La fiscalía solicita 14, 15 y 20 años de prisión para los tres acusados de prostituir y violar a menores de edad tuteladas por la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) después de drogarlas.
Los hechos sucedieron en 2022, cuando uno de los acusados -que se enfrenta a la mayor condena- contactó con una de las menores, de 17 años, a través de Instagram e iniciaron una relación sentimental. La víctima se escapó varias veces del centro para ir al piso del acusado, en el que coincidió con los otros dos procesados, y al que fue con otras chicas de su mismo centro.
Agredida por los tres acusados
Una de las chicas, que tenía 16 años cuando ocurrieron los hechos, ha asegurado que sufrió agresiones sexuales por parte de los tres acusados, que les ofrecían drogas a ella y a las otras dos víctimas para dejarlas en un estado de semiinconsciencia que aprovechaban para abusar de ellas. Según su versión también llegaron a ofrecerles dinero para que accediesen a mantener relaciones sexuales.
La misma chica ha asegurado que vio vídeos de los procesados con otras menores de su mismo centro y que no era extraño ver a otras adolescentes que salían de habitaciones del piso con dinero en la mano que le daban los acusados.
Miedo a "decepcionar"
La misma menor ha explicado que no explicó estos hechos para no decepcionar ni a su familia ni a los educadores del centro hasta que tuvo que ir al médico por el “dolor” que le provocaban las agresiones sexuales a las que fue sometida.
Este jueves se ha escuchado la declaración de otra de las víctimas, que tenía 14 años cuando sucedieron estos hechos, que ha explicado que accedió a ir al piso del acusado porque era la pareja de su amiga y porque se había escapado del centro y necesitaba un lugar en el que dormir.
Sin embargo, finalmente, decidió no pernoctar en la casa porque “no le gustó el ambiente”. Cuando regresó al día siguiente para recoger sus pertenencias dos de los acusados le ofrecieron a ella y a otra adolescente que la acompañó 50 euros por “pasar el rato”, pero se negó porque intuyó que “querían algo más”.
Ellos niegan los hechos
Por su parte los tres acusados han declarado que los episodios narrados por las menores son “mentira”. El que mantuvo una relación sentimental con una de las adolescentes ha asegurado que su noviazgo “acabó mal” . "Supongo que se habrá frustrado porque no quería estar con ella", ha dicho.
Asimismo, se ha justificado diciendo que no sabía que la que fue su pareja era menor de edad, como tampoco las otras dos chicas, que “aparentaban ser más mayores”. El acusado ha reconocido -al igual que los otros dos procesados- que consumía cocaína pero que no se acuerda de lo que hizo una noche en concreto. "No me acuerdo de lo que hice ayer, me voy a acordar de lo que hice ese día", ha dicho con ironía.
La versión de los acusados
Otro de los procesados ha argumentado que no se fijó en las adolescentes porque está casado y que sólo iba a casa de su amigo para consumir cocaína porque le habían dado dos amagos de infarto y no quería que su mujer supiese que seguía tomando drogas.
El tercero ha declarado que solo estuvo en la vivienda un par de veces, pero ha negado haber ofrecido drogas a las menores o haberlas violado.
Los hechos, acreditados
Sin embargo, la fiscal sostiene que los hechos han quedado suficientemente acreditados y ha subrayado que aunque ahora los acusados pretendan convencer al tribunal de que las relaciones sexuales fueron consentidas los tres sabían que se trataba de menores de edad en situación de vulnerabilidad, pues conocían que las adolescentes estaban internas en un centro de la DGAIA.
Por su parte, las defensas, que piden la absolución de los tres procesados, han expresado que la declaración de las víctimas “no es tan clara” y uno de los letrados ha llegado a afirmar que "de las imaginaciones no se puede acusar a una persona de una condena tan grande".