El Hospital Joan XXIII de Tarragona ha utilizado una técnica pionera para reconstruir las vértebras de un paciente que había superado un cáncer. Gracias al uso de imágenes tridimensionales como guías en tiempo real, han llenado las estructuras óseas con un material parecido al cemento mediante agujas muy finas, y se ha evitado el contacto con otros órganos o vasos sanguíneos. 

De acuerdo con los datos aportados por el Institut Català de la Salut (ICS), el paciente había superado un mieloma. Se trata de un tipo de tumor, que en su caso, había provocado lesiones en las estructuras óseas, vaciándolas y alterando su forma. 

La técnica pionera

El tratamiento que se ha usado recibe el nombre de Needle Guide. Esta permite proyectar una luz láser en la zona afectada de la espalda, para mejorar así la precisión de la punción que después se realiza. El objetivo es ir directamente a la vértebra, y evitar tocar otras zonas musculares, de nervios o de vasos sanguíneos. 

Una vez el láser apunta en la dirección deseada, las agujas de dos milímetros se pinchan en la trayectoria que marca la luz. Cuando ya están insertadas, se inyecta el material de construcción, que es parecido al cemento. De esta manera, el paciente también obtiene un resultado final mucho menos invasivo, ya que sólo cuenta con incisiones de dos milímetros y sin ningún tipo de sangrado exterior ni de hemorragia interna. 

Médicos practican una cirugía en una imagen de archivo PEXELS

El papel de las 3D

El diagnóstico y la guía visual mediante imágenes en tres dimensiones se extiende de cada vez más, a más hospitales y en distintas áreas de especialización médica. En este caso, el soporte visual ha servido para hacer de guía, y así tener una reconstrucción lo más completa posible de la zona en la que se tenía que proceder a operar. 

No obstante, las 3D y el uso de imágenes va más allá de esto. Incluso, se intersecciona con otras tecnologías como es el caso de la Inteligencia Artificial (IA), para poder diagnosticar dolencias de una manera mucho más rápida. Todo ello, conforma los ingredientes del cóctel perfecto para mejorar la precisión y dotar de mucha más eficiencia a los tratamientos que se llevan a cabo, y mejorar la vida de los pacientes, tanto en la recuperación, como después del alta. 

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