Visto para sentencia. El tribunal de la sección 5 de la Audiencia Provincial de Barcelona ha dado por finalizado el juicio contra el individuo que roció con gasolina y quemó vivos a unos vecinos --su casero y la pareja de este-- y a su propia sobrina, el 14 de diciembre de 2020 en un piso de Barcelona. Aunque los tres lograron sobrevivir, los dos primeros sufrieron heridas de extrema gravedad que, en algunos casos, incluso, precisaron de varias intervenciones quirúrgicas.
Por estos hechos, la acusación particular, que ejerce la abogada Mónica Aguilar, ha solicitado al final el juicio más de 30 años de prisión para el acusado, además de una indemnización de 130.000 euros por los daños causados. En este sentido, la letrada le acusa de dos delitos de intento de asesinato –-o subsidiariamente homicidio en grado de tentativa--, así como por los de lesiones y amenazas. La Fiscalía, por su parte, ha mantenido la petición de 25 años por dos presuntos delitos de intento de homicidio, delitos de lesiones y amenazas.
Graves secuelas físicas y psicológicas
Durante la segunda y última sesión del juicio han comparecido los doctores que atendieron a las víctimas, que han descrito la intensidad y gravedad de las quemaduras que sufrieron las víctimas: "son graves, porque generan, si hay supervivencia, cuadros de sepsis e infecciones muy importantes que pueden llevar igualmente a la muerte".
Además de los daños psicológicos que ambas víctimas sufren, el casero del acusado sufrió lesiones por las que tiene que llevar un traje para proteger las zonas afectadas, mientras que su pareja tuvo que ser intervenida quirúrgicamente para recuperar la movilidad del mentón.
¿En legítima defensa?
Por su parte, la defensa del acusado ha solicitado la absolución del procesado --o una eximente incompleta por legítima defensa--, al entender que el ataque lo inició la otra parte–. Asimismo, ha pedido al tribunal que lo deje en libertad provisional tras casi dos años en prisión preventiva, una petición a la que tanto Fiscalía como acusación particular se han opuesto "rotundamente".
El acusado, que ha hecho uso de su derecho a la última palabra, ha reiterado que estaba en su casa cuando bajaron sus vecinos con un bidón de gasolina con ánimo de atacarlo a él y a su sobrina y que, al intentar quitárselo para tirarlo por la ventana, el líquido inflamable se desparramó por el suelo a causa del forcejeo y explotó. "Los que tienen que pedir disculpas son sus clientes, que vinieron a agredirme a mi casa y tiraron la puerta abajo", ha expresado en alusión a la acusación particular.
"Ahora vamos a salir ardiendo todos"
Con todo, y según la versión del fiscal, los hechos sucedieron alrededor de las 15 horas del 14 de diciembre de 2020, cuando el acusado le pidió a su casero si le podía bajar de su vivienda un bidón de gasolina con la excusa de revisar un generador de corriente de gasolina. Cuando el hombre regresó, el procesado empezó a verter el líquido inflamable por el suelo, rociando a sus vecinos, mientras exclamaba "ahora vamos a salir ardiendo todo" a la vez que prendía fuego con su mechero.
Aunque el objetivo de este sujeto parece que eran únicamente los vecinos, la sobrina del acusado, al encontrarse en la misma estancia, también sufrió varias quemaduras de distinta consideración. Posteriormente, tal y como describo el ministerio público en su escrito de calificación, el procesado, "con ánimo de amedrentar" a las víctimas, les obligó a decir "que había explotado una burra". En caso contrario, les amenazó con agredirles: "no lo vais a contar".
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