Aunque fue ella quien salió peor parada, lo primero que hizo Maria Gàmez al impactar contra el suelo fue pensar en su moto, una BMW Motor Sport. Esta osteópata de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) se dirigía al trabajo a las 9:48 del pasado 1 de julio por la C-245 cuando la arrolló una furgoneta, en una maniobra temeraria que le provocó la amputación de la pierna derecha y que investiga el Juzgado de Instrucción de Cornellà.
“Giró de repente desde el carril izquierdo, se me llevó por delante y salí disparada. Mi pierna se quedó entre el guardarraíl y la moto, y me desgarré el pie”, relata Maria. Un hombre detuvo su vehículo y le practicó un torniquete enseguida; a él le atribuye el no haberse desangrado y “seguir aquí hoy”. Y aunque la temeridad del conductor merece una mención aparte, el de esta catalana de 25 años no es un accidente más, sino consecuencia del ostracismo al que ha sido condenada una de las carreteras más polémicas del área metropolitana, con víctimas mortales incluidas.
Las obras eliminarán el punto fatídico
La exministra de Transportes Raquel Sánchez habló en abril del año pasado del “compromiso” del Gobierno con el Baix Llobregat, cuando la también exalcaldesa de Gavà –municipio vecino– anunció la reanudación de unas obras que debían haber culminado hace más de una década. Los trabajos puestos en marcha hace 10 meses servirán para crear la prometida B-25, autovía que conectará la ronda Litoral con la autopista C-32 del Garraf sin pasar por el interior del núcleo urbano de Sant Boi, eliminando la repudiada rotonda de la Parellada y los históricos atascos que traen de cabeza a sus residentes.
Las obras también eliminarán el punto del accidente de Maria, el acceso a un camino de tierra sin señalización de ningún tipo que obliga prácticamente a detenerse al vehículo que quiera entrar. Al término de las obras, dicho acceso quedará borrado, han confirmado los servicios técnicos del Ministerio a este diario, siendo esta una de las tantas modificaciones previstas para mejorar la seguridad en este tramo –concretamente en el kilómetro 11,9 en sentido Cornellà–, bajo un proyecto que acumula un enorme retraso al suspenderse hasta en tres ocasiones: en 2013, en 2016 y en 2017.
Tres suspensiones y un concurso de acreedores
La prolongación de la autovía del Baix Llobregat se remonta a los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, puesto que había sido proyectada para entonces. No obstante, las obras no arrancaron hasta agosto de 2009, con la previsión de culminarlas en primavera de 2011, hace hoy 13 años. Algo que no se produjo, sino que se dio paso a una suspensión temporal en enero de 2013.
El proyecto había entrado ya en un callejón de difícil salida. En marzo de 2014 se hizo la intentona de retomarlo, también sin suerte: los trabajos nuevamente fueron suspendidos en junio de 2016. El punto álgido se alcanzó en 2017, cuando se volvieron a adjudicar las obras y la empresa escogida –Isolux-Corsán– entró en concurso de acreedores. Así, la B-25 quedó en un cajón hasta julio de 2023, cuando el Ministerio puso en marcha la maquinaria de nuevo bajo una inversión que supera los 63 millones de euros.
El conductor iba drogado
Fue precisamente el 1 de ese mes de julio cuando el conductor de una furgoneta Mercedes 315 CDI dio un volantazo desde el carril izquierdo para salirse de la vía y embistió a Maria, que circulaba con prioridad por el carril derecho y sin tiempo para evitar el accidente. El impacto la catapultó varios metros y le desgarró el pie, que debió ser amputado después en el Hospital Universitario de Bellvitge.
A.J.D.N. tenía 47 años entonces y había consumido cocaína, según la prueba de drogas analizada en laboratorio. No se preocupó por el estado de la joven ni se arrepintió de las graves heridas que le había provocado. Aquella noche, durmió en el calabozo y, ante el juez, declaró que circulaba por el carril derecho y que miró por el retrovisor antes de girar, pero que la moto quiso adelantarlo por el arcén a alta velocidad. Una versión desmontada por las diligencias de los Mossos d'Esquadra y por los testimonios, que dan veracidad al relato de Maria: "Era imposible que me salvara de esa situación, por mucho que frenara o acelerara".
El conductor -del que no constan detenciones previas- está investigado por presuntos delitos de imprudencia grave y contra la seguridad vial por la conducción bajo la influencia de sustancias estupefacientes. “El atestado es clarísimo”, valora Javier Leiva, abogado especialista desde hace 30 años en lesionados con amputaciones y lesionados medulares, que se deshace en elogios hacia su representada: “Tiene una mentalidad y madurez fuera de lo normal”.
Volverá a conducir y lo hará sin miedo
Maria atiende a este diario junto a su BMW Motor Sport, donde aguarda a las modificaciones necesarias para que vuelva a montarla. Casi un año después, se sirve de una prótesis de rodilla para abajo y de un encomiable espíritu de lucha que engancha a cerca de 50.000 seguidores en TikTok, red social en la que relata sus experiencias tras el accidente desde el primer día.
A pesar de todo, defiende su derecho a volver a conducir y hacerlo sin miedo. "La moto es una vía de escape y te permite conocer a mucha gente, además que todo mi entorno es motero", explica, a la vez que manda un mensaje a quien le dice "te montas para perder la otra pierna". "Es lo que hay si me pasa. ¿Cómo que no? ¡Claro que puedo!".
Y mientras espera a que el juez acabe la instrucción contra el conductor, describe dicha carretera como "un infierno" y señala a la administración: "¿Necesitas que pasen tantas cosas para darte cuenta de que había que hacer esas obras desde hace tanto tiempo? Es una vergüenza".