Una tortuga boba ha llegado a la playa de la Savinosa, en Tarragona, donde ha anidado un total de 144 huevos. 24 de ellos se han trasladado a la Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos (CRAM), para poder incubarlos articifialmente. El resto, han permanecido en el nido.
No obstante, esta no ha sido la única alteración que se ha producido. El propio nido también ha sido trasladado a un punto más alto, con el fin de evitar que se inunde, ante las fluctuaciones del nivel del mar y del oleaje.
Nidos en Cataluña
Este acontecimiento representa el primero de esta temporada estival, que se da en el litoral catalán. En el año pasado se avistaron un total de diez nidos de esta especie de tortuga amenazada, también en las costas del territorio. Cinco de ellos se produjeron en el Delta del Ebro, mientras que los otros se produjeron en Malgrat de Mar (Barcelona), Begur (Girona), Comarruga (Tarragona), Calafell (Barcelona) y Viladecans (Barcelona).
Tiempos atrás en los que el cambio climático no tenía los efectos que produce hoy en día, estas anidaban en regiones tropicales, debido a la temperatura del agua. El ciclo de reproducción de estas tortugas se contempla dos fases. Entre junio y julio, se hacen los nidos. Desde agosto hasta octubre, es cuando nacen las crías. Sin embargo, hay elementos que han cambiado de forma sustancial.
Cambio de comportamiento
Las tortugas bobas han cambiado su comportamiento, debido al cambio climático. Uno de los patrones más notables es su reproducción. Se calcula que desde hace unos diez o quince años, esta especie llega hasta el Mar Mediterráneo para anidar.
Desde el año 1982, la temperatura media del agua ha subido en 1,5 grados, en una tendencia que sigue al alza, debido al cambio climático. En Cataluña, la temperatura media anual comprendida entre 1981 y 2010 era de 17,2 grados. En 2013, fue de 18,3 grados.