Los Mossos d'Esquadra golpean, una vez más, a la mafia albanesa asentada en Cataluña, quienes se han erigido como los líderes del mercado de la marihuana. Este último operativo, liderado por la División de Investigación Criminal de Lleida y la Unidad de Investigación de Sarrià-Sant Gervasi, ha permitido detener a 18 personas. Once de ellos, considerados altos cargos de la organización criminal desmantelada.
Según confirman fuentes policiales, el entramado había montado hasta seis macro plantaciones, escondidas en distintos chalets de toda Cataluña. Inmuebles con capacidad de albergar más de 4.000 plantas.
De ladrones a narcotraficantes
La investigación echó a andar cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una batería de ladrones, especializados en cometer robos con violencia en domicilios. Este grupo condujo a los investigadores hasta la organización albanesa dedicada al cultivo masivo y tráfico de marihuana.
De hecho, antes del dispositivo de explotación, que tuvo lugar el pasado 26 de junio, los agentes ejecutaron un primer operativo en Castellbisbal y Barcelona, que se saldó con seis detenidos. La información obtenida de este primer dispositivo permitió tirar del hilo hasta que a finales de junio se llevó a cabo la segunda fase del dispositivo de explotación con hasta 10 entradas y registros en pisos y locales de L'Hospitalet de Llobregat, Lloret de Mar, Santa Eulàlia de Ronçana, el distrito barcelonés de Sarrià, Sitges, Palau-solità y Plegamans y el Papiol.
Once de ellos en prisión
Según ha avanzado Metrópoli y ha podido confirmar esta redacción, los once capos han ingresado en prisión, mientras que el resto de los detenidos, consideraros los jardineros de las plantaciones, han quedado en libertad con cargos a la espera de que se celebre el juicio.
En total, se pudieron decomisar 4.000 plantas de marihuana, 42 kilos de cogollos de marihuana, así como 80 kg de hachís y 60 gramos de MDMA. Los Mossos también pudieron intervenir 13.000 euros en varias divisas. Con las detenciones y el ingreso en prisión de los líderes de la organización, los investigadores consideran que la organización ha quedado descabezada.