Prat. "Se nos ha ido de madre", manifestó en una entrevista a RAC1. La dirigente socialista explicó que el Govern intenta combatir este fenómeno desde la nueva comisaria de Mossos, instalada en julio en esta infraestructura, con la cual se ha duplicado el número de efectivos. Sin embargo, los hurtos y robos en las terminales de El Prat siguen al alza.
La consellera indicó estos delitos ocurren antes de pasar los controles de seguridad e incluso dentro de los aviones, cuando los pasajeros "se han relajado". Al ser preguntada sobre si estos hurtos y robos también se cometen en la estación de Sants, ha reconocido que sí, aunque no tan graves ni con tanta incidencia en el aeropuerto barcelonés.