Hace semanas que una plaga de garrapatas se expande por Cataluña. La población de estos pequeños artrópodos ha crecido en los últimos años gracias al incremento de las temperaturas, que templan los inviernos y alargan sus temporadas de reproducción. A ello se le añade también un aumento de la comida disponible, gracias a la multiplicación de conejos y jabalíes en los bosques catalanes, dos de los principales huéspedes de las garrapatas.
La proliferación de garrapatas ha hecho saltar las alarmas a los propietarios de mascotas como perros y gatos, y a los ganaderos, por el daño que las enfermedades que estos invertebrados transmiten pueden generar en los animales. Sin embargo, este año, la creciente cantidad de individuos de la especie Hyalomma lusitanicum, ha puesto el foco sobre los riesgos que comporta, también, para las personas.
Esta especie es conocida por ser frecuentemente portadora del virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Una enfermedad para la que no existen vacunas, ni para humanos, ni para animales, y para la que tampoco existe cura, pero sí tratamiento para los síntomas. Este virus provoca altas temperaturas de fiebre, cefalea y afectaciones gastrointestinales y respiratorios que pueden llegar a durar diez días.
Riesgo en Cataluña
Un grupo de investigación de la Universidad de Zaragoza ha recogido ejemplares de Hyalomma lusitanicum en diferentes puntos de Cataluña para analizar la presencia de virus patógenos para humanos y ha podido concluir la ausencia de riesgo.
El estudio, dirigido por Agustín Estrada-Peña, señala “la baja prevalencia o quizás la ausencia de virus” en zonas periurbanas en las provincias de Barcelona y Tarragona, donde se ha centrado geográficamente la recolecta de muestras. Esta es la primera vez en España que se realiza un estudio metagenómico -estudio del material genético- de los virus en garrapatas, y ha permitido despejar las dudas acerca de la peligrosidad de la especie en cuestión dentro del territorio catalán.
Cómo evitar la picadura
Pese a que se haya probado que esta especie de garrapatas no transmite esta grave enfermedad en concreto, las picaduras de estos artrópodos suelen generar infecciones, por lo que es recomendable tomar precauciones para evitarlas.
Para protegerse, en un ambiente donde pueda haber riesgo de ser picado, es esencial llevar zapatos cerrados y pantalones largos, que dificulten el contacto de cualquier insecto o artrópodo con la piel. También es recomendable aplicar un repelente que contenga DEET (N-Dietil-meta-toluamida).
Para las mascotas que salen a la calle, al campo o al bosque, es recomendable aplicar un tratamiento desparasitario en el veterinario.
Como quitar una garrapata
Si se encuentra una garrapata adherida a la piel (o a la de una mascota), es crucial retirarla de manera segura y rápida para minimizar el riesgo de infección. Lo más recomendable es utilizar unas pinzas finas y de punta estrecha para agarrar la garrapata lo más cerca posible de la superficie de la piel. Hay que tirar suavemente hacia arriba con un movimiento constante y firme, evitando torcer o aplastar la garrapata, ya que esto puede causar que partes de su boca se terminen quedando incrustadas en la piel, aumentando el riesgo de infección.
Una vez retirado el artrópodo, es necesario limpiar la zona de la picadura con agua y jabón y aplicar algún antiséptico como la providona yodada o la merbromina.