En un momento en el que los animales están dejando de ser fuerza de trabajo por el desarrollo de la tecnología, proliferan las opciones veganas y en España hay tres millones más de perros que de niños, la sensibilidad y la conciencia para con la protección de estos seres están en su máximo, como bien refleja la reciente ley de bienestar animal. Sin embargo, pocas personas conocen a fondo la normativa ni sus límites más allá del ámbito doméstico, en el que huelga decir que hay que tratar bien a las bestias y bichos y asegurarles un entorno higiénico, iluminado y ventilado, así como comida y agua.
El Boletín Oficial de la Provincia de Barcelona (BOPB) del 15 de septiembre del 2014, no obstante, arroja luz a este asunto y fija las limitaciones para con el uso de los animales en la demarcación provincial, más allá del ámbito particular. Resulta evidente que está prohibido “maltratar o agredir físicamente” a los animales o someterlos a cualquier práctica que les ocasione daños físicos o psicológicos; abandonarlos, o mantenerlos en instalaciones indebidas, pero, por ejemplo, ¿se pueden utilizar para rodar series, películas y anuncios? Depende.
Publicidad, series y películas con animales
En Barcelona está prohibido “utilizar animales” en actividades culturales, religiosas, “espectáculos, filmaciones y actividades publicitarias” si estos les pueden ocasionar daños o sufrimiento. Tampoco se permite degradar ni hacer parodias u otras actividades que les “causen estrés” o “puedan herir la sensibilidad” de los espectadores.
En el caso de los rodajes que reproduzcan “escenas ficticias de crueldad, maltrato o sufrimiento”, además, hay que solicitar una autorización especial al Departamento de Acción Climática catalán. La ley estatal de bienestar animal (7/2023, de 28 de marzo) complementa este punto con un redactado en el que precisa, primero, que debe haber un veterinario presente y, segundo, que hay que apostar, “siempre que sea posible, por alternativas tecnológicas que no conlleven la utilización de animales reales”. Y deberá hacerse constar que estas cruentas filmaciones son simuladas.
El 80% de los rodajes necesitan perros
Carles Vilà, responsable de la compañía catalana especializada Animales a rodar, confirma que el uso de animales para filmaciones está muy regulado por la ley estatal y que se le exige que toda la documentación de las bestias y bichos esté en regla. En su caso, acostumbran a trabajar con empresas proveedoras, aunque un particular puede alquilarles a su mascota. “En un año podemos realizar más de 100 trabajos; el 80% de los servicios que prestamos son con perros”, ilumina.
En paralelo, la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA) está investigando si uno de los shows del reciente Festival Internacional de Magia-Memorial Chi-Lang de Badalona tenía permisos para el uso de animales, que “fueron expuestos a situaciones potencialmente estresantes”: “Estos animales son sometidos a entornos ruidosos y abrumadores, llenos de luces, sonidos y multitudes que pueden causarles un estrés extremo y ansiedad”.
Nunca pueden ser un premio
De vuelta al BOPB, la normativa barcelonesa prohíbe peleas de animales, atracciones de feria giratorias con animales vivos atados, matanzas públicas y el tiro al pichón. Tampoco los circos pueden utilizar animales salvajes en cautividad y, por supuesto, están vetadas desde hace años las corridas de toros y otros espectáculos taurinos que tengan como finalidad la muerte o el sufrimiento del bovino.
Barcelona provincia también priva la captura o comercialización de animales salvajes urbanos (salvo los necesarios para el control de poblaciones y siempre bajo control); la exhibición con finalidades lucrativas, venta o intercambio en espacios públicos; su exhibición de manera ambulante como reclamo; entregarlos como premio de cualquier certamen; comerciar con ellos sin permiso; la circulación de perros acompañando vehículos rodados de cualquier naturaleza y, a fin de cuentas, cualquier actividad que implique maltrato o dolor sin justificación ni medidas.
Ni vaquerías ni caballos en la ciudad
Por último, dentro del término municipal de Barcelona no se pueden tener vaquerías ni animales para el consumo, y tampoco se permite la presencia de caballos y otros animales de tracción en patios de viviendas ni solares; deben estar en cuadras o establos adecuados y que dispongan del título o la licencia que los habilite.
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