La sequía reducirá a la mitad las producciones de vendimia en Cataluña
Los viticultores esperan recolectar alrededor de 4.000 kilos de uva por hectárea
24 agosto, 2024 11:13Noticias relacionadas
Aunque parezca que ya ha pasado lo peor de la sequía, lo cierto es que los estragos se siguen notando. Ahora es el turno de los viticultores, quiénes pronostican una temporada con tendencia bajista. A pesar de que la primavera ha regado la comunidad catalana con varios frentes --que han llenado los pantanos a niveles mucho más elevados que los mínimos históricos de marzo, como es el caso del embalse de Sau--, no se ha podido cubrir la falta de agua en su totalidad.
Este año se esperan unos niveles de producción que oscilarán entre los 4.000 y los 5.000 kilos de uva por hectárea. Y, aunque parecen cifras elevadas, es la mitad de lo que antes se recolectaba al final de la temporada.
Priorat y Terra Alta
Dos regiones clave en la producción de vinos catalanes han visto cómo el cambio climático les ha arrebatado gran parte de la cosecha. Estas zonas tienen viñas que dependen de pantanos como Guiamets, Margalef o Riudecanyes --tristemente célebre por oscilar entre el 1% y el 2% de su capacidad--. A la falta de agua se le han de sumar los incrementos de precios en las facturas de consumo.
Todavía queda un elemento más para sumar a la ecuación: el granizo, que ha caído en la región, y que ha causado desperfectos en la cocseha. Verano y primavera son dos estaciones caracterizadas por la caída de precipitaciones en forma de piedra. No obstante, los últimos patrones climáticos muestran que, debido al aumento generalizado de las temperaturas, hay una tendencia alcista en virulencia de estos eventos, así como en el tamaño de las propias piedras --las nubes se forman en capas mucho más altas de la atmósfera, lo cual, a grandes rasgos, implica un mayor choque térmico y una zona todavía más fría en la que se originan estas--.
Empordà
Otra de las piedras angulares del vino catalán, la Denominación de Origen de l'Empordà --aunque no a los niveles de Priorat o Terra Alta--, sí verá una reducción de su producción que va a oscilar entre el 15% y el 20%.
De acuerdo con los datos, se esperan unos 60.000 hectolitros de vino. Y aunque han iniciado la campaña con regularidad, las temperaturas estivales todavía no han terminado y toca estar pendiente de cómo el clima se va a comportar.
Reclaman ayudas
El responsable de viñedo y vinos de Unió de Pagesos, Josep Marrugat, califica todo este escenario de "difícil". Por una parte, está la acumulación de siniestros. Explica que los productores "tendrán que recurrir a las pólizas de seguros firmadas". Por otra, añade a la ecuación los costes de personal, del combustible necesario para la maquinaria, las propias máquinas o los fertilizantes, los cuales no dejan de subir de precio, afirma.
También, en esa línea, ha reclamado la puesta en marcha de una ayuda para quiénes hayan producido menos de 8.000 kilos de uva por hectárea. "Será necesarioo renovar muchas cepas, que están muertas o muy dañadas, para evitar que los viticultores se marchen", ha explicado.
La sequía no es sólo lluvia
Llueve. Los pantanos se llenan. ¿Se termina así la sequía? Ciertamente, no. Este fenómeno tiene componentes más allá de la lluvia. En el caso de las tierras de cultivo se produce una falta de agua en el suelo, lo cual hace que las capas superiores de tierra se sequen y se formen grietas. Poca lluvia y altas temperaturas favorecen esta situación.
Debido a que se crea una capa dura en la superficie, por mucha agua que caiga, esta barrera se ha de romper. La tierra no absorbe el agua que necesita para poder "funcionar" con normalidad. Por ello, aunque los registros de precipitaciones en primavera han supuesto un alivio en muchos aspoectos, todavía Cataluña tiene una "deuda hídrica" que necesitaría solverntar con más lluvias --puesto que el territorio, hasta 2024, ha estado inmerso en un período de tres años en los que las lluvias han brillado por su extrema escasez--.