Las mujeres siguen siendo minoría en el sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en España. Según el Informe sobre Empleabilidad y Talento Digital 2023, elaborado por la Fundación VASS y la Fundación Universidad Autónoma de Madrid, en 2022, sólo el 23.4% de los puestos de trabajo del sector estaban ocupados por mujeres. En áreas especializadas como ciberseguridad o inteligencia artificial, el porcentaje de mujeres desciende hasta el 10%. ¿A qué se debe este déficit histórico? ¿Qué pasos se deben dar a nivel educativo para acercar las TIC al sector femenino?
Falta de modelos femeninos exitosos
“La falta de modelos femeninos exitosos en el campo de las TIC y la ausencia de programas de mentoría específicos para mujeres pueden hacer que las mujeres se sientan menos apoyadas o motivadas para ingresar y permanecer en el sector”, señala Raquel Rovira, profesora y jefa de estudios del colegio Pineda, exclusivamente con alumnado femenino. A ello se le suma, según esta profesional, la desigualdad en oportunidades de desarrollo profesional o culturas organizacionales. “Las mujeres a menudo enfrentan barreras adicionales en términos de acceso a oportunidades de desarrollo profesional, como capacitación y ascensos, lo que puede limitar su progreso en este sector, algo que también puede darse en otros ámbitos”. Sin embargo, rechaza que la causa sean los estereotipos de género o los roles sociales.
Este colegio, ubicado en Hospitalet de Llobregat (Barcelona), ha logrado triplicar en los últimos diez años el número de alumnas que optan por el bachillerato científico-tecnológico. “Cada año, entre un 20 y un 25% de las alumnas acceden a grados relacionados con las TIC: física, matemáticas, ingeniería o arquitectura”.
El secreto del éxito
El secreto de su éxito, aclara Rovira, reside en la unión de diferentes acciones a lo largo de toda su escolaridad. “Trabajamos con entidades como Inspiring Girls, que ofrecen a las alumnas programas de sensibilización, divulgación y modelos a seguir”. Otro punto a favor ha sido poner en contacto a las alumnas de 1º y 4º de la ESO con mujeres que se dedican al sector. En Bachillerato, gracias a la Fundación Junior Achievment, las alumnas pueden pasar el día con un profesional de este sector para ver en qué consiste su trabajo.
También, además de trabajar la STEM de manera transversal en la primaria y en la secundaria, “las contextualizamos y buscamos solucionar problemáticas cercanas a las alumnas para motivarles más”, detallan desde el Colegio Pineda. Sin olvidarse, tampoco, de enriquecer el contenido técnico con soft skills (habilidades blandas). “Una gran parte de las materias STEM se trabajan en cooperativo y requieren iniciativa, creatividad y organización”, advierte.
Por último, las docentes de las materias STEM en este colegio catalán son, en su mayoría, mujeres, “lo que las convierte en un referente para las alumnas”.
Pese al éxito de esta escuela, la realidad es que las cifras actuales hacen necesario implementar cambios profundos que transformen el sistema educativo y que fomenten la participación y el interés de las mujeres en áreas relacionadas con la tecnología.
Programas de mentoría y experiencias prácticas en tecnología
Rovira destaca la necesidad de apostar por programas de mentoría y modelos a seguir. "Las mentoras pueden proporcionar orientación, apoyo y motivación, lo cual es vital para que las mujeres consideren carreras en tecnología". Además de las anteriormente mencionadas soft skills, esta profesional de la educación aconseja proporcionar experiencias prácticas en tecnología. "Las oportunidades de participación en proyectos prácticos pueden aumentar la confianza y las habilidades de las mujeres en este campo".
Por eso insiste también en la necesidad de organizar eventos, talleres y actividades que promuevan la participación femenina en las TIC y eduquen sobre las oportunidades y el impacto positivo en el mundo tecnológico. "Es esencial sensibilizar y divulgar las posibilidades que ofrece el sector para atraer a más mujeres", concluye.