Las plagas en Cataluña es algo cada vez más habitual. Al principio se daban cada tanto, como la de la filoxera en el pasado, chinches llamados escuditos, las cucarachas en algunas ciudades, ratas, el mosquito tigre en los últimos años, la amenaza reciente de la avispa asiática… Pero este verano, la comunidad autónoma ha sufrido una nueva invasión.
Los trabajadores del campo lo están empezando a notar, especialmente ahora que se acaba el verano. Especialmente lo han sufrido los que tienen viñedos que, siempre con el fantasma de la filoxera, han dado la voz de alarma.
A qué afecta
Los viticultores catalanes han expresado su máxima preocupación ante la presencia en sus campos del mosquito verde. Este pequeño insecto, conocido científicamente como Empoasca vitis, ha experimentado un crecimiento exponencial debido a las altas temperaturas registradas en la región.
Si ya el cambio climático está afectando a la falta de lluvias que hace más infértil la tierra, las olas de calor prolongado y las condiciones de sequía han creado el entorno ideal para la proliferación de esta plaga. Al ser humano no le pasa nada, pero a los agricultores de la vid les afecta gravemente a las cosechas y, en consecuencia, a su bolsillo, ya que pueden causar pérdidas económicas significativas en una de las industrias más emblemáticas de la comunidad.
Cómo es el mosquito
El mosquito verde de la vid, de apenas 2 a 3 milímetros de longitud, ataca principalmente los nervios de las hojas, alimentándose de la savia de la planta. Esta acción provoca la desecación de los bordes de las hojas, que adquieren un color amarillo característico, y ralentiza el crecimiento vegetativo, lo que impacta directamente en la maduración del fruto.
En su fase larvaria, el insecto se ubica en el envés de las hojas, donde es más visible y fácil de controlar, pero en su fase adulta es mucho más escurridizo, moviéndose rápidamente ante cualquier perturbación. De aquí la facilidad que tienen en convertirse en una plaga.
Dónde se han visto
A pesar de sus dimensiones y capacidades propicias para pasar inadvertidos, los viticultores han detectado la cada más mayor presencia de este mosquito que afecta con especial virulencia a las comarcas del Penedès, así como a otras zonas vitivinícolas como Tarragona, Montsant, Priorat, Empordà, Terra Alta y Conca de Barberà, lo que ha generado alarma en diversas Denominaciones de Origen.
El impacto del mosquito verde va más allá de la campaña actual. Si bien todavía es difícil cuantificar los daños, los expertos advierten que las pérdidas podrían extenderse a las cosechas del próximo año debido a una menor brotación y un descenso en el vigor de las plantas afectadas. La Generalitat de Cataluña, a través de su departamento de Sanitat Vegetal, ha indicado que, aunque la plaga parece más espectacular de lo que podría acabar siendo, no se descarta que las condiciones actuales propicien un efecto más dañino del esperado.
Cómo evitar la plaga
Para combatir esta amenaza, se han comenzado a utilizar productos bioinsecticidas que actúen con un potente efecto de choque, eliminando rápidamente las poblaciones de insectos como el mosquito verde. Sin embargo, la efectividad del control biológico y las medidas preventivas serán claves para minimizar los daños y proteger la producción de vino en Cataluña.
El mosquito verde se suma así a la lista de desafíos que enfrentan los viticultores en un contexto de cambio climático, donde las altas temperaturas y la sequía no solo afectan la cantidad y calidad de la uva, sino que también facilitan la expansión de nuevas plagas que ponen en riesgo la producción vinícola, tan importante para la economía y la cultura catalana.