“Cabezas de brócoli, ¿notáis la retícula en la frente?”, rezaba uno de los posts de Instagram del usuario Tango8foxtrot (perfil no oficial, aunque gestionado por policías), en los que se promocionaban hasta hace escasos días los parches Anti Brocoli Social Club. En el pie de foto, el autor de este diseño añadía tres iconos: un patinete eléctrico, un brócoli y una pistola apuntando a los dos emojis anteriores.
La insignia en cuestión, de la que ya no queda ni rastro -como tampoco de la web en la que se comercializaba hasta hace apenas una semana-, mostraba a un joven de tez morena con cara de villano y pelo rizado, caricaturizado como un brócoli. El personaje estaba ataviado con un chándal del Paris Saint-Germain, unas zapatillas deportivas Nike y un cuchillo de grandes dimensiones, elementos asociados al movimiento tcharmil. Este joven aparecía en el punto de mira de un arma, que proyectaba sobre su frente un láser de color rojo a modo de diana.
Perfiles no oficiales lo promocionaron
Por si quedase alguna duda sobre el colectivo al que hacía referencia el mencionado parche, otros perfiles de Instagram no oficiales, pero también gestionados por policías, se encargaron de disiparlas.
El perfil Thinblueline,dirigido a “policies d’arreu de Catalunya”, compartió en su feed varias fotos de intervenciones del cuerpo policial catalán con jóvenes racializados en las que animaba a sus homólogos a hacerse con esta insignia. “Este diseño de parche cedido por el artista compañero Tango8foxtrot está dedicado a esos servidores públicos que día a día salen a proporcionar seguridad a los ciudadanos honrados que sólo quieren tener una vida pacífica”, rezaba el pie de foto.
“Barcelona, y Cataluña en general, se ha visto proliferada por brócolis reticentes a adaptarse a una sociedad occidental y empujados, o elegido por voluntad propia, a la delincuencia; una delincuencia sucia y marrullera que mancha y estigmatiza a la gente de bien”, añadía el usuario bajo la fotografía de un joven de aspecto aniñado, probablemente menor de edad, sentado en el suelo de una calle del Raval de Barcelona. “Si a ti tampoco te gusta el brócoli y quieres asociarte al club, este es tu parche”.
“'Fuck' brócolis”
En otra publicación posterior, probablemente ya consciente de que el dibujo era demasiado evidente como para lucirlo abiertamente en un entorno policial, presentaba un nuevo diseño “más light, menos punch, pero siguiendo la misma línea y mensaje”.
“Fuck brócolis”, escribía Thinblueline sobre el parche, que publicitaba como “una máxima” para que los compañeros “que luchan cada día contra esos brócolis que no comen jamón, pero que son amantes de lo ajeno e incapaces de integrarse en una sociedad occidental y civilizada” lucieran en sus mochilas de servicio. “Brutal”, le respondía orgulloso un usuario en agradecimiento al perfil policial por haberle enviado varios de estos remiendos.
“Próximamente en las taquillas de todas las comisarías”, se subía al carro Redshoulderarro, un conocido perfil gestionado por un agente de Mossos d’Esquadra en activo desde 2015, según su propia descripción, y que ha logrado atraer a casi 8.500 usuarios compartiendo imágenes del Área Regional de Recursos Operativos (Arro).
Eliminan cualquier rastro
Preguntado al respecto, el diseñador del parche, Tango8foxtrot, niega relación alguna entre el retal y cualquier colectivo vulnerable “y mucho menos con uno tan sensible como es el caso de los menores extranjeros no acompañados”. Sin embargo, reconoce que ha decidido eliminarlo tanto de su perfil de Instagram (que ha privatizado) como de la tienda virtual (que ha borrado) “para evitar cualquier tipo de confusión que se pudiera generar”.
Según él, el término brócoli hace referencia a cualquier delincuente, con independencia de su procedencia, clase social u orientación sexual, que compara con otro también utilizado en la jerga policial, calamar, para referirse a personas que han hecho de la delincuencia su modus vivendi.
“Que usted haya interpretado y relacionado una caricatura sin referencias étnicas con un colectivo concreto no es responsabilidad de la dirección artística”, se defendía al ser preguntado al respecto, pese a que los posts junto a Thinblueline dejaban poco espacio a la libre interpretación. Pese a que las imágenes estuvieron visibles durante seis meses, ahora su creador dice “no estar de acuerdo con el contenido que se publicó”, por lo que ha decidido frenar su difusión y venta.
Sin embargo, la web en la que se comercializaba el mencionado parche, así como tazas y camisetas con la frase "Brocoli hunting club" (Club de caza de brócolis), albergaba también una entrada de blog titulada M.E.N.A. y escrita por Easyniner, otro perfil de Instagram gestionado por un agente de Mossos d’Esquadra que tal y como él mismo confirma está en activo en el cuerpo desde 2005.
'M.E.N.A.', por Easyniner
“Mohamed tiene trece años, o quince, no lo sabe con certeza. Tampoco sabe qué día lo parieron, ni cuándo es su cumpleaños. Nació en un poblacho en cierto lugar de Marruecos, en el seno de una familia pobre, con pocos recursos”, arrancaba el texto escrito por el policía, que permaneció visible en esta web durante un año y medio.
El mosso continuaba arremetiendo contra el ficticio menor no acompañado, al que bautizó con el nombre árabe más popular en el mundo. “Mohamed tiene un amigo, o un primo, o ambas cosas, de nombre Mohammed (con dos emes), que sube vídeos a Youtube donde se jacta de lo fácil que es cometer delitos y lucrarse de ellos. Y Mohamed, que tiene pocos recursos, pero dispone de teléfono móvil, queda embelesado por la vida padre que Mohammed (con dos emes) se está dando a costa del ajeno. Así que piensa '¡de perdidos al río!' y se embarca en una odisea (no tan ardua como la de Homero, pero casi) para llegar a la tierra de la libertad (de hacer lo que te dé la real gana) y los derechos (propios, no del prójimo). O sea, la nuestra. O sea, España”.
Y terminaba con una reflexión: “Me hacen gracia (pero no de la de risa) términos como 'situación de vulnerabilidad', 'servicios de protección', etcétera, porque también podríamos usarlos para describir la situación de los ciudadanos de bien que ven pisoteados sus derechos, día sí día también, por los menas. Perdón, por algunos menas”.
Mossos d'Esquadra se desmarca
Informados sobre las proclamas racistas proferidas desde perfiles gestionados por agentes del cuerpo policial catalán y dirigidas a otros policías, la institución de Mossos d’Esquadra se desmarca absolutamente de estas publicaciones, pero asume tener un problema con los perfiles no oficiales y el uso del uniforme en las redes sociales.
Las fuentes policiales consultadas aseguran que ya han pedido “que se meta mano a este asunto”, sobre el que por el momento no consta que se haya abierto ninguna investigación por parte de la División de Asuntos Internos, pese al daño que hace a la imagen del cuerpo.
Además, desde Mossos d’Esquadra reconocen que la única regulación hasta la fecha es una Instrucción de 2012 sobre la utilización por parte de los miembros del cuerpo de los distintivos, identificadores, marcas corporativas y logos en las redes sociales. Un documento de hace más de una década que ha quedado obsoleto.