El pequeño pueblo de Organyà, de apenas 800 habitantes, ha sufrido este verano un descalabro en su actividad económica por culpa del Aeroport Andorra-La Seu d'Urgell. El récord en el número de jets privados y aeroplanos que han llegado al campo de aviación en los primeros ocho meses del año han lastrado su principal actividad económica: el parapente.
Los vuelos comerciales se prevén con 24 horas de antelación, mientras que las empresas de parapente gestionan sus reservas a un mes vista, lo que obliga a cancelar y modificar cada día los horarios. En el caso de los jets privados, la diferencia es aún mayor: el Aeropuerto puede avisar con apenas una hora de antelación, y alterar toda la actividad de la jornada. Como en algunas semanas de verano la climatología no ha acompañado, el roto en empresas y clubes de vuelo ha sido mayúsculo.
"El último verano"
El alcalde de Organyà, Celestí Vilà, ha explicado a Crónica Global que confía en que este sea “el último verano con esta situación”. O así se lo han prometido las autoridades. Mientras algunas empresas ya amenazaban con huir de la zona, Aeroports de Catalunya ha prometido incorporar a un controlador aéreo el verano que viene para gestionar mejor todo el entuerto.
La zona de parapente se encuentra a sólo 13 kilómetros de la pista de aterrizaje de La Seu, en el enclave donde las naves efectúan las maniobras de aproximación al suelo. “Tengo la esperanza de que todo se solucione, pues la voluntad de Aeroports de Catalunya y el Aeropuerto de La Seu existe y está alineada con la nuestra”, explica Vilà.
Si la situación actual se mantuviera en el tiempo, el descalabro para Organyà sería inmenso. El municipio vive del turismo parapentístico desde finales de abril hasta mediados de octubre. Hace más de 30 años, el consistorio empezó a invertir miles de euros para situarse como referente mundial en la práctica de este deporte. Y de momento lo ha conseguido.
El turismo, pujante actividad económica estival
Los pilotos acróbatas realizan sus entrenamientos y prácticas en Organyà; y generan actividad económica en bares, tiendas, supermercados y apartamentos. También hay curiosos que vienen a pasar unos días al pueblo y a probar de forma amateur esta técnica de salto. El turismo ha generado en Organyà la construcción de tres hoteles, 162 plazas de campings y cuatro apartamentos de turismo rural.
Esta actividad económica se compagina con otras actividades de menor impacto, como la producción agrícola y ganadera. En el municipio hay censados 350 animales de ganado vacuno y más de 2.000 de ganado ovino-caprino. También posee 248 hectáreas de superficie agrícola, la mayoría dedicada a cereales.