Hasta siete nichos del cementerio de La Granadella, en Lleida, fueron saqueados durante la madrugada del pasado jueves. Los responsables del lugar observaron que algunas lápidas habían sido destrozadas durante la noche, pese a que también se ha podido constatar que las tumbas no han sido profanadas.
Según ha detallado la alcaldesa, Elena Llauradó, por el momento no se ha podido aclarar si el objetivo de los autores de los hechos era robar las pertenencias de los difuntos o cual era exactamente su propósito.
Los Mossos d'Esquadra se desplazaron hasta el cementiero para investigar lo sucedido e informar a los familiares. La policía catalana no descarta que se pueda tratar de una gamberrada, pese a que algunas cajas fueron encontradas a medio sacar el nicho.