El Boletín Oficial del Registro Mercantil (BORME) ha publicado la constitución de la empresa que hará posible el rescate de la escuela Teide de Viladecans, Barcelona. La misma es una sociedad limitada que recibe el nombre de Escuela Teide Shan Internacional y empezó a operar el pasado 8 de abril, con un capital social de 3.000 euros.
Al frente de la empresa, cuyo objeto social radica en la enseñanza reglada de todos los tipos de educación hasta el bachillerato, aparece Junhui Liu como administradora única.
Ran Liang y esposa
Se trata de la mujer de Ran Liang, el inversor chino sobre el que pivota la operación que dará continuidad al centro; ambos hace una década que residen en Barcelona.
Ella no ostenta ningún otro cargo empresarial en España más que este, según el Registro Mercantil. Liang aparece como apoderado solidario de Casa Martevida, sociedad limitada de un inmobiliario también chino que se dedica a las casas prefabricadas.
En el gigante asiático, Liang está vinculado a diferentes compañías de los sectores de la comunicación, las energías renovables y la carga de coches eléctricos.
En trámites
La constitución de la empresa que recibirá la cesión del centro era un paso imprescindible en la operación. Ahora, continúan los trámites para el cambio de titularidad; fuentes cercanas al rescate confían en que se haga efectivo en verano para "llegar a tiempo" para el próximo curso.
De titularidad concertada y propiedad de una cooperativa que ha perdido el control de las cuentas, el centro cobra a las familias 120 euros de cuota mensual por alumno. El resto de los gastos se sufragaban con inversión pública, aunque la pérdida de algunos conciertos por falta de matriculados había dejado la escuela tocada de muerte.
Una condición peculiar
La operación no contempla ninguna transacción económica, según lo pactado. De hecho, el caso es curioso por la condición impuesta por el inversor, que es la enseñanza del chino a sus alumnos.
El nuevo plan docente pactado incluirá así la docencia del segundo idioma más hablado en el planeta, por detrás del inglés. Algo que sería viable a ojos de la inspección educativa, ya que el uso de las horas complementarias puestas a disposición por la Generalitat permiten implementar particularidades educativas fuera del currículum de la conselleria.
Así las cosas, está previsto que el chino sea obligatorio para todos los alumnos de Infantil y Primaria, pero todavía es una cuestión "pendiente de decidir" para los alumnos de ESO, ya que se valora ofrecerla como asignatura optativa, detallan fuentes del centro.