La salvaje violación a una menor de 16 años durante la noche de Halloween de 2021 en Igualada (Barcelona) supuso un punto de inflexión en la noche catalana. La madrugada del 1 de noviembre de 2021 Brian Raimundo C. M. asaltó a una menor de 16 años y la agredió sexualmente, causándole graves lesiones por las que, tres años después, sufre secuelas.
La joven hacía a pie un trayecto entre la discoteca Epic de Igualada (Barcelona) y la estación de tren para regresar a casa de su madre tras acudir a una fiesta con sus amigos en la mencionada sala. El acusado, que se enfrenta a 45 años de cárcel por un delito de agresión sexual y otro de asesinato en grado de tentativa, la asaltó de forma sorpresiva en un solar cercano a la calle Països Baixos, la violó de manera brutal y le golpeó en la cabeza con un objeto contundente, dejándola al borde de la muerte.
La agresión le provocó una fractura craneal, además de otras lesiones, por las que la menor estuvo tres días ingresada en cuidados intensivos, un mes hospitalizada y un año recibiendo asistencia médica, tras ser sometida a varias cirugías. De hecho, el juez instructor consideró que, de no haber sido descubierta casualmente por un transportista, que la creyó muerta, la adolescente hubiese fallecido.
Los itinerarios seguros
Aquella brutal agresión, que provocó la indignación en la sociedad catalana, marcó un punto de inflexión en el ocio nocturno. Aunque el asalto se produjo en la vía pública, el sector se movilizó e impulsó medidas para impedir que unos hechos así volviesen a repetirse, recuerda el abogado Joaquín Boadas, que representa a dos de las siete acusaciones en el juicio que arranca el próximo lunes en la Audiencia de Barcelona. El letrado representa a la Federació Catalana d'Associacions d'Activitats de Restauració i Musicals (Fecasarm) -la patronal más representativa del sector del ocio nocturno- y a Nits Màgiques SL -la empresa que gestiona la discoteca Epic-.
Boadas, secretario general de Fecasarm, subraya que, tras la violación de Igualada, el sector promovió, junto a los ayuntamientos, la creación de itinerarios seguros: recorridos que garantizasen que las mujeres pudiesen volver a casa sanas y salvas tras salir de fiesta. En este sentido, se mejoró la iluminación de las zonas de paso entre las discotecas y el transporte público y se reforzó la presencia policial de Mossos d’Esquadra y policías locales. En Barcelona se actuó en el Triángulo del Poble-sec, en la calle Tuset, en el Front Marítim y en el Paral·lel, entre otras zonas que aglutinan bares, pubs y discotecas.
Creación de protocolos
A raíz de esta violación, también se implementaron otras medidas de prevención: a la mejora de la iluminación de calles y párkings, la colocación de señales para indicar el recorrido y la poda de ramas para evitar que tapasen las farolas, se sumó el aumento de la frecuencia del transporte público, aunque desde el sector piden incrementarla todavía más. "Falta frecuencia en el metro", insiste Boadas, sobre todo en épocas de alta afluencia. Además, el abogado sugiere que también se podrían fletar autobuses desde las zonas de ocio nocturno que están lejos del núcleo urbano hasta las estaciones de tren.
Después de estos hechos Fecasarm se reunió con los Mossos d’Esquadra, que se encargaron de formar a los trabajadores del ocio nocturno para detectar situaciones en las que las mujeres pudiesen estar en peligro de sufrir una agresión sexual. Cursos que se complementan con otras formaciones que ofertan los ayuntamientos, como el No Callem en Barcelona o de la Asociación Internacional de Ocio Nocturno, bautizado como Ask for Angela, que aplica Fecasarm. Gracias a estas formaciones, el personal puede prevenir abusos y agresiones sexuales tanto en el interior de las salas como, sobre todo, en las inmediaciones, donde se producen la parte de agresiones.
Formaciones al personal
“Se ha enseñado a los porteros a que identifiquen si una chica está en situación de riesgo porque no se encuentra bien, a que se fijen en si salen con la misma persona con la que ha entrado, de forma que a preguntas técnicas del personal de seguridad y guardarropía se puedan evitar estos episodios”, precisa Boadas. Formaciones por las que también vela la Federación Catalana de Locales de Ocio Nocturno (Fecalon), adscrita a estos protocolos desde 2018.
Además, Barcelona se sumará a otras grandes ciudades como Nueva York, Ámsterdam o Londres con la introducción de la figura del alcalde de noche, un cargo municipal que se encargará de velar por la seguridad y la convivencia en la franja nocturna, además de actuar como intermediario entre los locales y los clientes y que estará en contacto permanente con la policía.
"No podemos bajar la guardia"
En el mismo sentido que Boadas, Ramón Mas, secretario general del Gremio de Discotecas, confirma que la presencia policial en las inmediaciones de las discotecas se ha incrementado en los últimos años y que desde el sector privado también se ha reforzado la presencia de vigilantes de seguridad, sobre todo en la franja en la que se produce el cambio de turno policial para evitar que quede descubierta, porque además coincide con la salida de los clientes de las discotecas. “Todos tenemos responsabilidad y tenemos que colaborar para evitarlo”.
Además, subraya que los protocolos que se han implementado por parte del sector, los ayuntamientos y la Generalitat están funcionando correctamente, pero pide que no decaiga la vigilancia. “Se están haciendo bien las cosas, hemos notado una mayor concienciación, pero no podemos bajar la guardia”, insiste, y menos a las puertas del verano, cuando la presencia policial se debe hacer extensiva no sólo a estas zonas de ocio, sino también a las playas, donde se registran grandes aglomeraciones.