Los responsables de un prostíbulo del barrio de Gràcia de Barcelona, vigilado por los Casuals, el grupo criminal vinculado a los Boixos Nois, se enfrentan a penas de hasta 15 años de prisión por presuntos delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual y narcotráfico. Este bajo, sito en la calle Riera Sant Miquel, 64, es el mismo en el que, el 8 de marzo de 2023, Luis Z., un ciudadano peruano, fue asesinado a puñaladas durante un vuelco de droga.
El juicio, en el que no se juzga este crimen, arrancó este martes en la Sección 5ª de la Audiencia Provincial de Barcelona. Seis de los ocho acusados, que declararán durante la última sesión, llegaron a la Sala conducidos desde prisión. La presunta cabecilla, Jasmenn O., alias La Coneja o Martina, se enfrenta a la pena más alta, de hasta 15 años de prisión, por supuestos delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, delitos de inmigración ilegal y narcotráfico.
Una promesa de empleo
El caso se destapó después de que una de las presuntas víctimas lograra escapar de este bajo y relatara a los Mossos d’Esquadra el calvario vivido a manos de este presunto grupo criminal. La chica, bautizada como X37 para preservar su identidad, declaró como testigo protegido durante la primera sesión del juicio, pese a la oposición del Ministerio Fiscal, que pedía no revictimizarla. Sin embargo, el tribunal, presidido por el juez José María Assalit, ha querido escucharla argumentando que su testimonio es de “una relevancia fundamental”.
De forma telemática y con la voz y la imagen distorsionadas, la víctima relató que en 2021 una amiga suya llamada Angy, que sabía que estaba atravesando una situación personal y económica “difícil”, dado que la denunciante tenía un hijo menor de edad enfermo a su cargo, le propuso mudarse desde su Colombia natal hasta España bajo la promesa de un futuro mejor.
Para ello la puso en contacto con Martina, la principal acusada. Según el testimonio de la denunciante esta le hizo una entrevista por videollamada y le ofreció un trabajo como niñera en Barcelona por el que cobraría 1.200 euros mensuales. Como la víctima no tenía dinero para costearse el billete, Martina se ofreció a correr con el gasto de los pasajes y del hotel. La deuda, explicó la víctima, ascendía a 2.000 euros que le serían descontados de su sueldo como interna una vez empezara a cuidar niños en la Ciudad Condal. “Acepté. Comparado con lo que iba a ganar no me pareció exagerado, me pareció una ayuda muy grande”.
Nunca sospechó que era falsa
Tras recibir los billetes por whatsapp, en formato pdf, así como las indicaciones de lo que debía responder para cruzar la aduana con éxito, el 8 de junio de 2021 la víctima embarcó en un vuelo con origen Bogotá y destino Madrid. En la capital española aterrizó al día siguiente, 9 de junio. “Cuando llegué estaba esperando las maletas y se me acercó un hombre alto, moreno y calvo, con cara de pocos amigos, y me dijo que venía a recogerme de parte de Martina y que había que esperar a otras dos chicas”, narró la víctima.
Cuando llegaron las otras dos mujeres, también colombianas, tomaron un AVE en Atocha hasta la estación de Sants de Barcelona. El camino, ha recordado la denunciante, se lo pasó dormitando y haciendo fotos a los paisajes, lo que evidencia que nunca sospechó que la oferta de empleo fuese falsa.
Los zapatos de tacón
No fue hasta llegar a la Ciudad Condal, tras haber conocido a Martina, a su pareja, Pedro, y a su madre, Soledad, cuando comenzó a inquietarse. Tras instalarse en el bajo de Gràcia, los anfitriones invitaron a las tres chicas a comer a un restaurante cercano. Fue, precisamente, esta excesiva hospitalidad lo que hizo encender todas las alarmas de esta testigo de cargo.
“Martina me regaló unos zapatos de tacón y me pareció muy raro. Dijo que era porque hacía fiestas y quería que estuviésemos arregladas”, expresó la denunciante. Cuando regresaron al local, Martina le ordenó que se cambiara, entregándole un traje de baño “para atender a los clientes”, y la despojó de su teléfono móvil y de su pasaporte. “Me quedé anonadada. Me puse a llorar. Preguntaba por qué, pero no me decían nada. Me quejé, claro, por supuesto, pero me dijeron que ya sabía a lo que venía y se reían”, recordó la víctima con la voz entrecortada.
Logró huir
Aunque sin poder precisar cuánto tiempo pasó en este local de Gràcia obligada a ejercer la prostitución, la víctima relató que fue explotada sexualmente “todos los días”. “Tenía que estar disponible las 24 horas”, precisó, incluso para realizar servicios fuera de este establecimiento, antes destinado a hacer manicuras, si así lo requerían los clientes. El 50% de lo que pagaban iba a parar a manos de los presuntos cabecillas, el otro 50% a saldar su deuda: “No podía entrar ni salir libremente porque la puerta estaba cerrada con llave y había alguien siempre vigilándonos”.
