Las mujeres son de partida 250.000 menos en educación primaria, porque nacen más varones (casi 10 por cada 9 niñas), pero en los campus españoles suman 170.000 más.

Las estadísticas oficiales del INE y los Ministerios de Educación y Universidades subrayan esta superioridad femenina. Una brecha de género, cronificada desde hace 20 años en todo el recorrido educativo, que preocupa a docentes y autoridades.

Sobresalientes y tenaces

En el cómputo más reciente, la prueba de acceso a la Universidad, el 16% de ellas obtuvo una nota de sobresaliente frente al 11% de los hombres. Constituyen el 60% del alumnado matriculado y aventajan en casi tres puntos a los graduados.

"Ellas abandonan y repiten menos. Son más tenaces desde el principio", constata Enrique Domínguez, pedagogo y demógrafo. Los repetidores en primaria –explica- son el 2,5% de los niños y el 2% de las niñas y en la ESO el 11 % comparado con el 7 %.

Más fracasados

La deserción de las aulas durante la educación secundaria es masculina en un 16,5% (bastante superior a la media de la UE), el doble que la femenina.

Resultado: el 23 % de los hombres no obtienen el graduado, frente al 13,5 %. Ellas representan casi 59% del alumnado de Bachillerato. 

La UE recomienda que se enseñe educación financiera en las aulas E

Campeones solo en 'mates'

Los analistas solo encuentran un aspecto que mantiene el liderazgo masculino. Ellos obtienen en general mejores notas en Matemáticas en todos los niveles. 

Esta supremacía les lleva a copar las Ingenierías y Arquitectura. Ellas se decantan más por Ciencias de la Salud, Artes y Humanidades y Ciencias Sociales y Jurídicas. La distribución está más igualada en Ciencias, salvo en el doctorado, que tiene más alumnos varones.

Pocos referentes masculinos

Algunos expertos aseguran que las mayores tasas de absentismo entre los varones reflejan cierto desarraigo y una baja vinculación con la educación recibida.

Apuntan que la escasez de referentes masculinos y tutores en infantil y en primaria podría ser causa de una menor identificación con el entorno académico y, como consecuencia, de un peor rendimiento, orientación y motivación.

Docencia feminizada

Diversos estudios asocian con algunos matices los resultados académicos de los alumnos con la feminización de la docencia. 

Según datos de los Ministerios de Educación y Universidades, las mujeres representan el 73% de docentes de España. En educación infantil llegan al 98%, en primaria y en centros especiales el 81% y en secundaria al 72%.

Niños con ordenadores en una clase

Ejemplo finlandés

Una investigación llevada a cabo en Finlandia, donde se eliminó la cuota obligatoria de un 40% de profesores masculinos, ha descubierto un descenso progresivo del rendimiento educativo de los alumnos varones.

A la inversa, la UNESCO achaca en parte los pobres resultados de las alumnas en materias STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) a la escasez de profesoras tecnólogas y científicas. Recomienda promover referentes y guías femeninas para fomentar las vocaciones en estos campos.

Diferentes ritmos

Mariano Fernández Enguita, el sociólogo mayor estudioso de esta brecha en España, apunta otros factores como el choque de lo que supone la masculinidad en la adolescencia, la perspectiva de una incorporación más temprana al trabajo por parte de los chicos y un desarrollo mayor de las chicas a determinadas edades.

La clave sería que existen diferentes ritmos madurativos físicos, psicológicos y evolutivos en las mismas edades que se palpan sobre todo en la adolescencia.

Clases más adaptadas

Los colegios de educación diferenciada por sexos defienden que la causa de un mayor abandono masculino radica en la forma distinta de aprender de ellos y de ellas, como han puesto de manifiesto las técnicas de neuroimagen funcional. 

“Ambos sexos somos capaces de resolver un mismo problema, pero llegamos a la solución de manera diferente», explica Carlos Martínez, director de un centro madrileño.

Argumenta que tener un grupo lo más homogéneo posible, como hacen los colegios diferenciados, proporciona mejores resultados y un menor fracaso.

Retrasarlos un curso

El estadounidense Richard V. Reeves advierte de que en el mundo cada vez hay más mujeres jóvenes que hombres con títulos universitarios y más niñas graduándose en la escuela secundaria. 

Sorprende, a su juicio, que está sucediendo en culturas muy diferentes y países muy distintos, en todos los ámbitos y en todos los cursos, desde preescolar hasta posgrado. Y la brecha se amplía año tras año.

En su ensayo Of Boys and Men propone para poder competir en igualdad retrasar un curso la escolarización de los chicos, con un año más en preescolar, una campaña de contratación de profesores varones en las aulas e incluir más institutos técnicos en la FP.

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