El pasado 29 de marzo, coincidiendo con el Viernes Santo, se celebró una fiesta privada en una finca de Tortosa (Tarragona). Decenas de personas asistieron al evento, que duró más de un día. El sábado, uno de los invitados, de 45 años, se fue y nadie supo nada más de él. Horas después, el propietario de la finca, de 65, repitió sus pasos: se marchó de la casa y no se volvió a saber nada. Éste, además, abandonó el lugar con 30.000 euros encima. 

Esta semana, los Mossos d'Esquadra han detenido al segundo de los desaparecidos como presunto autor de la muerte del primer, cuyo cadáver apareció el pasado 17 de abril en el río Ebro, cerca de la localidad de Campredó. El cuerpo presentaba signos de violencia, por lo que se inició una investigación, que actualmente se encuentra bajo secreto de sumario.

De desaparición a asesinato

El finado estaba desaparecido desde el sábado de Pascua, cuando abandonó la fiesta de Tortosa sin dar más señales de vida. Semanas después, su cuerpo fue localizado en el río y las pruebas forenses confirmaron que se trataba del hombre de 45 años, según ha adelantado ElCaso.com. Tanto la víctima como el detenido eran originarios de Moldavia.

Ahora, la investigación, que se abrió por desaparición, ha derivado y se han incluido los presuntos delitos de homicidio o asesinato. Puntualización que deberán pulir los investigadores de la División de Investigación Criminal (DIC) de las Terres de l'Ebre, con el avance de las diligencias. 

A la espera de pasar a disposición judicial

Con todo, el arresto se produjo el martes de esta semana en Tortosa y, por ahora, el del sospechoso --con antecedentes-- se encuentra en dependencias policiales a la espera de pasar a disposición judicial. Con todo, los Mossos d'Esquadra tienen indicios para creer que se trata del autor material de la muerte o, al menos, para considerar que está estrechamente vinculado con los hechos. 

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