Hasta que un buen día, tras conseguir que le devolviesen su móvil, recibió una llamada de su amiga Angy, que, “llorando desesperada”, la advirtió de la irrupción inminente de unas personas “peligrosas” en este local para tratar de recuperar un dinero que presuntamente Martina les había robado.
La mujer narró que, aprovechando que uno de los vigilantes había salido un momento a la calle, ella y las dos compatriotas que estaban en su misma situación lograron escapar. “Estuve caminando y caminando. Llegué hasta un parque, estuve sentada llorando desesperada, sin atreverme a llamar a nadie hasta que me acerqué a un hombre, que fue quien me ayudó”, relató.
“Me dijeron que le darían un ‘pepazo’ a mi hijo”
Su denuncia ante los Mossos d’Esquadra dio pie a una investigación sobre esta presunta organización criminal dedicada a traficar con mujeres haciéndolas pasar por mulas para introducir cocaína en España, droga que después ofrecían a los clientes en el mismo local en el que explotaban a las mujeres que captaban en países de Latinoamérica.
Mientras estas indagaciones avanzaban, con escuchas telefónicas, sonorizaciones en vehículos y seguimientos, esta víctima asegura que recibió amenazas de Martina. “Dijo que mataría a mi hijo. Me envió una foto de mi niño y me dijo que le pegaría un pepazo, que en mi país no valía nada”. Estas amenazas la aterran hasta hoy, pese a que las presuntas cabecillas permanecen en prisión preventiva, junto a otros cuatro acusados. Teme que, pese a estar privadas de libertad, “paguen a otro” para que materialice estas advertencias.
El crimen del burdel
De poco sirvieron estas amenazas. La maquinaria ya se había puesto en marcha y los Mossos d’Esquadra ya seguían de cerca a los sospechosos. Además de las vigilancias, apostados en un balcón frente al local, los agentes colocaron micrófonos en el Kia Carens que Martina, la principal investigada, conducía habitualmente.
Gracias a estas escuchas, captadas con el beneplácito de la jueza instructora, la policía catalana descubrió que la presunta cabecilla había recurrido a Paco el Gordo, miembro prominente de los Casuals, para protegerse de robos tras sufrir un vuelco de casi dos kilos de cocaína. A cambio, le prometía ella, el grupo criminal de los Boixos Nois se llevaría una mordida del 50% de los beneficios de este local de prostitución. “A ver si usted puede llamar a sus amigos y que vengan a meter lo que quieran meter, a beber lo que quieran beber y a follar a saco”, se jactaba.
En aquel momento ninguno de los dos, ni Martina ni Paco el Gordo, podían prever que Victor Navarro, alias Thor, del entorno de Casuals, presuntamente mataría a puñaladas a Luis Z. durante la madrugada del 9 de marzo de 2023 creyendo que transportaba cuatro kilos de cocaína.
Las dos historias confluyen
Tras descubrir que ni el presunto narco ni su amigo (que sobrevivió al brutal ataque) transportaban la codiciada droga, decidieron embalar su cuerpo en plásticos y ocultarlo en el interior de un canapé que transportaron en una furgoneta. Sin embargo, los Mossos interceptaron este vehículo cuando circulaba por la vía Augusta de Barcelona. ¿Por qué? Porque el coche de Paco el Gordo también estaba sonorizado.
Ese micrófono fue precisamente el que captó una conversación entre Iván Chicano y Paco el Gordo en el que hacían referencia a “un canapé”. En esta comunicación, Chicano instaba a su interlocutor a comunicárselo al líder histórico de los Casuals, Ricardo Mateo, alias Kaiser (emperador, en alemán). “Que no, que nos echa, que se enfadará mucho”, decía atemorizado Paco el Gordo.
'Paco El Gordo', al margen de esta causa
Este crimen se investiga en una pieza separada. Cabe destacar que la cúpula de Casuals, que cayó en la Operación Hydra de Mossos d’Esquadra, ha salido recientemente en libertad a excepción de tres de sus miembros, dos de ellos, implicados en este episodio. Son Paco el Gordo, al que los Mossos atribuyen la seguridad de este local, y Thor, presunto autor material del crimen. Los dos, junto con El Pato -acusado de otros delitos-, permanecerán entre rejas por la trama del “canapé".
En lo que respecta al negocio de prostitución clandestina la fiscalía pide para los ocho acusados, entre los que paradójicamente no figura ningún miembro de los Casuals, penas que oscilan entre los 10 años, para aquellos acusado sólo de delitos contra la salud pública, y los 15 en el caso de Martina y su madre, para quienes piden que indemnicen a la víctima con 90.000 euros por los daños morales causados. Además de las penas de prisión piden a los ocho que, de forma solidaria, abonen 300.000 euros de multa por el delito de tráfico de droga.