Dos agentes de paisano del Grupo de Delincuencia Urbana de la comisaría de Mossos d'Esquadra en Granollers (Barcelona) peinaban las calles de la ciudad cuando han detectado un vehículo sospechoso cerca de la estación de tren. El turismo estaba ocupado por cuatro individuos que han estacionado en las inmediaciones de un supermercado de la avenida de Sant Esteve. Tres de los ocupantes han abandonado el coche y han entrado en el establecimiento. Mientras, el cuarto ha permanecido en el interior del turismo en actitud de vigilancia.
Los fura -los mossos que trabajan de incógnito- han ido observando con detalle todos los movimientos de los sospechosos y, como un león que aguarda el momento perfecto para cazar a su presa, los agentes han esperado en los aledaños del local a que los ocupantes del coche regresaran al vehículo. Tiempo suficiente para alertar a otros compañeros, que se han personado con disimulo hasta el lugar indicado.
Escondidos en un doble fondo
Una vez los individuos han salido por la puerta del supermercado, los agentes les han sorprendido justo cuando subían al coche. Tras identificarlos, han podido constatar que tres de ellos tenían antecedentes por hurtos. Una de ellas -eran dos hombres y dos mujeres- tenía cerca de 20. Motivo suficiente para que los fura les pidieran abandonar el coche para ser cacheados.
Acto seguido, en una maniobra perfectamente coordinada, otros agentes uniformados han llegado para proceder a las identificaciones y al registro del vehículo, y ¡bingo! En el interior del coche, escondidos en un hueco ubicado en los asientos traseros, se han localizado hasta seis teléfonos móviles de dudosa procedencia. Dos de ellos, envueltos en papel de aluminio. "Una técnica utilizada para inhibir las señales" explica a Crónica Global el sargento Abel Gimeno, subjefe de la Unidad de Seguridad Ciudadana de Granolles.
Confirman que son móviles robados
Las primeras gestiones han permitido desmostrar que dos de los seis teléfonos localizados habían sido objeto de un robo del que ya constaba una denuncia. Motivo suficiente para que los agentes procedieran a la lectura de sus derechos y se los llevaran detenidos a comisaría. Tres de ellos, además, tenían una orden de expulsión vigente y los cuatro se encontraban en situación irregular en nuestro país.
Con la calle despejada, los fura han vuelto a adoptar una actitud camaleónica y se han marchado del lugar como si nada de lo ocurrido hubiese ido con ellos. De hecho, su labor es, precisamente, camuflarse con el entorno, pasar desapercibidos y observar los posibles movimientos extraños de los miles de ciudadanos con los que se van cruzando a lo largo de su jornada laboral.
Una de las detenidas, en el 'top 10'
La detención, explica el sargento Gimeno, se ha desarrollado en el marco de la operación 'Brake': un dispositivo único que se ha ideado desde la Unidad de Seguridad Ciudadana de Granollers para atajar el aumento de robos y hurtos en la vía pública, especialmente los días de mercado.
De hecho, antes de iniciar el dispositivo, el subjefe de la Unidad ha recordado a los agentes algunos de los nombres de los reincidentes más habituales de la zona. "Baterias especializadas que llegan incluso de fuera de la ciudad para hurtar a los vecinos que van a comprar al mercado municipal", confiesa el sargento. Justo una de las detenidas, la que acumulaba más antecedentes, aparecía en ese listado de ladrones más usuales.
Baterías especializadas
"Cuando hablamos de baterías especializadas, nos referimos a que son grupos expertos en una modalidad específica de hurto: de ropa, catalizadores, perfumes, carteras...", matiza el sargento Gimeno. Es este caso, prosigue, "está claro que los detenidos se dedicaban al hurto de teléfonos móviles. Además, el hueco en los asientos traseros y el hecho de que estuvieran envueltos en papel de aluminio ya denota un nivel de experiencia más elevado".
A modo de anécdota, el sargento explica que, tras revisar las pertenencias personales de los detenidos -un proceso habitual-, en el bolso de una de las detenidas se han encontrado un panfleto donde aparecía un versículo de la Biblia donde se juzga, precisamente, la actitud de los ladrones: "El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (S.Juan 10:10-11). "Toda una ironía", sentencia Gimeno.
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