La seguridad ciudadana sigue siendo una de las principales preocupaciones de los catalanes, según el último Barómetro de la Opinión Pública. Desde hace años, este ítem se encuentra en el top10 (incluso, en ocasiones, en el top5). Una inquietud, advierten las fuentes policiales consultadas, que está estrechamente relacionada con la sensación de que Cataluña se ha convertido en la "huerta de la marihuana" y el "puerto del hachís" que se fuma en Europa; así como por el aumento de operativos policiales e informaciones sobre la violencia relacionada con el narcotráfico, la proliferación de tiroteos y las elevadas cifras de incidentes con armas blancas.
Este contexto de narcotráfico, armas y violencia desmedida —ejemplo de ello, el doble homicidio del pasado domingo en el barrio de la Font de la Pólvora de Girona--, ha generado, de nuevo, un intenso debate sobre la eficacia del modelo policial de los Mossos d'Esquadra. Los sindicatos policiales se cuestionan si el actual ha quedado obsoleto ante el nuevo paradigma delincuencial de Cataluña.
Que la policía no sea una moneda de cambio
Muchos agentes se preguntan ¿qué es lo que está fallando en la estrategia de seguridad actual?, o ¿qué aspectos críticos no se están teniendo en cuenta? En este sentido, Imma Viudes, portavoz y representante del sindicato SAP-FEPOL, sostiene que el modelo de proximidad actual sigue siendo válido, aunque con ciertas reservas, ya que "necesitaría ser reevaluado y adaptado con más frecuencia para enfrentar los desafíos actuales".
Asimismo, según Viudes, "no todo puede centrarse en el orden público", es decir, en el papel que juegan los agentes antidisturbios. Y es que unidades como la BRIMO (Brigada Móvil) y la ARRO (Área Regional de Recursos Operativos) siempre han estado en el epicentro del debate político-social, llegando a ser, incluso, un punto de negociación clave para investir a Pere Aragonès (ERC) en la última, aunque interrumpida, legislatura.
En ningún caso, pues, la seguridad ciudadana y, en especial, el orden público deberían ser una moneda de cambio en el ajedrez político, como ya ha pasado en Cataluña. Es fundamental, añaden desde SAP-FEPOL, que el modelo policial se diseñe y se implemente basándose en "criterios técnicos y profesionales", y no, en concesiones políticas.
Prestar atención a los cambios delincuenciales
Por ello, Viudes señala que es crucial prestar atención a los cambios en el paradigma delincuencial de Cataluña para renovar el modelo policial de manera que refleje las preocupaciones actuales. Especialmente, aquellas que prolongan que la "seguridad ciudadana" sea uno de los ítems más destacados de los citados barómetros de la opinión pública.
Aunque es cierto, según reconocen las propias voces sindicales, que no se podrán evitar todos los incidentes, "es esencial dotar a los agentes, especialmente a las Unidades de Investigación, de herramientas adecuadas para enfrentar a las organizaciones criminales nacionales e internacionales establecidas en Cataluña".
Refiriéndose con "herramientas adecuadas" a medios técnicos (como más balizas, sistemas de geolocalización o vehículos de incógnito), así como una inyección de personal, que faciliten y perfeccionen el trabajo de los investigadores. "Lo que no puede ser es que en los últimos concursos para acceder a las unidades de investigación, antaño las más reclamadas, queden decenas de plazas vacías", lamente Viudes.
Mejoras en el modelo de patrullaje
Sin embargo, los últimos años, sí que se han ampliado los efectivos destinados a la seguridad ciudadana que patrullan las calles. Y, así, el modelo de patrullaje reactivo está evolucionando gradualmente hacia un enfoque más preventivo. Anteriormente, reconocen las fuentes consultadas, la falta de recursos y personal impedía dedicar tiempo y esfuerzos significativos a la prevención, limitándose solo a operativos específicos y zonas concretas.
Este cambio de estrategia es gradual, pero las voces más críticas advierten que la policía catalana intenta asumir demasiadas competencias. La clave, según expertos y sindicalistas, es "encontrar un equilibrio entre la capacidad de respuesta inmediata y la necesidad de una estrategia preventiva a largo plazo, que aborde las raíces de la criminalidad en la región". Objetivo que se difumina cuando desde la esfera política se pretende abarcar más trabajo del que está asignado, por el reparto de competencias, al cuerpo de los Mossos d'Esquadra.
Cooperar con las policías locales
Asimismo, desde SAP-Fepol abogan por la necesidad de cooperar con las policías locales con la finalidad de construir un modelo policial renovado y transversal. Las fuerzas de seguridad locales, por su proximidad y conocimiento detallado de las comunidades a las que sirven, están en una posición única para detectar y responder a los problemas de seguridad desde sus primeras manifestaciones.
Esta colaboración permitiría una vigilancia más eficaz y una respuesta más rápida y adecuada a las situaciones de riesgo, aprovechando la experiencia y los recursos de todas las fuerzas involucradas. Integrar a las policías locales en una estrategia conjunta no solo optimizaría los recursos disponibles, sino que también "fortalecería la confianza de la ciudadanía al ver una acción coordinada y coherente en su protección", añaden las fuentes sindicales consultadas.
Además, añaden, la cooperación interinstitucional facilita el intercambio de información y de recursos, cruciales en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico, fenómenos que a menudo trascienden las competencias y capacidades de una sola fuerza policial. "Este modelo transversal no solo aumentaría la eficacia en la prevención y resolución de delitos, sino que también mejoraría la adaptabilidad y la resiliencia del sistema de seguridad en su conjunto, al aprovechar las fortalezas y especialidades de cada cuerpo policial", sentencian.
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